Cuando ya llevan sembradas casi un tercio de las hectáreas destinadas a la nueva campaña de soja, los productores argentinos aún retienen no menos de 15 millones de toneladas de los granos que recolectaron más temprano este año.
La expectativa devaluatoria fue la idea que motivó la retención de granos durante los últimos meses, ya que los agricultores conocían el pronóstico de baja de los precios, que terminó siendo una realidad.
Ahora, las 15 millones de toneladas que se prevé que resta comercializar (el último dato oficial, del 12 de este mes, era de 17 millones de toneladas) están valuadas en unos u$s 4.300 millones si se tiene en cuenta el valor pagado por la oleaginosa el viernes. Los u$s 287 por tonelada logrados en el Mercado de Rosario distan del mejor valor del año con el producto ya cosechado cuando, en junio pasado, alcanzó los u$s 320 por tonelada. Más alejado está aún el valor actual de los u$s 330 por tonelada que valía en febrero, cuando todavía no se había cosechado.
Si se considera el precio de junio, cuando ya todos los productores prácticamente podían vender su producción, la pérdida de ingresos por retención de granos al momento alcanza los u$s 500 millones, según indicó el especialista Gustavo López, de Agritrend, por el diferencial de 33 dólares con los que se ‘devaluaron’ esas 15 millones de toneladas. Sin embargo, se trata de un ejercicio teórico, porque la soja nunca se vende toda junta, porque automáticamente eso afectaría los precios.
Con el repunte de los precios de la soja en octubre, que tuvieron luego sus vaivenes en lo que va de noviembre, las ventas se aceleraron, con el incentivo adicional de los nuevos gastos que genera la campaña 2014/15.
Aún así, en el mercado estiman que, teniendo en cuenta una cosecha que alcanzó las 54 millones de toneladas este año, existe todavía un retraso de unas 8 millones de toneladas en las ventas respecto de igual fecha del año pasado. Desde este punto de vista, los productores dejaron de ganar unos u$s 320 millones por retener soja.
Las perspectivas para lo que resta del año no son mucho mejores en materia de precios. Según López, resta ver cómo, con vaivenes, el precio actual irá confluyendo al valor del futuro, en torno a los u$s 250 por tonelada, que podría sostenerse por algunos meses. Después, llegado a abril de 2015 ya comenzará a jugar el advenimiento de la nueva cosecha local, el impacto de la producción brasileña, la proyección de demanda china y las condiciones de siembra en Estados Unidos.
Mientras no se espera ahora que los precios suban, el ritmo de ventas del próximo año seguirá girando en torno al valor del dólar, con el agregado de un año electoral.