La evolución del dólar en el mundo, el tipo de cambio que rige en Brasil y el precio del petróleo no abren grandes esperanzas para los granos gruesos, en un marco donde la cosecha de Sudamérica se presenta en forma alentadora.

¿Por qué hablamos del dólar?

Porque esta moneda continúa su tendencia a la suba. En contraposición otras divisas como el euro caminan en baja, fundamentalmente por la debilidad de la economía de la zona euro.

La mejora de su valor no sólo es respecto al euro; también lo es con relación al yen, la rupia india, al rublo ruso y, en general, a las monedas asiáticas.

En consecuencia, es lógico prever una contracción de la demanda mundial de granos.

¿Por que referimos al tipo de cambio en Brasil?

Allí se implementa un plan económico ortodoxo con presión oficial sobre el mercado de cambios para que la moneda local se deprecie aún más. Mientras que desde agosto pasado, el dólar aumentó casi 15%, acá en el país apenas lo hizo en 4%. Para ilustrar mejor la suba en su competitividad a consecuencia de la devaluación de su moneda, hay que remarcar que el inflación anual gira en torno a 6%. Dada la baja tasa de inflación, el tipo cambio real mejora con pequeñas depreciaciones de su moneda.

Por lo tanto, al aumentar la competitividad internacional de la economía brasileña, la presión por mayor oferta sobre los precios granarios debería sería a la baja.

¿Por qué nombramos el petróleo?

Porque el precio internacional del petróleo ha bajado a niveles impensables hace poco, por la puja de producción y también por la propia mejora del dólar.

Y por lo que parece durante el 2015 la contienda mantenida por los países productores de combustibles minerales será una constante.

A lo largo del segundo semestre del 2014, el precio de este combustible ha bajado más de un 35% en el mercado internacional. Mientras a comienzos de julio pasado, el precio del barril giraba en torno a 105 dólares por unidad, ahora se encuentra visiblemente por debajo de 70 dólares, aproximándose a un nivel de 65 dólares.

Vale recordar que cada vez se usa más maíz para hacer etanol y más soja para el producir biodiesel. Pero si el valor del petróleo se ubica por debajo de 70 dólares, pierde sentido la producción de etanol y biodiesel. El aceite de soja es una de las materias primas más utilizadas por la industria del biodiesel a nivel mundial.

A resultas de ello, la demanda mundial de maíz y soja debería decaer.

En nuestro país, todas las industrias procesadoras de biodiesel utilizan el poroto de soja como materia prima. No se usa ni el aceite de colza y menos el de palma.

Como vemos, la tendencia a la baja de los precios de los comodities agropecuarios sobre todo de los granos como la soja y el maíz no sólo es resultante de las grandes producciones de granos y la recomposición de los stocks, especialmente de EE.UU. sino también de estos elementos.

Por ahora, la acción de la demanda china no permitiría vislumbrar claramente la tendencia. Pero en el mediano plazo, un balde de agua fría podría caer sobre los mercados.

Eso sí: todavía no hay certezas sobre la producción del hemisferio sur. Si hubiese sorpresas desagradables respecto al clima, la tendencia podría variar.