El precio de la soja volvió a caer ayer en la Bolsa de Chicago y completó la cuarta semana bajista consecutiva. A la bonanza climática que favorece el desarrollo de los cultivos en la zona núcleo de producción agrícola estadounidense, ayer se sumó la noticia de la cancelación de compras chinas 2014/2015 por 200.000 toneladas de la oleaginosa estadounidense.
Las pizarras mostraron ayer bajas de US$ 3,49 y de 3,58 sobre los contratos agosto y noviembre de la soja, cuyos ajustes resultaron de 360,37 y de 345,49 dólares por tonelada. En el balance de la semana, estas posiciones resignaron un 1,06 y un 2,56% frente a los valores vigentes el viernes pasado, de 364,22 y de 354,58 dólares. El panorama se agrava con el balance mensual, que deja pérdidas del 6,55 y del 9,35% respecto de los precios de cierre de junio, de 385,63 y de 381,12 dólares, respectivamente.
En las últimas cuatro semanas, los precios de la soja perdieron prácticamente toda la prima de "riesgo climático" sumada durante la segunda quincena de junio y los primeros días de julio, cuando los fondos de inversión "apostaron fuerte" a una eventual caída de la producción estadounidenses por las lluvias excesivas caídas en ese período sobre los Estados del sudeste de la zona núcleo. Sin embargo, ante la paulatina mejora del clima y frente a la buena respuesta de los cultivos, los especuladores se fueron desprendiendo de los contratos comprados, con la consecuente tendencia bajista evidenciada en las semanas precedentes.
Ayer no hubo lluvias sobre las zonas agrícolas del Medio Oeste y buena parte de los operadores prevé que en su informe semanal, pasado mañana el USDA refleje una mejora en el estado de los cultivos.
Influencia vital
La influencia de los grandes fondos de inversión, que es muy grande durante todo el año en la plaza estadounidense de materias primas agrícolas, se vuelve casi absoluta en el período denominado "mercado climático" (mayo/agosto), durante el cual los cultivos definen su suerte o desgracia en el campo.
Sin subestimar el poder de jugadores como China, tras las cosechas récord del ciclo 2014/2015 en EE.UU., Brasil y en la Argentina, estos operadores hoy tienen su atención mucho más concentrada sobre la oferta que sobre la demanda. Tienen en cuenta que pese a algún recorte eventual, las existencias de soja son abundantes en los tres grandes proveedores globales y que la probabilidad de que la campaña 2015/2016 vuelva a traer cosechas abundantes es concreta.
Y en función del seguimiento que el mercado hace de los pasos de China, como principal foco de demanda, no pasa desapercibido el atraso de las compras 2015/2016. "Las ventas anticipadas de la nueva cosecha de los Estados Unidos a China están en la mitad de lo negociado para esta misma fecha un año atrás", comentó ayer a sus clientes Charlie Sernatinger, director global de Futuros de Granos de EDF Man Capital.
Frente a ese atraso, que se replica asimismo en las cifras de ventas totales de harina de soja estadounidense del nuevo ciclo, tampoco pasó desapercibido ayer el dato aportado por la consultora brasileña AgRural, en cuanto a que "las ventas anticipadas de soja 2015/2016 de Brasil subieron al 25% a finales de julio, contra el 17% vigente un mes atrás y por encima de un índice del 7% para el mismo momento del ciclo anterior".
El mercado doméstico reflejó ayer la tónica negativa externa. Las fábricas ofrecieron $ 2000 por tonelada de soja para las terminales del Gran Rosario, $ 50 menos que anteayer, mientras que la exportación propuso hasta $ 2050 para Arroyo Seco, también con una merma de 50 pesos.
En el Mercado a Término de Buenos Aires, las posiciones septiembre y noviembre de la soja perdieron US$ 3 y 3,80, mientras que sus ajustes fueron de 232 y de 238 dólares.
Derrumbe cerealero
Para los cereales estadounidenses, julio fue un muy mal mes. Los contratos septiembre y diciembre del maíz bajaron ayer US$ 0,88 y 0,98, en tanto que sus ajustes fueron de 146,06 y de 150,09 dólares por tonelada. En el balance semanal estas posiciones retrocedieron un 5,48 y un 5,36% frente a los valores vigentes el viernes pasado, de 154,52 y de 158,55 dólares. Peor aún, en el balance mensual perdieron un 12,08 y un 11,64% respecto de los precios de cierre de junio, de 166,13 y de 169,87 dólares, respectivamente.
Las razones de la tónica bajista son muy similares a las que influyeron sobre la soja: clima favorable para los cultivos y ventas desde el sector especulador. Además, sobre ambos granos también influyen en forma negativa la firmeza del dólar frente al euro y al real, y la debilidad del precio del petróleo, que ayer cayó de 48,48 a 46,89 dólares por barril.
En el nivel local, donde el Ministerio de Agricultura de la Nación fijó el FAS teórico del maíz en $ 1015 por tonelada, los exportadores ofrecieron $ 850 por cereal para Bahía Blanca y para Necochea y $ 880 para San Lorenzo, pero en ese caso por mercadería sin descarga y grado 2.
Acerca del trigo estadounidense, la posición septiembre subió ayer US$ 1,01 y 0,46, en tanto que su ajuste fue de US$ 183,44 y de 180,87. En el balance de la semana, este contrato perdió un 2,45 y un 2,96% frente al valor del viernes anterior, de US$ 188,04 y de 186,38. En tanto que en el balance mensual, el derrumbe fue del 18,92 y del 19,34% en comparación con el precio de cierre de junio, de US$ 226,25 y de 224,23, respectivamente. La cosecha de los trigos de invierno y el inicio de la recolección del cereal de primavera fueron los factores bajistas para el grano fino.
En el nivel local, los molinos ofrecieron de $ 1000 a 1400 por tonelada de trigo y los exportadores pagaron US$ 160 en Bahía Blanca y $ 1300 en Rosario por trigo de calidad.