El náufrago entró a la choza imperial justo cuando Parlanchina estaba hablando con sus abogados para ver si se compraba un departamento frente a Comodoro Py para cuando tuviera que transitarlo a diario, o bien le convenía mudarse al puerto de los maderos, una exclusiva zona de la capital de la isla que había sido copada por los funcionarios públicos de la isla y los militantes de La Compota. Tan copada estaba la zona por toda esa gente, que si uno pasaba caminando por el barrio y gritaba ¡corrupto!, todos se asomaban a la ventana de la choza para ver quién los llamaba.
Mientras tanto Coquin estaba terminando su sanata matinal. El náufrago escuchó el final de la explicación de Coquin sobre el nivel de actividad económica y decía que si bien era cierto que la actividad económica había disminuido algo en la isla, era mayor a la de 1536 cuando un tal Pedro de Mendoza había fundado por primera vez la capital de la isla. Con estos datos, dijo Coquín, queda claramente demostrada la pujanza del modelo y la vigencia de los principios que no fueron dejados en las puertas de esta choza imperial en esta década ganada. Los principios de acumulación se han cumplido inexorablemente. Se han cumplido tanto que en estos momentos se está analizando cómo ocultar lo que acumularon… En ese momento se dio cuenta que había dado un paso en falso y Coquín se despidió sin más trámite.
El náufrago estaba sentado en la sala de reuniones de la choza imperial esperando cuando entraron Parlanchina, Coquín y nuevamente Aníbal. Sentados a la mesa Parlanchina miró a patilludo y le dijo: vení chiquito, sentate con nosotros.
Náufrago: los escucho. Uds. me llamaron
Parlanchina: sí, Ud. está diciendo por la isla que el gasto público es muy alto y que hay que bajarlo. ¿Qué quiere Ud., hacer el famoso ajuste ortodoxo? Le aclaro que mientras yo sea reina de esta isla, no va a haber ajuste de ninguna clase. Si quieren un ajuste van a tener que buscar a otro.
Náufrago: Como con la devaluación, cuando Ud. dijo que si alguien quería una devaluación que buscaran a otro y a principios de año terminó devaluando.
Coquín salió en defensa de Parlanchina: eso no fue una devaluación. Fue un cambio de precios relativos entre el oro y las hojas de palmera producto de una conspiración de los grupos concentrados, los caranchos internos y las mentiras mediáticas.
Parlanchina: bueno, ¿reconoce que está pidiendo un ajuste salvaje?
Náufrago: en rigor el ajuste lo están haciendo Uds. pero sobre el sector productivo de la economía, es decir, el sector privado. A los que trabajamos y pagamos impuesto nos asfixian con más carga tributaria, regulaciones, controles y prohibiciones. Esto significa que el ajuste lo hacen sobre el sector productivo de la economía mientras los de La Compota siguen cobrando por militar y el 44% de los habitantes de esta isla vive de subsidios. Si suma los empleados estatales de la isla que no producen y complican a los que producen, los que viven de subsidios, los jubilados y los menores de edad, del total de los habitantes de esta isla aproximadamente el 16% sostiene al otro 84% de los habitantes. El problema es que ese 16% se achica cada vez más.
Cuando escuchó esa frase, salto Vení Chiquito y dijo: ¿Cómo puede afirmar semejante cosa?
¿Quién le dio esos datos?Náufrago: vea, según datos de CEPAL, que no es una institución de Consenso de Washington, esta isla tuvo en el primer semestre del año una inversión extranjera directa, es decir inversiones de otras islas, que fue negativa en U$S 55 millones. En otras palabras, de las empresas extranjeras son más las que se van de la isla que las que vienen. En realidad se van y no viene ninguna.
De las trece islas de la región quedamos últimos en inversión extranjera directa.
Además, los isleños no invierten y la carga tributaria llegó a tal punto que directamente a muchos isleños no les conviene producir porque todo el excedente se lo lleva el estado.
Cualquier productor de cocos que esté a más de 10 kilómetros del puerto queda fuera de competencia por los costos de transporte.
Uds. son tan ridículos que están preocupados que el precio del oro en el mercado blue no se les dispare, pero tienen un tipo de cambio real atrasado para el comercio exterior. Es decir, hay que entregar muy pocas hojas de palmera por cada gramo de oro al tipo de cambio oficial. Pero ese precio es artificial. Como los precios en hojas de palmera suben y el tipo de cambio lo mantienen clavado en 8,5 hojas de palmera por gramo de oro, resulta que todos los aumentos de precios en hojas de palmeras hacen más cara la producción interna medida en dólares y, por lo tanto, imposible la exportación. Al mismo tiempo es muy barato importar. Por eso Uds. regulan el comercio exterior. Les falta oro por exportaciones porque hicieron que la isla sea cara en sus precios en oro. Menos exportaciones es menos producción, y esta menor producción se traduce en menor cantidad de puestos de trabajo. De nuevo el ajuste pasa por el sector privado.
Como tienen poco oro para importar, faltan insumos que vienen de otras islas, esta es otra de las causas de la falta de producción y despidos. Nuevamente ajustan por el sector privado. El que produce. El que sostiene al sector público. A Uds.
Caminen por la isla y van a ver como cierran los comercios, las empresas producen menos y la actividad inmobiliaria de la isla también está paralizada.
Resultado final, cada vez menos bienes producidos y más gente que consume sin producir.
Parlanchina: ¿por qué insiste con eso de menos producción? ¿No vio los datos que informa el organismo oficial de estadísticas?
