Desde mi punto de vista la salida de Fábrega del BCRA no implica haber perdido a un gran economista especializado en moneda y bancos. Haber trabajado muchos años en un banco no quiere decir que el hombre sea un conocedor de los temas monetarios y financieros, aunque sí puede ser un hábil operador. Desconozco el caso de Fábrega.
Su breve plazo por el BCRA no se caracterizó por ser muy innovador. Se limitó a devaluar (en forma insuficiente), obligar a los bancos a vender parte de sus tenencias en moneda extranjera y a endeudarse en pesos para financiar al tesoro colocando Letras del BCRA, Notas y pases. En enero el stock de LEBACs, NOBACs y pases netos era de $ 109.500 millones. El promedio de los primeros 19 días hábiles de septiembre, último dato disponible al redactar estas líneas, el stock de esta deuda había trepado a $ 211.000 millones. En ambos casos sin considerar la deuda en dólares que contrajo el Central que ronda los U$S 6.300 millones. Lo que hizo Fábrega fue sustituir parte del financiamiento al tesoro con emisión monetaria, por endeudamiento en el mercado interno duplicando esa deuda de corto plazo. Una receta que ya la hemos visto en el pasado y terminó en la hiperinflación.
¿Por qué hizo eso Fábrega? Tal vez para “comprar” tiempo para el gobierno. Devaluaba y absorbía liquidez del mercado para frenar algo la inflación pagando una tasa de interés hasta que Kicillof moderaba el desastre fiscal.
Si esa fue la estrategia, Fábrega se equivocó fiero, porque ni CFK ni Kicillof iban a bajar el gasto público. Son gastomaníacos por necesidad política y por ignorancia económica. Por necesidad política para tratar de mantener lo que le queda de clientelismo político. Por ignorancia económica porque creen que subiendo el gasto se reactiva la economía. Todavía no entendieron que el gasto público es una simple transferencia de ingresos de unos sectores de la sociedad, los que pagan impuestos, hacia otros sectores, los que reciben esos impuestos. La demanda total no se modifica salvo que se financie con deuda externa o consumiendo stock de capital. Esto último fue lo que hicieron durante 11 años y así estamos en infraestructura y nuestros ahorros para la jubilación destruidos luego que nos confiscaran lo que teníamos en las AFJP.
Qué llevó a CFK a maltratar públicamente a Fábrega para que se vaya del cargo, solo ellos los saben. Lo cierto es que, claramente, CFK, de aquí hasta el final de su mandato, solo puede rodearse de los peores elementos de la sociedad. De los menos capaces. Las razones son múltiples. En primer lugar porque nadie capaz va a formar parte de un gobierno que no tiene credibilidad. En segundo lugar, porque como la venganza y la persecución son su forma de gobierno, el trabajo sucio solo pueden hacerlo los menos cultos. Los que tienen menos valores de respeto por el otro. En tercer lugar, porque CFK tiene esa clara inclinación a exigir que la aplauda y le rindan pleitesía. Solo se puede formar parte de su gobierno si se la mira como a una líder a la que hay que rendirle honores y alabanzas. ¿Quién con formación y dignidad puede llegar a querer hacer todas esas cosas que implican arrastrarse como ser humano? De manera que, dada la tormenta económica que ha generado el gobierno, solo los peores van a tener el manejo de la nave. Y dudo que vayamos a parar a buen puerto con semejantes elementos.
Pero, al mismo tiempo, lo que podemos esperar es un gobierno cada vez más
autoritario. Es que cuando uno mete la pata en economía y no quiere dar marcha
atrás, solo le cabe seguir avanzando en las regulaciones y controles hasta
llegar a un punto que tiene que violar derechos individuales para sostener.
Ejemplo, el déficit fiscal genera expansión monetaria para financiarlo. Esa
emisión produce inflación. Como el gobierno no quiere dar marcha atrás bajando
el gasto, solo le queda tratar de disimular la inflación con controles de
precios. Los controles de precios llevan a escasez de productos y aparecen los
mercados negros. ¿Cómo combaten la escasez? Sancionando una ley de
abastecimiento que otorga poderes absolutos al gobernante destruyendo la
división de poderes. El burócrata decide señala a un supuesto culpable y él
mismo lo juzga y lo sanciona cobrándole una multa, metiéndolo preso o
confiscándole las mercaderías. No hay derecho a la defensa para el ciudadano que
queda sometido a los caprichos del gobierno que se pone cada vez más
autoritario. ¿Qué clase de colaboradores se necesitan para implementar el
autoritarismo? A sectores sin formación, con alto grado de resentimiento y
deseos de venganza.
Mi impresión es que CFK debe intuir que vamos hacia un desastre económico y que tal vez no llegue a fines del 2015 sin una gran crisis económica y social. Si ese es el escenario, opta por rodearse de La Cámpora porque, no solo desconfía del peronismo tradicional, sino que además necesita rodearse de gente que esté dispuesta a violar todas las normas de respeto y derechos individuales para defender a su líder. En otros términos, si CFK visualiza una crisis, tal vez no por razonamiento sino porque posiblemente disponga de información que nosotros no disponemos, entonces tratará de aguantar la crisis con un grupo de incondicionales que estén dispuestos a hacer cualquier cosa para intentar sostenerla hasta el final de su mandato.
La puesta en escena que hizo el martes de la semana pasada denunciando un posible atentado contra ella desde el norte, al tiempo que se pelea con Alemania y la galaxia entera, muestra que CFK parece estar preparando la escenografía para denunciar una imaginaria conspiración que no la deja gobernar. El mejor argumento que tiene a mano para el caso que la crisis económica se transforme en crisis social. Lo que le juega en contra es que de la oposición no hay nadie que esté desesperado por acortarle su mandato. Al contrario, prefieren esperar a que le explote a ella la bomba que armó. Y ella va a tratar de estirar la mecha lo más que pueda, con La Cámpora barriendo cuánto derecho individual existe. Si eso no alcanza, la denuncia de conspiración planetaria ya está planteada.
Mientras tanto, solo cabe esperar más regulaciones, autoritarismo, creciente deterioro económico, más descontento social y ver hasta dónde aguanta CFK sin recursos para calmar el malhumor social con otra fiesta de populismo.
Un párrafo final. El BCRA acaba de anunciar que los bancos tienen que pagar una tasa de interés mínima del 23% anual. Con una inflación del 41% anual y acelerándose, intuyo que muchos dirán, con esta tasa de interés real negativa, te regalo el 23% y me quedo con los verdes.
Fuente: Economía para Todos