Luego de compartir la foto en el Espacio Clarín de Mar del Plata que encendió la previsible furia kirchnerista, Daniel Scioli invitó a Ernesto Sanz a tomar un café en uno de los dos grandes hoteles que tiene el empresario Aldrey Iglesias, uno de los hombres más cercanos al gobernador que lo respeta casi como a un padre.
En la reunión sólo estuvieron los tres. Y Scioli fiel a su estilo fue muy
directo. “Ernesto te pido que no avancen con la idea de la gran primaria
opositora. Si me das una mano con eso yo hablo con Macri para que te lleve de
candidato a vicepresidente”, le propuso Scioli, mientras se tomaba un té con
tostadas.
El radical, con un mas modesto cortado en jarrito, todavía shockeado por la
propuesta, atinó a contestarle: “Mira Daniel va a ser difícil parar eso, es la
única manera que tenemos con Gerardo (Morales) de evitar que se parta el
partido”.
La idea, anticipada en su momento en exclusiva por LPO, consiste en armar una
gran primaria en la que compitan los presidenciales del radicalismo: el propio
Sanz y Julio Copbos, con Mauricio Macri y Sergio Massa. Este plan entiende que
el costo de la jugada será el irremediable alejamiento de Hermes Binner y los
socialistas.
Supuestamente esta idea había naufragado en la reciente cumbre radical de San
Fernando, pero la charla de ayer revela que se trató apenas de un movimiento
táctico para adormecer la interna que agita a Unen y que en la Convención
nacional del radicalismo prevista para marzo, podría consagrarse de manera
definitiva, con la carrera presidencial ya lanzada.
“Massa no se va a presentar, no tiene plata para pagar la primaria”, arriesgó
Scioli y le pidió a Aldrey Iglesias que “ayudara” a Sanz a convencer a Macri que
lo lleve de candidato a vicepresidente.
Se trata de un encargo complicado, porque Macri está empeñado en llevar en
esa posición a Gabriela Michetti, un poco porque es el consejo de su asesor
ecuatoriano Jaime Durán barba que le dice que sólo así el PRO podrá realmente
presentarse como “lo nuevo” y alejar el fantasma de la Alianza; y además, porque
Macri le quiere despejar el camino en la Capital a su jefe de Gabinete, Horacio
Rodríguez Larreta, elegido como su sucesor más confiable.
Sanz insistió en explicar que él ya había acordado el tema de la gran
primaria opositora con Morales –que está con Massa- e incluso arriesgó: “Va a
avanzar”.
Scioli no se desanimó y con su optimismo inoxidable le contestó: “Yo creo que lo mejor para ustedes es ir con Macri, pero sigamos en contacto y empecemos a trabajar puntos de acuerdo para un futuro acuerdo de gobernabilidad”.