Molinos Río de la Plata, la principal fabricante de alimentos de la Argentina, alertó que se acaba de cumplir un año consecutivo con caídas en las ventas de alimentos y bebidas envasados en el mercado local. En la empresa controlada por la familia Perez Companc precisan que, de acuerdo con las mediciones de las consultoras privadas del rubro y estimaciones de las propias compañías del sector, las bajas oscilan entre tres y cinco puntos en unidades y aseguran que una caída de esta magnitud es especialmente preocupante en un negocio de baja elasticidad como el de los alimentos.

Sin embargo, como dato esperanzador destacan que en marzo la demanda volvió a dar algunas señales de recuperación y ahora todas las miradas están puestas en el efecto reactivador que pueden llegar a tener las paritarias.

"Hace un año que las ventas de alimentos y bebidas vienen cayendo. Las bajas más sensibles se notan en categorías más sofisticadas como los alimentos congelados, donde en algunos meses tuvimos caídas del 18% en unidades, mientras que en las más básicas, como las pastas, la estamos peleando un poco mejor", explicaron en Molinos Río de la Plata, que ayer presentó el estudio y sus planes de negocios para este año.

En Molinos destacan que los números de enero y febrero de este año fueron especialmente malos para la industria, pero como contrapartida destacan que en marzo las ventas mostraron cierta recuperación de la mano de las promociones y las acciones de comunicación de las marcas y los supermercados.

"Para los próximos meses, creemos que los resultados van a estar muy ligados a lo que pueda ocurrir con las negociaciones paritarias y los nuevos incentivos al consumo que impulse el Gobierno. A partir de marzo, notamos una mejora en la confianza del consumidor, con un dólar más controlado y una desaceleración de la inflación, y esperamos que este cambio de tendencia llegue a las góndolas", explicaron en la empresa.

El mal momento de la industria ya había sido anticipado por otras mediciones. En la consultora CCR destacaron que 2014 había cerrado con una caída del 1,4% en las ventas de productos de la canasta básica (alimentos, bebidas, tocador y limpieza) medidas en unidades, mientras que en Copal -la cámara que agrupa a las principales empresas de alimentos- señalaron que el año pasado había cerrado con una suba del 3,5% en la producción, pero aclararon que si se excluía a las aceiteras, la suba en la producción había sido de sólo 0,5%.

Por su parte, en la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME) precisaron que en marzo la producción de las pymes alimenticias también sufrió una baja del 2,4%.

Molinos Río de la Plata cerró 2014 con una facturación de US$ 2985 millones, de los cuales dos tercios corresponden a su negocio de oleaginosas y el otro, a los alimentos con marca.

En la firma destacan que su objetivo es crecer en los productos con mayor valor agregado. "La Molinos actual es completamente diferente de la que compró la familia Perez Companc hace quince años. Hoy somos una compañía con menos dependencia de las materias primas, y que busca vender hábitos y experiencias de consumo. Estamos convencidos de que tenemos que apostar a la construcción marcaria", señalaron en la empresa.

Además, reconocieron el impacto positivo que tuvo el programa Precios Cuidados para sostener la demanda y evitar una baja mayor.

"El programa fue un éxito y está claro que es uno de los logros que puede mostrar el equipo económico. Precios Cuidados generó una variación positiva para la gran mayoría de los productos participantes, pero como contrapartida estamos enfrentando situaciones muy complejas en materia de rentabilidad, especialmente en algunos rubros como el aceite. Hoy el aceite tiene un precio irreal, en el que los exportadores están subsidiando a los consumidores locales", expresaron en la empresa.

"Igualmente, estamos apostando muy fuerte al desarrollo del plan, aportando marcas líderes, y somos el principal abastecedor de alimentos en Precios Cuidados, con más de 120 millones de unidades entregadas", concluyeron en la compañía.

Año para el olvido

Durante todo el último año, la demanda de alimentos envasados registró bajas interanuales, según el estudio

Consumo más básico

Las categorías más golpeadas son las de productos más sofisticados, como los alimentos congelados, mientras que como contrapartida los rubros más básicos resisten mejor a la crisis

Esperanza

Para este año, las esperanzas de las empresas de alimentos están puestas en las negociaciones paritarias y en los planes oficiales para incentivar el consumo

-1,4%

en baja

Es la caída en unidades que sufrió la canasta básica (alimentos, bebidas, limpieza y tocador) en 2014, según la medición de la consultora CCR