Náufrago: no hace falta ver esos datos dibujados. La lógica sola y caminar las calles muestran lo que está pasando. Ud. tenía un stock de gente que vive de un subsidio, además una enorme cantidad de empleados estatales que crecen constantemente y, finalmente, los jubilados. Si los que producen dentro del sector formal de la economía son cada vez menos porque cierran sus negocios y las empresas producen menos por la falta de insumos, porque no pueden exportar o porque dejaron de invertir, lo que Ud. tiene es, por definición, menor cantidad de bienes y servicios para consumir
Rápidamente saltó Vení Chiquito y afirmó: nosotros no vamos por el ajuste ortodoxo. Tenemos todos perfectamente calculado. Vamos por las políticas activas heterodoxas como el aumento del gasto público para estimular el consumo y la demanda.
Náufrago: dígame, ¿con que pagan ese aumento del gasto público?
Vení Chiquito: con emisión de hojas de palmera. Y no me venga con que eso es inflacionario porque nosotros no suscribimos la teoría de los chicago boys vende patrias.
Náufrago: Ok, si las importaciones están cerradas y las empresas no tienen insumos para producir, ¿qué va a comprar la gente con esas hojas de palmera?
Uds. no entienden que el problema es la cantidad de bienes y servicios a los que puede acceder la gente con su salario. Si se producen pocos cocos, por más hojas de palmera que emitan, no va a haber cocos para comer. ¿Entiende? La clave está en generar inversiones para producir muchos cocos, peces, velas, etc. de manera que esos bienes no sean escasos y sus precios sean muy accesibles para la gente para que puedan consumir.
Entiendan, primero hay que producir y luego viene el consumo. Y para producir más hay que invertir y la inversión requiere de crédito. Pero el crédito depende del ahorro que se ofrezca, siendo el ahorro el ingreso no consumido. En otras palabras, para poder consumir más hay que sacrificar consumo presente por más consumo futuro. Se ahorra para invertir y así tener mayor productividad.
La otra opción es que vengan a invertir capitales extranjeros a la isla. Pero como Uds. están tan locos con sus regulaciones, cepos, carga impositiva, etc. las empresas se van a las islas vecinas. Salen corriendo cuando se enteran de las cosas que hacen Uds.
Combinamos menos producción con más gente que vive del fruto del trabajo ajeno y lo único que podemos esperar es miseria. El ajuste que están haciendo sobre el sector privado es brutal.
Parlanchina: evidentemente no nos entendemos. Ud. cree en el capitalismo salvaje y nosotros en la distribución del ingreso. En la equidad social. ¡En la justicia social!
Náufrago: no me interesa en qué creen Uds. Lo único que puedo afirmarles es que están matando su propio negocio.
Parlanchina: ¿por qué?
Náufrago: porque si destrozan a los pocos que producimos en esta isla, van a ser tan pocos los bienes y servicios a los que pueda acceder la gente que no van a tener como mantener sus justicia social ni la distribución del ingreso y mucho menos el curro que tienen Uds de vivir de nuestro trabajo.
Vení Chiquito: Se olvida que tenemos la máquina de imprimir hojas de palmera.
Náufrago: no, no me olvido. El problema es que la gente come cocos, no come hojas de palmera.
Parlanchina: Ud. nos trata como si fuésemos comunistas y no es así.
Náufrago: Uds. no son ni comunistas, ni terroristas, ni socialistas. Son una manga de delincuentes que se apropió de la isla usando la democracia para transformarla en una dictadura cuyo único objetivo es hacer sus propios negocios. El poder lo quieren para hacer sus negocios personales y el discurso progre lo usan para captar votos.
Uds. no van a expropiar las tierras de los productores de cocos porque si las expropiaran tendrían que ir a laburar los de La Compota. Uds. prefieren que trabajemos nosotros y expropiarnos la renta. Nos tienen como esclavos suyos.
El problema que tienen es que se pasaron de vueltas en la renta que nos expropian y se van a quedar sin rentas para expropiar. Es lo que se conoce comúnmente como matar la gallina de los huevos de oro.
Que tengan un buen día, dijo el náufrago mientras se levantaban y se iba de la choza imperial. Coquín que estaba mudo dijo: yo todas las mañanas hago la payasada de hacer el relato de que todo está fantástico. Ahora, me preocupa que nos compremos el relato. ¿No se pondrá de malhumor la gente?
Parlanchina: Puede ser, igual ya nos llenamos los bolsillos bien llenitos. Bolsas de pepitas de oro pesadas y lavadas. Si se mueren de hambre es problema de ellos, nosotros ya tenemos para vivir cómodamente por el resto de nuestras vidas.
Aníbal: vea Parlanchina, lamento que mi primer acto de gobierno de vuelta a este puesto sea comunicarle lo siguiente.
Parlanchina: ¿Qué?
Aníbal: un juez Bonodías está investigando sus hoteles en la parte sur de la isla y parece que tiene pruebas para divertirse.
Parlanchina estalló de rabia y dijo: esto es una injusticia. Toda una vida de esfuerzo robando para que ahora venga un carancho vendido a los fondos buitres a perseguirme. Cuánta injusticia hay en la tierra.
Aníbal, para eso te traje de vuelta al ejecutivo. Encargarte que me saquen a ese juez de encima.
Aníbal: yo trato de encargarme, pero parece que se enteraron que Ud. quiere ir por ellos.
¿Y? preguntó Parlanchina
Aníbal: Me parece que decidieron venir por Ud.
Fuente: Economía para Todos