Tras una larga semana de dudas y consultas, Mauricio Macri anunciará hoy el
nombre del dirigente que lo acompañará en la fórmula presidencial. Todo indica
que no habrá sorpresas: o es Gabriela Michetti o es Marcos Peña. Dependerá del
criterio que finalmente pese más en su cabeza. Si el líder del PRO resolviera
hacer caso a su deseo y tener al lado a un hombre de confianza absoluta, con la
capacidad de tejer alianzas en el Congreso y reformular el devaluado rol del
vicepresidente en caso de llegar a la Rosada, el elegido será el secretario
General porteño. Si influyera más la necesidad de sumar a un dirigente con un
alto nivel de popularidad, que pueda darle a la fórmula una mayor visibilidad y
traccionar votos para entrar al ballotage, la senadora sería la beneficiada.
Si Macri demoró hasta hoy el anuncio fue por el ruido que generó esta semana
la coyuntura política y electoral. Hasta el domingo pasado, la decisión estaba
clara: el bendecido era Peña, un politólogo de 38 años y perfil bajo, que
trabaja a su lado desde la campaña de 2002 y se convirtió en el cerebro de las
estrategias más importante del gobierno porteño y la política del PRO. La
mayoría de los miembros de la mesa chica habían votado por él, en especial el
asesor ecuatoriano Jaime Durán Barba, que no oculta su antipatía por Michetti y
asegura que los postulantes a vicepresidente no traccionan votos. Si bien Macri
volvió a elogiar públicamente a la senadora luego de ver su "reacción
responsable" tras la derrota en las PASO frente a Horacio Rodríguez Larreta, en
la mesa chica creen que su rebeldía es decir, no haberse bajado de la interna
cuando su jefe político se lo pidió no debería ser premiada con semejante
postulación.
Pero la inesperada derrota en Santa Fe desmoronó esa idea instalada de que se
gana sólo con lo propio. Una fórmula con Peña, prácticamente un desconocido para
el electorado porteño y nacional, resultaba en ese escenario demasiado endógena.
La jugada de Cristina de designar a Carlos Zannini como compañero de fórmula de
Daniel Scioli y unificar así al peronismo y al kirchnerismo duro detrás de un
candidato único, obligó a Macri a repensar las prioridades. No lo hizo sólo.
Parte de la dirigencia del PRO, sumado a algún que otro empresario del círculo
rojo, comenzó a sugerir la postulación de la senadora. Uno de los más fervientes
defensores de Michetti esta semana resultó el empresario Nicolás Caputo, intimo
amigo de Macri y de gran influencia en sus decisiones.
Quienes postulan a Michetti insisten en que ella es la única que puede sumar votos extras, por ser una dirigente conocida en todo el país, algo que le permitiría hacer campaña sola en cualquier pueblo del interior. Y si bien reconocen que la confianza es crucial en un futuro Gobierno, destacan que primero hay que ganar la elección. Sus seguidores defendían ayer estos argumentos con un comentario filoso: "Si es Michetti la elegida, bastará hacer el anuncio por Twitter. Si es Peña, habrá que hacer una conferencia de prensa para presentarlo".
La decisión la iba a tomar Macri en soledad. ¿Pesará más el consejo del asesor Durán Barba o de su amigo Caputo? Hoy se develará el misterio.