Por estos días el campo pareciera estar monotemático y en cualquier encuentro social, ya sea un seminario, una reunión en una sociedad rural o un simple café en una estación de servicio, el único tema escuchado es la baja rentabilidad del negocio. Al ser consultado sobre este tema, el titular del MINAGRI, Carlos Casamiquela, no dudó en afirmar que “si hay récord de producción no creo que haya récord de tontos” haciendo alusión a las ganancias de los productores agropecuarios de nuestro país, generando un fuerte contrapunto con la opinión de los empresarios del campo.
Casamiquela participó del 3° Encuentro Nacional de Ferias Francas y Mercados Solidarios que se realizó en el Parque de las Naciones de Oberá y que reunió a 3000 agricultores familiares y representantes de comunidades indígenas de más de 20 provincias, con el objetivo de fomentar la relación entre el productor y el consumidor en la órbita de alimentos, materias primas y artesanías, achicando el costo de los productos.
En nuestro país, la importancia de este sector no es menor. Según datos del MINAGRI de cada 100 productores, 65 son agricultores familiares y generan el 20% del PBI agropecuario total. La provincia de Misiones, sede de este encuentro comercial, es la más emblemática ya que tiene la mayor concentración de agricultores familiares de todo el país. De los 250.000 que se estiman, los problemas de comercialización son el cuello de botella y “estas ferias son una solución para ellos, por eso el Ministerio ha tomado una fuerte decisión de acompañamiento” afirmó Casamiquela en una charla mantenida en el lobby de un hotel de Oberá antes de hacer una recorrida por el predio y participar de un acto donde junto con el gobernador Maurice Closs, se entregaron aportes no reembolsables y subsidios por $ 10 millones.
En los últimos 5 años hubo más de 700 ferias francas y mercados de cercanía en todo el país generando espacios de ventas de productos, permitiéndole al consumidor no solo achicar costos, sino comprar productos más frescos y de mejor calidad. La expansión de estos sistemas comerciales se dio bajo la premisa de generar una red de intercambio y se estima que el último año se comercializaron más de 600 millones de pesos, beneficiando de forma directa a las dos puntas más más débiles de la cadena productiva y comercial.
Según un relevamiento de precios realizado por el Ministerio de Agricultura, Ganadería y Pesca de la Nación, a través del INTA y la Secretaria de Agricultura Familiar, las verduras y hortalizas frescas de las ferias cuestan entre 20 y 77 % menos que en los supermercados, lo que permite que el consumidor compre una mayor cantidad de alimentos a un precio menor y que el productor venda más y genere un ingreso superior que cuando lo vende a un comercio o distribuidor. Al realizar un promedio se llegó a la conclusión de que un consumidor que adquiere sus productos de forma directa en las ferias, ahorra hasta un 40% que los que compran a intermediarios (Hipermercados, supermercados, almacenes, etcétera).
El mundo busca un nuevo sistema comercial de productos alimenticios, que permita pagar menos y comer más sano y más rico. En las principales ciudades europeas, las ferias de productores están los fines de semana en las plazas de cualquier lugar. No solo venden alimentos frescos sino comida lista para consumir y es un paseo familiar obligado en los días que no se trabaja. En los últimos años también creció la venta directa de la chacra al consumidor, promocionada incluso por las redes sociales. Este tipo de comercialización también crece en Latinoamérica y Argentina, ya está encaminada. En definitiva pareciera que le estamos poniendo una cara a los productos que compramos y consumimos. El que lo produce te cuenta como lo hace. Y el consumidor lo valora. El mundo lo llama “cadena corta”.
Por Carlos Curci Gonzales - Agrositio