ROSARIO.- Tras una extensa negociación, que se prolongó hasta entrada la noche de ayer, la Federación de Aceiteros y las cámaras empresarias del sector agroexportador avanzaron hacia un principio de acuerdo, después de 25 días de paro. Hoy al mediodía el sindicato y los empresarios se volverán a encontrar en el Ministerio de Trabajo para terminar de definir un incremento salarial para los 20.000 trabajadores del sector que -con los adicionales- rondaría un 30%. Hasta anoche nada estaba cerrado, aunque reinaba cierto optimismo tras la extensa negociación.
El viernes pasado, las conversaciones entre la entidad gremial y las empresas habían avanzado, luego de que acercaran posiciones en torno de un acuerdo salarial de 14.300 pesos, que representaba, según la Cámara de la Industria Aceitera de la República Argentina (Ciara), un alza de 27,8 por ciento. La Federación Aceitera de Trabajadores del Complejo Industrial Oleaginoso, Desmotadores de Algodón y Afines de la República Argentina sostenía que con los adicionales la suba llegaría a 36 por ciento. Pero cuando se había logrado cierta armonía entre las partes para firmar el acuerdo, el gremio salió a denunciar que el Gobierno se negaba a homologar una paritaria por encima del 27%, como definieron los gremios más afines al kirchnerismo.
Tras una asamblea que se realizó el lunes, los aceiteros decidieron bloquear las plantas que están ubicadas al norte del cordón industrial del Gran Rosario, donde los trabajadores no estaban de huelga, porque pertenecen a otra federación, que la encabeza el titular del sindicato de Aceiteros de San Lorenzo, Pablo Reguera. Después del bloqueo de fábricas en Timbúes, Puerto General San Martín y San Lorenzo, las conversaciones volvieron a foja cero. Los bloqueos se realizan desde el 4 de este mes en las plantas de Dreyfus y Cargill, al sur de Rosario, y desde el lunes pasado hay piquetes en los ingresos en las fábricas que están en el cordón norte, como Dreyfus, en Timbúes; Minera Alumbrera, Terminal 6, Arauco, Cargill Quebracho y Pampa y Bunge, en Puerto General San Martín, y Akzo Nobel, Vicentín y San Benito en San Lorenzo.
A medida que la solución al conflicto no llegaba, la preocupación de distintos eslabones de la cadena agroexportadora se convirtió en alarma ante el peligro del corte de la cadena de pagos. Durante los últimos días comenzaron a aflorar otros problemas colaterales, como vencimientos que los productores no podrán costear ante la imposibilidad de vender la producción. Una consecuencia que impactará en el precio final de la venta de granos, según advirtió Guillermo Wade, de la Cámara de Actividades Portuarias y Marítimas (Capym) de Rosario, es el posible incremento de los fletes fluviales a causa de que 41 barcos esperan poder cargar granos, aceite y harina en las terminales que no tienen actividad por la huelga. Hay otros 75 buques que no pueden navegar por el Paraná rumbo a los puertos del Gran Rosario a causa de que hay un buque varado a la altura de San Pedro.
A esta situación se suma el sector del transporte -ingresan para esta época 12.000 camiones a los puertos del Gran Rosario-, que está sin cupo para descargar granos, en días en que los exportadores se retiraron del mercado y no fijan precios. Hay unas 12 millones toneladas de granos que no tienen valor establecido en el mercado.
Wade describió el escenario sobre cómo impacta el paro en el sector productivo. "Al no poder exportar los productos del complejo agroindustrial, no sólo los buques no pueden cargar granos en los puertos, sino que también hay centenares de camiones en las rutas que esperan que se levante la medida de fuerza para poder trabajar. Tampoco hay acopio de cereales, ni precio de referencia de los granos, ni se puede moler la soja. Además, al no haber exportaciones, el Gobierno tampoco puede percibir las retenciones por ese concepto", explicó Wade. Cada buque que está parado en el río esperando poder ingresar en los puertos para cargar "tiene un costo de entre 15 y 20.000 dólares por día".
El director de Informaciones y Estudios Económicos de la Bolsa de Comercio de Rosario, Julio Calzada, afirmó que " los exportadores no fijan precio de la soja desde hace más de una semana, ni hay compras nuevas de mercadería".