El panorama, desde ayer, ha virado. Ahora, quienes toman decisiones económicas enfrentan un cuadro más complejo para el futuro inmediato.
La sorpresiva designación del candidato a vicepresidente por parte del Frente para la Victoria resulta un trago amargo para los mercados.
El valor del dólar ha pegado un salto. El mercado bursátil ha perdido fuertes posiciones.
El horizonte enrarecido alerta a los chacareros y empuja a bajar aún más las decisiones de inversión en cultivos. Se tiende ahora al conservadurismo a ultranza.
Si hasta hace poco se esperaba un cambio en la política agraria, ahora resulta más difícil apostar a ello.
Es cierto: la situación no permitiría demasiados artilugios para evitar la fuerza del mercado; salvo que las nuevas autoridades decidan seguir el camino, más pronunciado, de intervencionismo, rayano con alguna forma de socialismo.
Habrá que ver quiénes serán las nuevas autoridades. Ahora se presentan dos opciones claramente diferenciadas: una más próxima al libre mercado y otra más próxima al intervencionismo.
Los siguientes días serán esclarecedores.