Como octava gramínea y como décimo cuarta en la lista general, Digitaria insularis (también conocida como pasto amargo) es la nueva maleza con resistencia comprobada al glifosato en la Argentina.
De esta manera lo informó el equipo de REM (Red en Conocimiento de Malezas Resistente), de Aapresid. De acuerdo a los registros de la red, esta especie que está presente, principalmente, en el noreste y noroeste del país y en el sur de Santa Fe, ya se encontraba desde hace un tiempo en “alerta amarilla”, con serias sospechas de resistencia al glifosato.
Mediante una serie de estudios científicos realizados en el Centro de Evaluación de Herbicidas del INDEAR (Instituto de Agrobiotecnología Rosario), los investigadores dieron con un elevado índice de resistencia de 11,8; es decir, que se necesitó una dosis de doce veces más de la habitual del herbicida para el control del pasto amargo resistente, con respecto a las plantas no resistentes.
En Argentina, esta especie tiene una mayor presencia en el noreste argentino y parte del noroeste, aunque los especialistas Juan Carlos Papa y Daniel Tuesca vienen alertando de la aparición de pasto amargo en el sur de Santa Fe desde la campaña pasada, en los departamentos Iriondo y San Lorenzo, alrededor de los puertos que rodean a Rosario.
Por su parte, Alejandra Ledda, de INTA Las Breñas, en Chaco, había evaluado la sobrevivencia de individuos a altas dosis de glifosato en lotes de esa provincia.
Al tratarse de una maleza de reciente aparición, el informe del REM señaló que las experiencias locales de manejo son muy escasas. Al respecto citó las de Luis Henrique, especialista de la Fundación ABC de Brasil, quien recomienda la utilización de preemergentes, metolaclor, imazetapir y clomazone, para el control.
“Como postemergentes funcionan bien los graminicidas fop y dim, que mejoran en mezcla con glifosato”, indica Henrique. Mientras tanto, en maíz son efectivos mesotrione, nicosulfurón o glufosinato de amonio, en los híbridos tolerantes.
“Como estrategia de barbechos se puede recurrir al doble golpe, con una primera aplicación de graminicida y un desecante a los siete días, o dos aplicaciones de graminicidas”, aconseja el experto brasileño.
Habrá que evaluar si estas prácticas son válidas para las condiciones y biotipos presentes en Argentina, y al mismo tiempo analizar otras alternativas no químicas para el control de esta maleza que engrosa la lista de especies resistentes a herbicidas en el país.
Digitaria insularis es una maleza perenne, de ciclo primavero estival, que compite con los cultivos de verano como soja y maíz. Por otra parte, como germina muy superficialmente, se adapta perfectamente a la siembra directa.