El espaldarazo que la cosecha le dio a la producción de alimentos permitió que el sector esquivara la recesión profunda que afecta a la actividad industrial en general, y a la vez le permitió dar el salto para salir airosa mientras el resto de las exportaciones se derrumban.
Con la cosecha 2013/2014 por encima de las 100 millones de toneladas, la industria local pudo contar con la materia prima necesaria para aumentar la producción, con la vista puesta en los mercados internacionales. La Argentina es el mayor proveedor mundial de aceite y harina de soja y el tercero de maíz. Los datos de la consultora IES indican que en el primer semestre, las exportaciones de alimentos –incluyendo harinas, aceites y productos elaborados– aumentaron 11,1% con relación a 2013. En ese período, la producción subió 0,4%.
Las exportaciones totales de la Argentina cayeron 10,2% en lo que va del año, con las Manufacturas de Origen Agropecuario (MOA) como única excepción. Este segmento creció 3%, con una suba del 4% en las cantidades y del 2% en el precio.
En el primer semestre se exportaron alimentos por US$9.445 millones, 11,1% más que en el mismo período del año anterior. Los subproductos de la soja aumentaron 24,1% y los lácteos se expandieron 17,1%, más por el incremento de las cantidades exportadas que por la suba de los precios. En cambio, el rubro más golpeado fue el del azúcar, con una baja del 75%, ya que la falta de materia prima redujo fuertemente los saldos exportables y así las ventas retrocedieron a los menores valores desde 2011.
El empuje de la cosecha generó que la participación de los alimentos en el total de las exportaciones llegara al 28%, siete puntos porcentuales por encima del registro de 2013. En el caso de las MOA, la participación saltó de 66,5% a 70,5%. “La industria alimenticia registró en junio un sesgo positivo, impulsado principalmente por la molienda de oleaginosas. Ello se debe a que las fábricas han decidido elevar fuertemente el uso de su capacidad instalada a fin de aprovechar el hueco de la demanda generada por la falta de la capacidad productiva del hemisferio norte, tras su fuerte uso de stocks”, indican los analistas de IES. La elaboración de aceites aumentó 6,8% interanual mientras que la oferta de subproductos creció 5,1%. “El mayor aumento de los aceites con respecto a los subproductos se debió a la reactivación de la producción de girasol, luego de varios meses de pobre oferta”.
La performance de los alimentos se sostuvo pese a que los precios no son los mejores. Tras alcanzar un récord en agosto de 2012, los precios acumulan un deterioro de 20,1%, que, según los analistas, persistiría en los próximos meses. “El descenso de los precios de los alimentos responde principalmente a la mejora de la oferta global, en un contexto donde la revalorización del dólar deprime las cotizaciones internacionales”, señala IES.
En el primer semestre, el principal comprador de alimentos argentinos fue la India. Las importaciones desde este país subieron 55,4% gracias a los subproductos de la soja y, así, el subcontinente acaparó el 9,2% de las ventas totales. Los restantes destinos en importancia fueron Argelia, Vietnam e Indonesia.
El principal destino de los alimentos argentinos en 2013 había sido Indonesia, con el 6,8% en valor y el 8% en volumen. En segundo lugar estaba Irán y en el tercero, India. Las compras de China cayeron 23,4% en el año, lo que llevó a que el país asiático retrocediera de la tercera a la séptima posición en el ranking de importadores de alimentos. Brasil pasó de la quinta a la novena.
Pero la buena racha de los alimentos está terminando. En agosto, las exportaciones de manufacturas agropecuarias cayeron 13%. “A diferencia de lo acontecido los últimos meses, en agosto el complejo oleaginoso no sostuvo las exportaciones del sector. El segmento de grasas y aceites se contrajo 26%, mientras que los pellets mostraron una caída del 19%”, señalan desde la Unión Industrial Argentina.
Mercado interno Según la consultora Finsoport, en el transcurso de 2014, las producciones de carnes rojas y de bebidas y molienda de cereales y oleaginosas se expandieron a tasas próximas a 5%, en comparación con el mismo período de 2013. Dentro de la industria se dan algunas paradojas. Por la pérdida de poder adquisitivo, en el mercado interno el consumo de carnes rojas cayó 4%, mientras que las ventas de carne aviar bajaron 1,3%. Esta caída atenuada obedece a que los precios del pollo subieron 39% en los últimos 12 meses, mientras que las carnes rojas aumentaron 58%, según datos de abeceb.com. El consumo de cerdo –que se abarató respecto de la carne vacuna– subió 3,1%. “La producción de carnes blancas –uno de los sectores agroindustriales más promovidos por el esquema de subsidios y compensaciones implementado en la última década– disminuyó 2,5% en el transcurso de 2014, a raíz de los problemas económicos y financieros que están atravesando algunas de las principales firmas del sector”, puntualiza Jorge Todesca.
Luciana Carcione, economista del Estudio Ferreres, apunta que “hoy por hoy, la producción industrial en términos generales está paralizada. El segundo semestre es mucho más complicado en todos los subsectores, alimentos incluidos. Nuestra proyección es que la industria caerá -4%, con una recesión que se profundizará en el 2015”.