Es sabido que crecerá el número de habitantes alcanzando en 2030 los 8.300 millones. Por eso, la premisa es continuar aumentando la producción para aprovechar la gran demanda de alimentos que se viene.
Este fue el eje en el seminario de la Fundación Producir Conservando que tuvo foco sobre cómo se posicionará la Argentina en el 2025. En primer lugar, Gustavo Oliverio, de la Fundación, y el consultor Gustavo López, destacaron que la Argentina tiene un gran potencial para aumentar la producción, en la cual proyectaron que para el 2025 se pueden lograr 140 millones de toneladas en 42 millones de hectáreas. Eso sí, aseguraron, siempre y cuando se siga con los lineamientos productivos basados en la sustentabilidad del sistema agrícola, seguir agregando valor a la producción, una reforma fiscal y una mejor logística e integrarse nuevamente al mundo.
En primer lugar, informaron que en la actualidad hay una relación de 70%/30%
en favor de las oleaginosas. Pero la idea de sustentabilidad es equilibrar
mejor, alcanzando por lo menos a una relación de 65 a 35%. Otro punto que
subrayaron fue la reposición de nutrientes. En esta línea, según datos de
Fertilizar Asociación Civil, solo se devuelve al suelo el 32% del nitrógeno que
se extrae, un 39% de azufre y un 51% de fósforo, niveles bajos para esta gran
producción.
Así, si se sigue con las mismas líneas productivas actuales, en 2025 se llegaría a las 117 millones de toneladas (en 36 millones de hectáreas). Por otro lado, la falta de infraestructura para mover el gran caudal de la cosecha también es crucial, ya que las rutas y caminos están en muy malas condiciones.
“En soja el 83% del total de la oleaginosa se transporta en camiones. Hay que mejorar barcazas y ferrocarriles para ser más eficientes”, detallaron. Luego, los especialistas hicieron hincapié en las políticas agropecuarias. El impacto de la retenciones fue de U$S 87.000 millones desde el 2003 hasta la fecha, en la cual el 70% es del complejo sojero.
“Si el resto de los cultivos es el 30%, podría haber cambios para incentivar la siembra” razonaron. Además, en el mismo período, las restricciones en la comercialización fueron de U$S 10.000 millones. El economista Juan Llach también se metió en el tema asegurando que por estas políticas, el país dejó de producir y de exportar 150.000 millones de pesos en carne, lácteos, oleaginosas, maíz y trigo. “Hoy se exportarían U$S 20.000 millones más”.
No obstante, dijo que el país tiene buenas perspectivas porque crece la demanda mundial de alimentos, pero advirtió que la Argentina debe estar más incluida a nivel mundial. En este sentido, Fernando Vilella, director del programa de Agronegocios y Alimentos de la FAUBA, destacó que hay que transformar la mayor parte de granos en proteína animal y energía.
Y llegar, por último, directamente al plato de los consumidores.