Las últimas peleas subterráneas que libró Cristina Kirchner con sus colegas vecinos dejarán al próximo gobierno de la Argentina en una situación de aislamiento regional que preocupa a candidatos presidenciales, empresarios y diplomáticos extranjeros.
A juzgar por hechos y gestos que se vieron en las últimas semanas la relación del Gobierno con Paraguay, Brasil, Chile y Uruguay no pasa por su mejor momento. Más allá que desde la retórica la Presidenta busca ocultar un clima de tensión con sus vecinos hay datos irrefutables que despertaron alerta en la región. El frente externo de Cristina Kirchner con sus vecinos se agrieta por varios puntos:
Tensión con Paraguay. En la Cancillería circula un informe interno que
menciona todas las quejas que elevó el gobierno de Horacio Cartes a la Casa
Rosada por los problemas en la hidrovía. Esto incluye el sobrecobro de tasas de
impuestos aduaneros y la detención desmedida o "discrecional" de barcos de
cargas. A ello hay que agregar la preocupación que manifestó Paraguay a la
Argentina por las trabas en la importación de productos, los desacuerdos por la
deuda que tiene Asunción con Buenos Aires por la represa Yacyretá y la
construcción del reactor nuclear Carem que se instalará en Formosa y cuyo
informe que Asunción pidió a la Argentina sobre el eventual impacto ambiental
sigue esperando el canciller paraguayo Eladio Loizaga.
Quejas de Uruguay. El flamante gobierno de Tabaré Vázquez envió a la Argentina
un amplio listado de inquietudes y reclamos a Buenos Aires que acarrea Uruguay
desde el gobierno de José Mujica. El nuevo embajador uruguayo Héctor Lescano
deberá lidiar con el gobierno argentino para resolver, entre otras cosas, los
problemas por las obras de dragado en el río Uruguay, las quejas de los
empresarios por las trabas a las exportaciones de productos a la Argentina y el
eventual impacto ambiental en la construcción de la central nuclear Atucha III,
situada en las cercanías de Campana. Estos temas ya fueron enviados en un
documento reservado por la diplomacia uruguaya al Palacio San Martín hace 10
días. Así Tabaré Vázquez mostró que la relación que tendrá en los últimos meses
de mandato de Cristina Kirchner no será muy apacible.
Diferencias con Brasil. Los vínculos de Dilma Rousseff con su par argentina
transitan por un franco declive. Al eterno malestar que muestran los empresarios
paulistas por las trabas a la importación de productos en la Argentina y la
caida del flujo comercial entre ambos países se le sumó recientemente las
diferencias que expuso Brasil en cuanto a la estrategia del Mercosur. En contra
de la postura histórica de Itamaraty de preservar el bloque regional ganó
posiciones la postura de buena parte del gabinete de Rousseff de caminar hacia
un acuerdo "en doble velocidad" de los países del Mercosur con la Unión Europea.
La intención de Brasil abrirse del Mercosur para negociar con la UE fue avalada
públicamente por los cancilleres de Paraguay y Uruguay. Pero Héctor Timerman
sigue nadando contra la corriente: ayer expresó en Portugal que "el Mercosur ha
terminado la elaboración de su propuesta de negociación y se encuentra a la
espera de que la Unión Europea finalice la suya, para proceder al intercambio de
las mismas". No es lo mismo que piensan sus colegas vecinos.
Chile zigzagueante. Nueve ministros de Cristina Kirchner estuvieron en Chile el
viernes pasado para participar de una reunión con todo el gabinete de Michelle
Bachelet. Pero el encuentro pasó desapercibido no sólo por la escasa difusión
que le dio el Gobierno sino porque hubo poco que mostrar. El embajador Ginés
González García calificó de "altamente positivo" el encuentro binacional. Pero
muchos ministros argentinos que estuvieron allí aseguraron a LA NACION que los
acuerdos entre Chile y la Argentina para la construcción de obras de
infraestructura en el paso fronterizo siguen empantanados y que escucharon
nuevas quejas chilenas por las trabas a la importación de productos que fija
Buenos Aires. El discurso de Bachelet al final del encuentro de gabinetes fue
optimista, un gesto que contrasta con su última decisión de retirar a su
embajador en Buenos Aires Marcelo Díaz, quien había entablado un buen vínculo
con La Cámpora. La excusa que puso Chile ante ello fue que la renuncia en masa
que le pidió Bachelet a su gabiente hace 10 días obligó a hacer "cambios
obligados" en la agenda binacional.
Los tres principales candidatos presidenciales Daniel Scioli,Sergio Massa y Mauricio Macri coinciden en exponer ante empresarios y diplomáticos extranjeros que no será fácil para la Argentina recomponer lazos con los vecinos. El enojo de Cristina Kirchner con los vecinos trae más aislamiento. Esto podría oscurecer el panorama regional. Más complicado aún si se observa el reciente informe de "Situación y Perspectiva Económica Mundial" que difundió la ONU, donde dice que la economía de América latina sufrirá un importante deterioro el año que viene por la caída en los precios de las materias primas y la recesión mundial.