Parece que había conseguido pasar un nivel en el Candy Crush y eso lo retuvo. El mail de convocatoria era escueto. "Tema a tratar: definir nuestro principal objetivo para las próximas semanas." La dinámica de estos encuentros es interesante. Casi diría -con perdón-, franquista. Al Generalísimo le gustaba pedir la opinión de sus colaboradores para decorar decisiones que ya había tomado en soledad. Cristina es de esa estirpe. Nos reúne, nos deja hablar y después hace lo que quiere. Creo, incluso, que es menos decoradora que Franco.
En fin, se trataba de eso: decidir a qué o a quién le apuntábamos en estas horas. ¿La brutal caída de las exportaciones, que está agravando la falta de dólares? ¿Cómo convivir con el default? ¿La inseguridad? ¿El caso Nisman? Nada de eso. La señora, que tenía una tablet en la falda y no atendía nada de lo que decíamos, de pronto bajó línea. "Macri. Macri, ¿me oyeron? Tenemos que destruir a Macri, que sigue subiendo. Escucho ideas."
-Se me ocurre algo -me adelanté-. ¿Y si en una cadena nacional usted cuenta que en la comida de recaudación para la campaña que Mauricio hizo en la Rural había contratistas del gobierno porteño? Tengo el dato posta.
El silencio que siguió a mi propuesta era un buen indicio. Los había sorprendido. Sí, los había sorprendido, pero por supinamente idiota. Cómo se me ocurría levantar esa bandera en la residencia de Olivos, donde dos sillones del living ya tienen bordados los nombres de Cristóbal y Lázaro .
Mi gaffe animó a los otros: cualquier cosa que dijeran iba a sonar razonable. Aníbal (confieso: tengo miedo de que me desmienta) se ofreció a retuitear al Negro Yoma, que escribió que el acuerdo de Pro y la UCR era una "trata de radicales". Pobre Aníbal, le dijeron que se olvidara: la trata de radicales empezó con Néstor .
Kicillof , que en la intimidad es un exquisito maridaje de zurdito setentista y capitalista desalmado, tiró una larga parrafada durante la cual todos aprovechamos para consultar nuestros celulares. Pido perdón porque no sé bien qué dijo. Además, me torra cuando se pone en maestrito. Cristina lo maneja bien. Un día interrumpió la proclama de revolucionario de café que estaba haciendo Kichi con la siguiente orden: "Llamá a Galuccio y decile que vuelva a subir la nafta".
Intervino Wado de Pedro . "Peguémosle a Macri donde más le duele. Sus obras. Digamos que con las bicisendas mostró la hilacha: es el hombre de la bicicleta financiera. Que llevó la sede del gobierno al sur de la ciudad porque odia a los empleados municipales y los quiere lejos de su casa. Que está tan obsesionado con el Metrobus que va a poner uno en la calle Florida. Y que enrejar las plazas es un atentado contra la tercera edad."
Después, tímido e inseguro -claro, era su primera vez-, pidió la palabra Camilo Vaca Narvaja, el novio de Florencia , el padre de la hija que espera Florencia, el yerno de la madre de Florencia, el cuñado del hermano de Florencia. Suena tedioso, pero les estoy leyendo su currículum. Él tiene claro su objetivo. Incluso quiere pasar a llamarse Camilo Vaca Narvaja de Kirchner. Empezó a hablar de su propuesta sobre Macri en voz baja, hasta que ganó en confianza. "En este momento el punto débil de Mauricio es Gaby Michetti , que es como aquel personaje de Unamuno que al terminar la novela se rebela y le dice que no quiere morir. Al enfrentar a Rodríguez Larreta , Gaby se rebeló contra Macri. Tendríamos que trabajar en eso, apoyarla. Si gana ella, pierde Macri. ¿No estará necesitando algo para la campaña?" ¿Qué tal el pibe, eh? Cristina escuchaba embelesada. "¡Ya sos un Kirchner!", lo homenajeó.
Otra opinión interesante fue la del Cuervo Larroque . "Lo primero que deberíamos hacer es diferenciarnos de Macri, porque todavía da vueltas cierta sospecha de que hemos acordado muchas cosas con él. Es sabido, señora, que el gobierno de la ciudad autorizó en la 9 de Julio la escultura del Padre Mujica y el mural de Jauretche por un expreso pedido suyo. Además está lo de la estatua de Colón y lo de Cristóbal, y se habla de posibles pactos en provincias como Jujuy y Tucumán, donde Pro podría mantener sus candidatos para que ganen los nuestros. Por eso pregunto si vamos realmente a la guerra o si pegamos por arriba y arreglamos por abajo." La pucha, qué jugado lo del Cuervo. Y eso que no dijo lo peor. Medio en serio y medio en broma se comenta que el mayor servicio de Cristina a Mauricio es haber puesto como candidato en la ciudad a Marianito Recalde .
Como resultado del cónclave de Olivos, al día siguiente -el lunes- Kichi, Bossio y muchos más salieron a matarlo a Macri, convirtiéndolo ya en el enemigo a vencer. Todos los nuestros arremetieron contra él. Bueno, no todos. A Hebe le encargaron otra cosa. Que destruyera a Scioli . A Scioli, no a Macri. A Scioli, que es nuestro candidato frente a Macri. Qué misteriosa y subyugante es la política en el paraíso terrenal de los Kirchner.