La semana pasada el portal Río Negro dio a conocer la historia de un grupo de productores de distintos puntos del país que apostaron a los campos de la Norpatagonia. Con inversiones por algo más de 60 millones de dólares, estos emprendedores agropecuarios, congregados bajo un programa de la Asociación Argentina de Productores en Siembra Directa (Aapresid), pusieron en valor tierra que hasta hace unos años estaba invadida por bajos matorrales improductivos, según informó el diario de Río Negro.

En un principio se dedicaron al desmonte, nivelación y sistematización de unas 4.000 hectáreas, entre los cinco establecimientos (La Julia, La Parusía, Caita Co, Chocorí y Desarrollo San José).

La segunda etapa consistió en el desarrollo de la producción agrícola basada fundamentalmente en la cosecha de granos para exportar. Al carecer de información clave en toda esta región, los períodos de investigación llevaron a crear una base estadística y de conocimiento único –y muy importante– para todos aquellos que, en el futuro, quieran tomar esta misma iniciativa de inversión.

Los números de los proyectos iniciales se perfilaban, con algunos retrasos en la conformación del piso agrícola, sin muchos desvíos en el campo. Pero la distorsión que muestran algunas variables de la economía argentina, sumada a la fuerte caída de los commodities en los mercados internacionales, comenzó a generar retornos negativos en los granos de soja y maíz producidos en estos campos para exportar.

"Debemos comenzar a pensar en integrar actividades para ganar en eficiencia y rentabilidad, teniendo en cuenta las características de estos campos y la necesidad que demanda el mercado. Hay que pensar en repartir las actividades", confía Magalí Gutiérrez, gerente técnico de desarrollo de Chacra Valles Irrigados Norpatagónicos, Sistema Chacras, Aapresid.

"Hoy la ganadería con pasturas bajo riego complementado con secano anda bien. Con 800 hectáreas de pasturas regadas en nuestros campos y más de 4.000 hectáreas de secano nos alcanza para sostener las 1.600 cabezas de hacienda que tenemos hoy en los campos de nuestro establecimiento", confió Eduardo Herrmann, a cargo del establecimiento Chocorí, que tiene 8.000 hectáreas de las cuales 1.000 se encuentran con riego gravitacional y 1.800 con riego por aspersión. Actualmente sólo se produce lo que se encuentra bajo riego gravitacional, generando pasto para mantener el rodeo mencionado. Herrmann señala que este año ya no producirán granos para exportar y esperarán para sembrar las tierras que hoy se manejan con pivot frontal.