El mercado inmobiliario rural no puede romper su racha negativa. En medio del cepo cambiario, la pérdida de rentabilidad del campo y la ley de tierras, que limitó la compra por parte de extranjeros, no hay operaciones en el NOA y son muy pocas las que se realizan en la pampa húmeda.
Desde 2011, cuando se implementó el cepo, el mercado empezó una curva descendente. Los precios de los campos ya acumulan una baja del 25% en la región pampeana y entre el 35y el 40% en el Norte. Un campo que costaba de 18.000 a 20.000 dólares la hectárea en el norte bonaerense o el sur de Santa Fe, donde están las tierras más ricas, ahora se cotiza entre 15.000 y 16.000 dólares la hectárea. En tanto, una hectárea que valía US$ 5000 en Las Lajitas, centro productivo de Salta, ahora puede rondar los 3500 dólares.
Paradójicamente, mientras en la pampa húmeda hubo un recorte del 25% en el precio desde 2011, en otros países la tierra estuvo subiendo hasta el año pasado. Entre 2011 y 2014 se incrementó 50% en las mejores tierras de Paraguay, de 50 a 55% en el corn belt, el corazón productivo de los Estados Unidos, más de 30% en Uruguay, 11% en Brasil y 25% en Bolivia.
"En el NOA no hay operaciones desde que bajaron los commodities y se pusieron en evidencia los quebrantos económicos", dijo Juan José Madero, director de la división campos de L.J. Ramos Brokers Inmobiliarios.
En la región pampeana, según el especialista, "hay consultas, pero muy habladas, dilatadas y selectivas". Madero opinó que "algunas operaciones se cierran, pero son pocas".
Entre otros temas, de la situación actual del mercado de tierras hablaron los operadores inmobiliarios rurales de todo el país que se reunieron ayer en una jornada que organizó la Cámara Argentina de Inmobiliarias Rurales (Cair) en el Luna Park.
"En el NOA deben hacer tres o cuatro años que no hay operaciones relevantes. Los precios están devaluados 30 a 35% y aun así no se vende", afirmó Cristian Beláustegui, presidente de Cair y directivo de Compañía Argentina de Tierras (CAT).
En el NOA el declive de los precios es mayor porque los costos de los fletes y las retenciones están sacando de competencia a la producción. De hecho, gran parte de la caída de entre 800.000 y 2 millones de hectáreas menos que se prevé se sembrará a nivel país tiene su explicación por la crisis en esa zona.
De todos modos, el mercado entró en picada con el cepo cambiario afectando por igual la oferta y la demanda. Y la ley de tierras, sancionada en diciembre de 2011, que limitó la tenencia extranjera a 15% de titularidad, con 30% para una misma nacionalidad y 1000 hectáreas de referencia por comprador en la zona núcleo, sacó a la demanda externa del mercado.
Además de la baja de competitividad, la inflación, el dólar atrasado, el cepo y la ley de tierras, hay operadores que sostienen que puntualmente para el NOA la ley de bosques, que puso un freno a la puesta en producción de ciertas zonas, también contribuyó a la caída de las operaciones.
¿Se puede recuperar el precio en el corto plazo?, preguntó LA NACION a Madero. "Hoy no", respondió categórico. Beláustegui añadió: "No se puede esperar; no hay motivos para que se recuperen".
Los operadores esperaban que luego de las PASO el panorama se aclarara. "Transcurrieron las PASO, pero el mercado sigue igual", dijo el referente de L.J. Ramos Brokers Inmobiliarios.
Entre los pedidos de las inmobiliarias rurales está que haya una adecuación de la ley de tierras para facilitar la inversión extranjera. Contando las tierras para minería, según datos oficiales sólo el 6% de las tierras del país está en manos de extranjeros. Los operadores rurales creen que todavía hay al menos 24 millones de hectáreas que se podrían vender a extranjeros, entre las distintas actividades.