"¡Todos somos griegos!", exclamó ayer en plena rueda un operador desde Chicago. Poco de broma y mucho de certeza tuvo la afirmación, dado que el "voto de confianza" de los inversores a una posible solución para la deuda griega favoreció no sólo el aumento de los principales indicadores bursátiles globales, sino también la depreciación del dólar frente al euro, un movimiento largamente esperado en el mercado de granos, dado que mejora la competitividad de las materias primas estadounidenses.
Desde el inicio de la rueda, las pizarras del principal mercado de referencia para el valor mundial de los granos abandonaron el rojo intenso de las últimas semanas y se cubrieron de verde. Las posiciones marzo y mayo de la soja sumaron US$ 10,10 y 9,83, en tanto que sus precios resultaron de 362,66 y de 364,87 dólares por tonelada. En el caso del maíz, los contratos marzo y mayo subieron US$ 6,30 y terminaron la rueda con ajustes de 151,86 y de 155,01 dólares.
Respecto del trigo, luego de tocar anteayer el nivel más bajo en cuatro meses, la posición marzo en Chicago y en Kansas aumentó US$ 7,71 y 9, mientras que su ajuste resultó de 188,77 y de 205,40 dólares por tonelada, respectivamente.
Como se señaló anteriormente, el dato que inició el movimiento alcista estuvo en el mercado de las monedas. Allí, la relación dólar/euro pasó de 1,1346 a 1,1492, es decir que la divisa estadounidense se depreció ayer un 1,29% frente a la moneda europea.
Pero el impacto alcista de la caída del dólar no se agotó en el hecho de dotar de mayor competitividad a los granos estadounidenses en el mercado exportador, donde deben competir con varios de los países del bloque europeo por los compradores de trigo y donde deben procurar el ingreso en la zona euro con maíz y con subproductos del complejo sojero. En efecto, el movimiento de las monedas, sumado al recorte de las inversiones planteado por petroleras de los Estados Unidos, impulsó ayer un repunte del 7,02% en el valor del petróleo, que pasó de 49,57 a 53,05 dólares por barril.
Particularmente en lo que va de 2015, el persistente retroceso del precio del crudo afectó el mercado de los combustibles derivados del maíz (etanol) y de la soja (biodiésel), a partir del incremento de las existencias -las de etanol son las más altas en dos años- y de la caída de los márgenes de la industrialización. Entonces, si el valor del petróleo se tonifica, también podría seguir el mismo camino, por ejemplo, el precio del etanol, que está en uno de los niveles más bajos de los últimos 10 años. Esta posibilidad sumó ayer a las subas de ambos granos gruesos, que contaron como aliados para el repunte a los fondos de inversión especuladores, que durante la rueda adquirieron 25.000 contratos de maíz y 11.000 de soja, equivalentes a poco menos de 3,2 y de 1,5 millones de toneladas, respectivamente.
Para el caso de la soja, el otro factor alcista relevante de la jornada fue la incertidumbre que plantea la cosecha de Brasil, dado que la falta de lluvias durante enero limitó el potencia de rinde de los cultivos en varios Estados. Ayer, la consultora Informa Economics mantuvo estable su cálculo sobre la producción brasileña, en 93,5 millones de toneladas. El lunes, el agregado agrícola del Departamento de Agricultura de los Estados Unidos (USDA, por sus siglas en inglés) en Brasil estimó 93 millones de toneladas, por debajo de los 95,5 millones proyectados por el organismo en su informe global de oferta y demanda de granos de enero. Los estimadores más pesimistas ubican el volumen de la cosecha del segundo productor mundial de la oleaginosa cerca de los 91 millones de toneladas.
Pese al entusiasmo alcista, los especialistas advirtieron que lo visto ayer en el mercado no implicó un cambio de tendencia de la plaza, que continúa con sobreoferta de cereales y con amplias existencias de soja. "Se trató, en rigor, de una reacción puntual frente a hechos concretos como la caída del dólar; la suba del petróleo, y la incertidumbre en Brasil. El sostenimiento o no de estos factores determinarán el rumbo que asuman los precios en las próximas ruedas", dijo una fuente del sector comercial.
Mercado doméstico
En el mercado local, la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR) dijo que las subas externas y las necesidades de la demanda dotaron de mayor "dinamismo" a la rueda de negocios. Si bien no hubo ofertas abiertas por soja disponible, la entidad indicó que "la disposición a pagar" partió de $ 2330 por tonelada, $ 30 por encima del valor vigente anteayer. No obstante, para el caso de lotes grandes, se habrían acordado ventas a $ 2350.
Por soja con entrega en marzo, la demanda "evaluaba pagar" -según la BCR- US$ 255 para la primera semana; US$ 250 para la segunda, y US$ 240 para los últimos quince días del mes, con mejoras de 5 dólares respecto de las propuestas conocidas anteayer. La soja con descarga entre abril y mayo fluctuó de 235 a 238 dólares. La BCR señaló que "la oferta interpretó la circunstancia (las subas) como una oportunidad para vender y dio lugar a operaciones por 60.000 toneladas".
En el Mercado a Término de Buenos Aires las posiciones febrero y mayo de la soja subieron US$ 4 y cerraron con ajustes de US$ 273 y de 238,60.
Por maíz disponible, la exportación ofreció $ 950 en Rosario, sin cambios, pero según el tamaño del lote la propuesta se elevó a un rango de 970 a 1000 pesos. En Bahía Blanca el cereal se cotizó en torno de los $ 1130, con una mejora de $ 30. El maíz nuevo se negoció a US$ 120/123 para Rosario y a US$ 132 para Bahía Blanca.
Los molinos pagaron de 980 a 1400 pesos por tonelada de trigo.