Pero el origen de una resistencia y una tolerancia no es el mismo, ya que mientras la primera aparece luego de que la acción de un herbicida selecciona a los individuos sobrevivientes dentro de una especie, la segunda es una característica innata de toda la especie.
Por otra parte, la lista de malezas resistentes está bien definida y se van incorporando nuevas cuando se detecta que algunos individuos sobreviven a algún herbicida, comprobándose posteriormente con estudios científicos. En tanto, la lista de tolerantes no tiene límites tan precisos porque son especies que comúnmente se encontraban en bordes de lotes o en zonas no productivas, y que con los años han ido colonizando lotes y afectando mayor superficie agrícola.
De cualquier manera, en la práctica, ambas generan un serio problema de manejo agronómico que hace necesario adoptar cambios rápidos.
Por eso, desde la REM (Red de conocimiento en malezas resistentes) coordinada por Aapresid, se relevó la presencia de algunas de las malezas tolerantes más importantes del país con el fin de alertar a los productores y técnicos de cada región. “Estos mapas permiten ubicar geográficamente dónde se encuentra presente determinada maleza y se ese modo, quien trabaja en la zona puede prestarle mayor atención y eliminar los primeros individuos que detecte en su lote. Sucede frecuentemente que una maleza al ser desconocida en una zona no se le presta la debida atención y cuando se lo hace ya ocupa una superficie que es difícil de hacer retroceder”, explicó el Ing. Agr. Martín Marzetti, gerente de REM de Aapresid.
Al momento, se mapearon seis grupos de especies: Conyza sp. (Rama negra), Gomphrena sp. (Siempre viva), Borreria sp. (Botoncito blanco), Chloris y Trichloris sp. (Gramas), Papophorum sp. y Commelina erecta (Flor de Santa Lucía). La metodología utilizada fue la misma que para los mapas de malezas resistentes, con consultas a técnicos de cada partido o departamento del área con mayor porcentaje de agricultura extensiva del país, esto es, las provincias de Salta, Tucumán, Chaco, Santiago del Estero, Santa Fe, Córdoba, Entre Ríos, Buenos Aires, La Pampa y San Luis. En total se relevaron 178 departamentos y partidos de estas diez provincias. Luego esta información se validó con especialistas de cada zona. Es importante aclarar que mapear determinado departamento no significa que toda su superficie agrícola presente esta maleza, sino que se detectó su presencia, ya sea en algunos o muchos lotes pero, como el objetivo es la prevención, resulta fundamental indicarlo, aunque se trate de pocos focos.
En base a estos mapas puede verse claramente que Rama Negra se encuentra de norte a sur del país, en parte debido a su semilla liviana que se mueve con el viento a grandes distancias. Algo similar, aunque en menor medida, ocurre con Pappophorum. Las Chlorideas, que también se desplazan fácilmente por el viento, se han detectado en la zona centro-norte, pero año a año afectan una mayor superficie expandiéndose hacia el sur. Por su parte, Borrerias y Gomphrenas sí tienen una presencia desplazada hacia el centro-norte del país, hasta el momento. Por último a Commelina se la encuentra bastante dispersa y a diferencia de las anteriores especies, es desde hace tiempo una maleza presente ampliamente en los sistemas agrícolas del país.
A excepción de Rama Negra, se trata de especies de crecimiento primavero estival, lo que hace que la etapa previa a la implantación de los cultivos de verano y sus primeros estadios sean los más complejos de manejar y donde aparecen los principales problemas. Por otra parte, “si bien hay algunas especies anuales en este grupo, la mayor parte son perennes, lo que hace aún más necesario que el manejo se piense en el mediano y largo plazo y no el término de una campaña”, advirtió Marzetti.