En medio de perspectivas adversas, las subas –aunque muy suaves- han sido una constante en el mes pasado.
Pese a la entrada de la cosecha de EE.UU. y del inminente ingreso de la sudamericana, durante este mes el mercado logró establecer un piso.
La pregunta ahora es si éste podrá mantenerse a lo largo de marzo y abril.
Desde la Argentina el cuadro es muy complejo. Y desde EE.UU. la situación parece algo mejor.
La cruda realidad es que, por el momento, el piso logra sustentarse relativamente por los inconvenientes logísticos que sufre Brasil.
Es cierto que existen factores más estructurales que impiden bajas muy fuertes. Nos referimos a la demanda muy activa global, que revela exportaciones a niveles récord.
Esto no es poca cosa, ya que si hubiese una mala jugada por parte del clima en el mundo, los valores buscarían transitar una pendiente hacia mejores valores.
Pero para lo más o menos inmediato, la perspectiva realmente es mala. Sigue la firmeza del dólar así como el precio del petróleo continúa en baja, en un contexto donde la oferta del norte es enorme y la del sur amenaza serlo, también.
La industria del los bio-combustibles, por tanto, se encuentra en estado crítico.
Mientras tanto en Brasil, el conflicto por parte de los camioneros no permite que los productos fluyan hacia su destino. Hace unos quince días, era tan sólo un corte en una ruta y ahora se trata en rigor de un conjunto de conflictos en diferentes rutas de seis Estados.
Un problema es el cuello de botella que sufre el suministro de gasoil lo que afecta a su vez al propio transporte y a la operación de cosecha.
Y el otro, más grave aún para el agro, es el traslado de los granos a lo puertos.
Así las cosas, la cuestión amenaza con mantenerse un buen tiempo pues la solución no es fácil: los camioneros reclaman una baja del precio del gasoil o un aumento en los fletes, algo que la economía brasileña no puede otorgar sin mayores problemas.
En el puerto de Paranaguá no habría mucha más mercadería para embarcar, en tanto los barcos aguardan poder hacerlo con costos de espera que afectan seriamente los negocios.
A consecuencia de lo revuelto que está el mercado de Brasil, los importadores usuales se están alineando tras la mercadería procedente de EE.UU. Por ello, los valores de Chicago tienden, en términos comparativos, a fortalecerse.
Pero no sucede exactamente lo mismo en la Argentina. Hubo cierta mejora de valores pero de menor proporción a la de Chicago.
Es que la oferta nueva aún no está disponible y los importadores especulan con que, a la hora de que lo esté, los conflictos de Brasil se hayan solucionado.
En definitiva los compradores internacionales saben que la producción argentina llegará a cerca de 58 millones. El volumen es récord. Y además tiene un agravante: hay 7 millones de toneladas de stock inicial para la campaña 2014/15.
El panorama no es alentador porque tarde o temprano se solucionarán los conflictos en Brasil, a lo que debemos agregar el avance de la cosecha del resto de Sudamérica.
Quienes tengan que vender, posiblemente deberían aprovechar.
Lamentablemente el primer día hábil del mes, en la plaza local, ha sido desalentador. Por la mercadería con entrega disponible, la industria disminuyó su oferta de compra, a $ 2.050.
Y en el mercado de Chicago, los futuros cerraron con bajas. Los fondos salieron a vender.
Es fundamental prever la oferta en 2015, según sean las proyecciones de siembra de EEUU.
Las expectativas de precios futuros de los granos dependen de la siembras del primer semestre de 2015 en el norte. El Outlook 2015 del USDA mostró mermas con proyecciones por debajo de las privadas.
El horizonte es muy preocupante para la soja aunque es más grave para el trigo y el maíz.
No resulta agradable el cuadro. Pero por ello mismo, no deben caer los brazos.