El sorgo producido en la Argentina tiene desde ayer un nuevo mercado: China. El ministro de Agricultura, Carlos Casamiquela, se reunió en Pekín con el jefe de la Administración General de Supervisión de Calidad, Inspección y Cuarentena (Aqsiq), Zhi Shuping, con quien acordó la apertura del mercado chino para este cereal.
El acuerdo es el corolario de una negociación iniciada en 2008, cuando la Administración Estatal de Granos de China informó del interés por adquirir sorgo de la Argentina. Continuó durante la gestión de Julián Domínguez como ministro de Agricultura, quien en 2010 negoció protocolos sanitarios con la Aqsiq.
La demanda china de sorgo, destinado a la alimentación animal, tuvo un crecimiento explosivo en los últimos años. Pasó de unas 12.000 toneladas en 2008 a poco más de un millón de toneladas en la actualidad. Sus principales proveedores son Australia y Estados Unidos. Según informó el Ministerio de Agricultura, en 2014 las importaciones totales de China ya alcanzaron un volumen de 2,4 millones de toneladas por un valor de 689 millones de dólares.
"La relación en materia agroalimentaria y agroindustrial entre la Argentina y China se sigue consolidando", expresó Casamiquela, que informó que también acordó con Shuping el ingreso de girasol confitero y quedó operativo el protocolo fitosanitario para la exportación de peras y manzanas.
La posibilidad de exportar sorgo a China permitiría mejorar la performance que tuvo el cultivo en los últimos años. Según datos del Senasa, las exportaciones de sorgo cayeron un 62 por ciento en los primeros nueve meses de este año respecto de 2013. El principal destino es Japón, con el 47% de los envíos. En cuanto a la siembra en el país, el cultivo viene registrando sucesivas caídas en el área en las últimas cuatro campañas. De los poco más de 1,2 millones de hectáreas que alcanzó en la campaña 2010/11, en este ciclo se llegaría a 880.000 hectáreas, según la Bolsa de Cereales de Buenos Aires.
Como grano grueso, el crecimiento del sorgo, de conseguirse la expansión del mercado chino, permitiría ofrecer a los productores una alternativa más a la soja.
La explosión de la demanda china se debe en parte a una cuestión comercial con las importaciones de maíz. Un informe de la Consejería Agrícola de la embajada argentina en China destaca que el crecimiento de la demanda de sorgo de China se debió al interés de los importadores privados que no tuvieron acceso a la obtención de licencias para adquirir maíz. "El atractivo del sorgo radica en no estar sujeto a un contingente arancelario; en que no es considerado por las autoridades chinas un grano esencial para la seguridad alimentaria, y además sólo se le aplica un derecho de importación del 2 por ciento y un IVA del 13 por ciento", dice el informe.
"Se vislumbra que todas las incertidumbres o restricciones que pudieran tener las importaciones de maíz jugarán en favor de la demanda de sorgo por parte de los compradores chinos", añadió el trabajo.
Uno de los focos conflictivos fue el reciente rechazo chino de cargamentos de maíz transgénico originario de Estados Unidos que no había sido autorizado por Pekín.
En la reunión que mantuvo con Shuping, Casamiquela estuvo acompañado por el jefe de Gabinete de Agricultura, Héctor Espina; el secretario de Coordinación Político-Institucional, Javier Rodríguez, y la presidenta del Senasa, Diana Guillén.
Rodríguez dijo que la apertura China para el sorgo de origen argentino "constituye un avance sustancial para la diversificación de exportaciones".
Además, el funcionario chino informó que la Argentina ya se encuentra habilitada para exportar girasol confitero, luego de que se terminara con los análisis sanitarios correspondientes.