Puede ser un síntoma de la transformación del partido fundado por Mauricio Macri , o bien de la incertidumbre que en estas horas ronda entre los dirigentes de Pro frente a las elecciones primarias abiertas que el próximo 26 definirán quién será el candidato de ese espacio para suceder al actual jefe de gobierno de la ciudad de Buenos Aires. Pero lo cierto es que dos de las principales espadas del macrismo, los mismos dirigentes que se verán frente a frente en las urnas dentro de dos domingos, parecen empeñados en mostrarle a todo el país que Pro expresa mucho más que una centroderecha moderada.
Días atrás, quienes vieron el programa televisivo Los Leuco fueron testigos de los esfuerzos de esos candidatos porteños por exhibir un rostro mucho más humano que la imagen que el kirchnerismo quiere brindar del macrismo, al que asocia con una derecha rancia y reaccionaria.
Llamó la atención verla a Gabriela Michetti, cuya buena relación con la Iglesia Católica y con Jorge Bergoglio es bien conocida, contar que su padre fue un precursor al transformarse en instructor de educación sexual en un colegio de su Laprida natal. También ver cómo se le iluminaban los ojos cuando su hijo, Lautaro, estudiante y músico de 22 años, contó que sus dos mejores amigos eran kirchneristas.
No menos sorpresa provocó Horacio Rodríguez Larreta, en el mismo programa de la señal TN, contando cómo, en los años 70, los militares se llevaron a su padre -un recordado y respetado dirigente desarrollista- en un Falcon verde y lo tuvieron detenido y desaparecido por unos diez días. Poco antes, el actual jefe de gabinete de Macri reveló que había sido bautizado por el sacerdote Carlos Mugica, un ícono de las luchas populares, asesinado en 1974.
Nada es casual en una campaña proselitista previa a una elección que todos presumen muy pareja. Semejantes gestos de apertura pueden encontrar una explicación en un dato que puede sonar paradójico: en un distrito donde seis de cada diez ciudadanos aprueban la gestión del gobierno de Macri, la definición de la pugna entre Michetti y Rodríguez Larreta en las PASO podría quedar en manos de votantes ajenos a Pro y probablemente más afines a expresiones izquierdistas. Las primarias abiertas tienen esa particularidad, que relativiza el peso de los aparatos y las estructuras partidarias.
La senadora Michetti cuenta con su carisma, su ejemplo de superación personal, su afán por la transparencia y su osadía para cuestionar áreas oscuras, como el negocio del juego. Rodríguez Larreta tiene una exitosa experiencia de gestión ejecutiva en siete años, el contacto con los vecinos, el aparato político y, desde hace dos semanas, el controvertido apoyo explícito de Macri.
Según el Interbarómetro, una herramienta desarrollada por la Fundación CiGob para monitorear la conversación en Internet, la elección interna en Pro ha eclipsado las disputas de los otros espacios políticos de cara a las próximas PASO, ya que concentra el 60% de las menciones en redes sociales. Al mismo tiempo, desde el 1° de marzo hasta esta última semana, Michetti absorbe seis de cada diez menciones vinculadas con la elección en Pro: centraliza el 61% de las menciones contra el 39% de Rodríguez Larreta, aunque descendió desde enero último, cuando llegó al 70%.
En los cinco primeros lugares del ranking de precandidatos, según cantidad de menciones en redes sociales, figuran Michetti, con el 29,2%; Rodríguez Larreta, con el 20,7%; Martín Lousteau, con el 12,8%; Mariano Recalde, con el 10,9%, y Graciela Ocaña, con el 5%.
Las palabras más resonantes en torno de Michetti han sido en ese período "apoyo" y "gana". Las referidas a Rodríguez Larreta, "vecinos" y "equipo".
En cuanto a los hashtags de campaña más utilizados, también gana Michetti. Su hashtag #GabrielaEnLaCiudad concentró en el último mes el 71% de menciones, mientras que el de su rival, #SigamosConElCambio, cosechó el 29%, de acuerdo con el Interbarómetro. No parece casual que Rodríguez Larreta se haya mostrado en las últimas horas junto al youtuber español Rubius, que revolucionó las redes con sus más de diez millones de seguidores.
La última encuesta de Management & Fit, efectuada entre el 6 y el 7 de este mes (800 consultados en forma telefónica en la Capital, con un margen de error del 3,46%) le da el 21% de intención de voto a Rodríguez Larreta y el 19,5% a Michetti. Si se miden apoyos a partidos, Pro suma el 40,9%; el Frente para la Victoria, el 22,3%; el Frente ECO, el 17,1%, y el Frente Renovador, el 4,6%.
Si bien prácticamente todas las encuestas arrojan ventajas mínimas para uno u otro candidato de Pro, el que armó revuelo fue un sondeo realizado por la consultora González y Valladares, entre el 21 y el 29 de marzo a 814 ciudadanos porteños en forma presencial, con un margen de error del 3,5%, La sorpresa surgió a la hora de consultar al público frente a posibles escenarios de ballottage. En el primero, Michetti se imponía sobre Lousteau con el 46,3% contra el 37%, con un 12% de votos en blanco y un 4,7% que no supo responder. En el segundo, Lousteau lograba una adhesión del 41,9% contra el 37,7% de Rodríguez Larreta, con 14,7% de votos en blanco y 5,7% que decía no saber a qui??n votar.
De acuerdo con la hipótesis de esta encuestadora, desestimada rotundamente en el búnker del jefe de gabinete porteño, la magia de las PASO podría hacer que un porcentaje menor de votos para Michetti en la elección primaria no termine yendo a Rodríguez Larreta en los comicios generales, si éste gana la interna abierta.
Momentos de tensión, casi impensables entre dirigentes de Pro, se vivieron, en medio de las proyecciones que arrojan un final de bandera verde, cuando Macri decidió respaldar a Rodríguez Larreta a través de un mensaje en su Facebook. Tras ello, el enojo de Michetti cedió y la cautela ganó a todos, incluso a Macri, quien decidió autorizar a los dos candidatos de Pro a usar su imagen en afiches y videos de campaña, al tiempo que dispuso que en la noche del domingo 26, haya un solo búnker donde se concentren toda la militancia y los candidatos.
Las encuestas mandan también en el oficialismo, donde en la última semana conspicuos dirigentes kirchneristas han comenzado a alinearse detrás de la postulación presidencial de Daniel Scioli. La propia presidenta Cristina Kirchner se ha persuadido de que no habría mejor garantía para su futuro -y para la impunidad frente a casos de corrupción de su gobierno- que un sucesor que pertenezca a su propio espacio, aun cuando su estilo y su visión del mundo se diferencien bastante del cristinista.
La Presidenta no se daría el lujo de apadrinar a un candidato que pudiera perder en las PASO. Podría alentar a Florencio Randazzo a competir con Scioli, pero se mantendría prescindente, a diferencia de Macri en las PASO porteñas.
No son pocos los que creen que el jefe de gobierno porteño se equivocó al tomar partido por un candidato. Señalan que si Rodríguez Larreta es derrotado, el liderazgo macrista se resentiría, aun cuando Michetti jamás renegaría de lo hecho en los últimos ocho años en la ciudad. Tal vez no haya sido un error de Macri dar su opinión. El mayor error quizá sea el de parte de una sociedad que no concibe los partidos políticos sin liderazgos personalistas y sin un "conductor" verticalista habilitado para ordenar con su dedo y a los gritos lo que la ciudadanía, en forma sumisa, debe hacer.