El Gobierno recortó a la mitad las retenciones efectivas a la exportación de biodiésel para incentivar las ventas externas del producto, sustituto del gasoil.
Como ya lo había hecho en octubre pasado con las retenciones al petróleo, con alguna demora, la Secretaría de Energía que comanda Mariana Matranga publicó ahora los precios y retenciones para el combustible derivado de aceite de soja, y reflejó una baja de la alícuota del 12,57% a 6,15%, retroactivo al mes de diciembre.
Con la baja del precio del petróleo y una merma cercana al 50% en el valor del gasoil, importar el producto desde la Argentina para sustituir ese combustible dejó de ser negocio, por eso las grandes productoras del país están casi sin actividad desde noviembre.
El sector de las pequeñas y medianas empresas, por su parte, se sostiene abasteciendo al mercado interno, que debe cortar el gasoil con una proporción cercana al 10% de biodiésel.
Energía dio a conocer también los valores que deben pagar las petroleras por el biodiésel en el mercado interno, precio que está regulado y se mantiene, pese a la baja del petróleo, apenas por debajo de su valor de junio. La rebaja en el período alcanza el 4%, es decir que el Gobierno está sosteniendo a esa industria en línea con los precios del surtidor en la Argentina y no con los valores internacionales del petróleo.
Desde la Cámara Argentina de Biocombustibles (Carbio) celebraron la medida. Para el presidente de la entidad, Luis Zubizarreta, se trata de un incentivo que ayudará al país a no malvender el aceite de soja, insumo para el biodiésel. Según explicó, desde que Europa cerró las puertas al biodiésel nacional tras acusar al país de dumping, las exportaciones de biodiésel local salieron a competir por precio. Es que, a diferencia de los europeos, obligados a cortar sus combustibles para cumplir metas ambientales, algunos de los destinos principales del biodiésel argentino en 2014, como países de África, solo miran que sea más barato que el gasoil, que también importan.
Tras una serie de intervenciones del Ministerio de Economía sobre el sector de los biocombustibles, iniciadas en 2012 con un aumento de las retenciones y una fuerte baja del precio en el mercado interno y sucesivas modificaciones a esas medidas el negocio en la actualidad quedó dividido entre grandes empresas exportadoras, con un bajísimo cupo local, y firmas medianas y pequeñas que abastecen a las petroleras en el país. Mientras que en el medio se recortó la cantidad de jugadores del sector, la nueva baja de las retenciones busca beneficiar a las grandes compañías, como Cargill, Bunge, Dreyfus, Molinos y Vicentín, mientras que los precios internos sostienen a las demás. Desde el sector exportador creen, sin embargo, que la baja de retenciones no volverá a hacer rentable el negocio hasta que comience a entrar la nueva cosecha de soja, desde abril.
Sucede que, mientras el precio del petróleo se desplomó, el del aceite de soja está firme en los últimos meses, rondando los u$s 740 por tonelada. Con el ingreso de soja nueva, las empresas recibirán más granos y habrá aceite de sobra.
Pese a los avatares del sector, la producción de biodiésel en 2014 alcanzó un récord de 2,6 millones de toneladas, de las cuales 1,5 millones de toneladas fueron a la exportación.