Como todos los años estamos al comienzo de una cosecha de trigo de 11 millones de TT, por la cual los productores están recibiendo solamente 130 dólares por TT de los 180 dólares del FAS teórico – precio de exportación menos retenciones- que es la capacidad de pago que tienen los compradores si funcionaran los mercados. Es decir el productor está perdiendo alrededor de 50 dólares, además de la confiscación del 23 % por derechos de exportación sobre el ingreso bruto. De cada cuatro camiones el estado se queda con uno entregado en el puerto, mientras el productor tiene que pagar todos los gastos con los tres restantes.

Esta ecuación se agravara en pocos días cuando termine la cosecha en la provincia de Buenos Aires, en la cual se siembra el 60% del trigo del país, produciéndose el efecto “puerta 12” porque los productores tienen urgencia de vender para hacerse de plata. Mientras tanto esto sucede con los productores en su provincia, el gobernador Daniel Scioli no ha dicho nada, porque está más preocupado por las encuestas electorales y el apoyo oficial futuro, que por la situación de los productores y la gente en los pueblos del interior.

Con total responsabilidad y convicción afirmo ante esta grave confiscación al productor, que el único responsable es el Gobierno Nacional, con las políticas implementadas desde hace 8 años que han hecho desaparecer el mercado y la competencia entre compradores. La asignación de cupo o Roes, el adelanto de las retenciones a la exportación para vender en los mercados a futuro y otros manejos económicos por defender la mesa de los argentinos, han provocado la caída de producción del trigo a la mitad de nuestro potencial, el encarecimiento del pan al ritmo de la inflación y no por el costo del trigo, han provocado la quiebra de pequeños productores, la concentración de los compradores y la pérdida del mercado de Brasil, que será muy difícil de recuperar en su totalidad por las nuevas alianzas del Brasil.

Pero lo más grave de todas estas intervenciones arbitrarias, es que han hecho desaparecer el funcionamiento normal de los mercados de futuro que permiten tomar los precios internacionales con la anticipación suficiente, obligando a los operadores a fijar prima riesgo mayor ante la imprevisibilidad de nuestro manejo económico.

Un poco de historia para que se pueda comprender de que hablamos y a donde quiero ir con mi propuesta. En elciclo 1902-1903 se sembró en el país 3,69 millones de hectáreas casi la misma superficie que el año 2013-2014 con 3.4 millones de hectáreas con 11 millones de TT de producción. En el ciclo 1928-1929 el país pudo sembrar 9,2 millones de hectáreas con arados de rejas y sembradoras tiradas por caballo . Asumamos que si hubiera política de estado previsible están dadas las condiciones para poder sembrar por lo menos 7 millones de hectáreas que con el rinde promedio del país de 2800 kg por hectárea nos permitiría cosechar un total 19,6 millones de TT de trigo.

Estos datos están demostrando que en una política triguera el objetivo no puede ser abastecer solamente el mercado interno de 6 millones de TT y el sobrante de dicho saldo exportarlo a precio de remate . Si definimos a la cadena triguera como un negocio estratégico para el país, tenemos la posibilidad de producir entre 18 y 20 millones de TT asegurada por las nuevas tecnologías. Al ser un cultivo de siembra de invierno es fundamental para concretar una buena rotación de cultivos y la conservación de nuestros suelos, equilibrando al mismo tiempo la actividad agrícola durante todo el año para hacer sostenible el tejido social y de esa forma promovemos el desarrollo y crecimiento de una cadena de trigo más dinámica para llegar nuevamente a PBI de 5.500 millones de dólares del 2007. Todo esto sería posible siempre que volvamos a una política económica abierta al mundo, recuperemos el mercado de Brasil y de esa forma aumentando las exportaciones, abastecemos mejor el mercado interno.

En la jornada de Argentrigo de hace 15 días, Eugenia Steglich, analista de la Bolsa de Cereales de Buenos Aires, explicó el aporte del trigo a la economía local y el bajo costo de quitarle las retenciones al cultivo. Entre otros hechos, destacó: *Por cada peso de valor agregado de la cadena agroindustrial, el sector público recaudó 79.8 centavos (40.3 por el efecto directo y 39.5 por el efecto indirecto). *En el período 2011-2013 la recaudación por derechos de exportación de trigo representó, en promedio, el 0,36% de la recaudación total de la AFIP, lo que implica que eliminar las retenciones del cereal tendría un impacto casi nulo en la recaudación *Antes de que se vieran los efectos de la intervención, en 2007 el valor agregado del trigo era US$ 5.500 millones, el 2,46% del PBI. Hoy es US$ 2.956 millones, el 1,87% del PBI *Aunque muchos pueden alegar que sectores como el automotriz hacen un aporte mucho más fuerte en materia de exportaciones, la ventaja del trigo es que es un exportador neto, es decir no requiere de importaciones (y dólares) para producir

Con todos estos argumentos formalizo los puntos más importantes de una propuesta para producir entre 18 y 20 millones de TT de trigo en el próximo ciclo 2014-2015 que se venderá en la gestión de otra administración.

a) El mercado de trigo debe ser libre y sin impuestos distorsivos para que el productor reciba el valor integro como nuestros competidores.

b) Deben funcionar los mercados a futuro en tiempo y forma cómo funcionan en el mundo, para permitir aprovechar los valores internacionales cuando se toma la decisión de las siembras;

c) Deben eliminarse todas las intervenciones en el funcionamiento interno del mercado de trigo.

d) La industria Molinera tiene que competir en igualdad de condiciones con la exportación en los mercados disponibles y futuros. No corresponde que sigamos haciendo una reserva de 6 mil., de TT para elaboración interna, mucho menos si la mitad de ese volumen es para elaborar harina para exportar que ya está subsidiada por el 24 % de retenciones y los 50 dólares de diferencia entre FAS teórico y la capacidad de pago.

e) Debe tener transparencia todo el tratamiento fiscal de la cadena de trigo, harina y pan, como la única manera de generar igualdad de condiciones para que exista competencia.

f) El Estado con los mayores recursos por aumento de la producción y exportación, debe atender con subsidios directos a los más necesitados y de esa forma terminar con la corrupción del actual sistema.

Conclusiones

- Los tiempos electorales no siempre coinciden con los ciclos biológicos. A partir del mes de enero cuando se termina la cosecha de trigo hay que pensar en la nueva siembra. No pretendo que el gobierno modifique sus políticas. Esperaría si una definición de todo el arco opositor tomando una firme posición publica ante este grave problema que está viviendo el productor y se comprometa con políticas como las descriptas a aplicarlas en la comercialización desde diciembre del 2015 mandando un mensaje para aumentar el área de siembra, para no repetir nunca más el actual escenario que ha terminado perjudicando a todos los productores y consumidores.

- No es sensato y de buena gestión limitar el crecimiento de toda la cadena, por 6 millones de TT para el consumo interno, de las cuales solamente 2 millones, son para elaborar el pan común para los 40 millones de ciudadanos. El trigo en la estructura de costo del pan representa solamente el 9%. Con las actuales políticas desde el 2006 el pan pasó de $ 2,50 a $ 25 mientras la tonelada de trigo paso de $ 400 a $ 1000 pesos. Con solamente el 10% de la producción de 20 millones de TT se cubre dicha necesidad y queda el 90% como potencial de producción para el abastecimiento interno y la exportación para poder recuperar los mercados de trigo Sudamericano.

Por Arturo Navarro
Fuente: Años de Campo