La propuesta tendría el aval de La Cámpora y su deseo lo blanqueó frente a varios empresarios que participaron en la cumbre de la Unión Industrial Argentina.
El proyecto tiene igual serios reparos: el propio Scioli no quiere a Kicillof como segundo de la fórmula porque en todos los sondeos se confirma que el ministro es un espanta-votos. El otro problema que tiene Kicillof está en sus propias limitaciones: en un año de gestión se convirtió en un verdadero coleccionista de fracasos económicos.
Pero la iniciativa tiene el aval de La Cámpora porque Kicillof representa la continuidad del modelo cristinista. La versión fue uno de los comentarios centrales en las reuniones informales y secretas en la cumbre de la UIA.
Por eso Kicillof está tomando medidas para garantizar la tranquilidad del dólar y, a la vez, no bajar las banderas del relato cristinista.
El ministro instrumentó una serie de “bicicletas financieras” para frenar la avidez por el dólar y disimular la falta de reservas. A cambio otorga a bancos e inversores institucionales jugosas rentas en pesos de hasta el 70 por ciento.
Una bicicleta se arma con el seguro de cambio de los “dolarlink”. La otra con las colocaciones de Lebac y la tercera, y más marginal, con la comercialización de clandestina de CEDIN, en cuevas que el BCRA dejó al margen del “control policial”.
Según fuentes privadas, entre ellas hay por lo menos cuatro, donde se canalizan inversiones de La Cámpora. La cuestión explica el insólito blanqueo indefinido que mantiene el Gobierno. El propio Jesús Yepes Gaviria –el colombiano investigado por narcotráfico– se mostró asombrado por la amplitud de esa medida sostenida por Kicillof. Así lo dijo: “Yo blanqueé capitales de acuerdo a las leyes argentinas. Eso no lo inventé yo; lo inventó el Gobierno.”
Kicillof habilitó las “bicicletas financieras” con la intención de ganar tiempo para avanzar en un acuerdo con el JP Morgan.
El ministro está conversando en secreto un negocio con ese banco de Wall Street para la colocación de deuda en el exterior por 1.500 millones de dólares, pagando la costosa tasa del 9,5 %.
Primero, Kicillof exigió al JP Morgan fondos frescos por 3.000 millones de dólares. Pero el banco sólo está dispuesto a ofrecer la mitad a la Argentina.
La decisión –ayer– de adelantar el pago de los Boden 2015 formaría parte de esta negociación para aliviar con deuda las reservas del Banco Central.
Kicillof pretendió pegar un golpe de efecto: demostrar que Argentina tiene reservas suficientes, cuando en realidad es el principal problema de la economía.
El BCRA cuenta con el stock más bajo de América latina. Representa el 6% del producto bruto del país, y el dinero de libre disponibilidad sólo alcanza a 18.000 millones de dólares
Pero también con esas maniobras Kicillof dio un mensaje interno: que el Gobierno ahora difícilmente solucione el problema que generó con los fondos buitre.
Fue un fracaso total la ley de Pago Soberano. El staff del Banco Nación elaboró un informe lapidario sobre la iniciativa del ministro, en el cual los profesionales de carrera advierten que Kicillof expone al BNA a futuros embargos de Paul Singer.
Ahora la intención del ministro sería llegar a las elecciones sin cambios en el frente externo. En otras palabras: hará una propuesta a los fondos buitre que imposibilite un acuerdo. La estrategia le permitirá mantener el relato de “Patria o Buitres” aunque a un alto costo: más recesión y pérdida de empleo.
En la cumbre de la UIA –también– los hombres de negocios conocieron una información caliente y confidencial: el juez Claudio Bonadio ya tendría pruebas suficientes sobre supuestas maniobras de lavado de dinero con los hoteles de la familia de Cristina Kirchner.
Según los hombres de negocios, Bonadio ya habría confirmado que en su mayoría serían ficticias las contrataciones de habitaciones que hizo Lázaro Báez en los complejos de la Presidenta. Por eso, ahora la transacción que el juez investiga se tipificaría de la siguiente manera: supuesto lavado de dinero, cuestión que involucraría a la propia Presidenta. Se trataría de operaciones por un mínimo de cinco millones de pesos.
Ese fue el secreto a voces que la cúpula que comanda Héctor Mendez comentó en las Jornadas Industriales. La noticia también circuló entre los caciques del Grupo de los 6 y los líderes de la Asociación Empresaria Argentina.
Para los hombres de negocios, esa investigación pega en la línea de flotación de la Casa Rosada y es uno de los motivos de mayor preocupación y malhumor de la Presidenta. Jorge Brito lo comentó en una hermética reunión del G-6 : “La investigación golpea en el corazón del cristinismo”.
Se trató de un encuentro para definir la presentación judicial del pedido de inconstitucionalidad de la Ley de Abastecimiento. Brito le sugirió a la UIA postergar la demanda hasta después de la cumbre fabril. Ahora, el planteo legal sería inminente.
Galuccio aprovechó la cumbre de la UIA e hizo pública la operación política para conservar la jefatura de YPF, aun después de la salida de la Presidenta.
El plan lo patrocina un fuerte lobby petrolero internacional. Se trata de un conjunto empresas que tendrían –sin control alguno– contratos multimillonarios con la compañía.
Galuccio tomó un compromiso con esas multinacionales: a cambio de apoyo para sus planes políticos les prometió fuerte concesiones, al estilo Chevron, si en 2016 continúa al frente de YPF.