El reloj marcaba las cinco y media de la madrugada cuando, después de 15 horas de duro debate, el tablero electrónico de la Cámara de Diputados dio su veredicto: 134 votos a favor del proyecto del Gobierno que propone el pago local de la deuda reestructurada, frente a 99 negativos y cinco abstenciones. El oficialismo estalló en una ovación y, tras los festejos, ya se prepara para la sanción de la polémica ley de abastecimiento, la próxima gran batalla parlamentaria.
El kirchnerismo tiene previsto convertir en ley el próximo miércoles el controvertido paquete legislativo que intenta regular las relaciones de consumo y producción, y así cumplir con las dos principales demandas económicas del Gobierno. En el bloque oficialista descartan contar con el número suficiente para aprobar la ley, pese a la dura resistencia de los sectores industriales, que cuestionaron la norma por lo que consideran un excesivo intervencionismo estatal en el sector privado.
Se espera que tal como en el debate de la deuda, ningún bloque opositor
acompañe la iniciativa oficial. Ése es, tal vez, el único resabio amargo que se
llevó anoche el oficialismo, de la sesión sobre la deuda, en la que confiaba
exhibir un consenso pluripartidario en la disputa que lo enfrenta con los
llamados fondos buitre (que no ingresaron en el canje) y el juez neoyorquino
Thomas Griesa, quien, a instancias de aquellos fondos, bloqueó todo pago a los
bonistas reestructurados.
Para sortear estos obstáculos, el Gobierno elevó al Congreso la propuesta para que la sede de pago sea, de ahora en más, Buenos Aires o Francia. Ahora que la ley está sancionada, el paso inmediato será la creación de Nación Fideicomisos, donde depositará los 200 millones de dólares correspondientes al próximo vencimiento de la deuda, que se producirá el 30 de este mes.
La oposición adujo que el cambio de jurisdicción no sólo no solucionará el problema del default técnico que hoy padece el país, sino que podría agravarlo. Argumentó que Nación Fideicomisos no cumple con las condiciones del contrato firmado con los bonistas reestructurados, por lo que éstos no podrán cobrar sus acreencias. Asimismo, advirtió que la decisión argentina de remover al Bank of New York (BoNY) como agente fiduciario podría acarrear nuevos litigios al país.
Más allá de las argumentaciones técnicas, los discursos finales de la maratónica sesión tuvieron un fuerte contenido político, matizado por acusaciones cruzadas y frases de tono chauvinista. El oficialismo, de hecho, acusó a los opositores de ser cómplices de los fondos buitre al no acompañar la iniciativa oficial, argumento que la oposición resistió pese a los abucheos y silbidos que provenían de los palcos, colmados de militantes kirchneristas.
Sólo tres opositores decidieron votar el proyecto del Gobierno: el radical Eduardo Santín (que responde a Leopoldo Moreau, cercano a la Casa Rosada); Omar Plaini (jefe del gremio de los canillitas y cercano al gobernador Daniel Scioli) y Ramona Pucheta (ex aliada de Raúl Castells, del Movimiento Independiente de Jubilados y Desocupados).
"No hago esto para que el bloque oficialista me aplauda, porque soy un radical afiliado hace cuarenta y dos años -alegó Santín-. Lo hago porque el desafío de los argentinos es que los bonistas reestructurados puedan terminar cobrando, y ése es el esfuerzo que debemos hacer entre todos." "En situaciones en las cuales se pone en juego nuestra soberanía, el dinero y el futuro de varias generaciones, deben dejarse de lado ciertas diferencias", enfatizó, por su parte, la diputada Pucheta.
También acompañaron al oficialismo sus aliados tradicionales: el Frente Cívico por Santiago; Nuevo Encuentro; el PJ La Pampa; el Movimiento Solidario Popular, de Tierra del Fuego, y también el Movimiento Popular Neuquino.
Con distintos argumentos, la UCR, el Frente Renovador, el FAP, Pro, Unión por Córdoba, el Frente de Izquierda, Suma+UNEN y los puntanos de Compromiso Federal reunieron los 99 votos en contra. Las abstenciones, en tanto, estuvieron a cargo de los tres integrantes del bloque Unidad Popular, de Claudio Lozano; Alcira Argumedo, de Proyecto Sur, y Victoria Donda, de Libres del Sur. En tanto, los miembros la Coalición Cívica-ARI, de Elisa Carrió, resolvieron irse del recinto. "La verdad es que esperábamos tener en este recinto una jornada de unidad nacional -enfatizó, al cierre del debate, la jefa del bloque oficialista Juliana Di Tullio-. ¿Entienden que estamos siendo extorsionados por un grupo minúsculo de fondos buitre, especuladores y un fallo irracional de un juez municipal?"
Desde el radicalismo, Ricardo Buryaile cuestionó la dicotomía "Patria o buitres" que planteó el oficialismo en su discurso. "Nosotros también somos la patria y no consideramos que por votar distinto seamos antipatria. Este proyecto no resuelve el problema. ¿De qué nos vamos a hacer cargo cuando pase toda esta declamación populista? ¡Háganse cargo del Consenso de Washington y de las relaciones carnales de Menem con los Estados Unidos!"
La embestida de Buryaile recalentó el debate. "Es increíble las vueltas que da la oposición para no aprobar este proyecto de ley de soberanía -criticó el kirchnerista Edgardo Depetri-. Pero es claro, se está a favor de la Argentina, del gobierno popular y el pueblo, o se está a favor de los fondos buitre."
Lo que quedó de una extensa sesión
Cómo votaron los legisladores de distintos bloques
Agente fiduciario
Con esta norma, el Gobierno apurará la creación de Nación Fideicomisos, donde desembolsará los US$ 200 millones correspondientes al próximo vencimiento de la deuda (el 30 de este mes). La oposición sostuvo que el nuevo agente fiduciario no cumple con las condiciones contractuales selladas con los bonistas reestructurados.
Opositores
Entre los 134 votos positivos figuran los de Eduardo Santín (UCR), que responde a Leopoldo Moreau; Omar Plaini, jefe del gremio de los canillitas y cercano a Daniel Scioli, y Ramona Pucheta, ex aliada de Raúl Castells, del Movimiento Independiente de Jubilados y Desocupados.
La fuga de Carrió
La jefa de la Coalición Cívica anticipó que no estaría presente a la hora de la votación del proyecto de ley oficialista. "No quiero asistir a una nueva vergüenza nacional", enfatizó, en medio de silbidos de diputados y militantes kirchneristas.
Enojo de Moyano
El diputado Facundo Moyano, que comparte el bloque con Omar Plaini, se alineó con Sergio Massa y votó en contra de la iniciativa. Recibió un abucheo generalizado desde los palcos copados por militantes kirchneristas y, enojado, enfiló hacia el bloque oficialista. Finalmente la disputa no pasó a mayores.
Bicameral
La oposición votó en contra del artículo que crea la comisión bicameral para investigar el origen y el desarrollo de la deuda externa argentina. Federico Pinedo (Pro) y Graciela Camaño (Frente Renovador) adujeron que no podían votar ese artículo dentro de una ley general de orden público.
De Pro a Lozano
Pro insistió en que se debe acatar el fallo del juez Griesa para no entrar en desacato y afectar inversiones. Claudio Lozano (Unidad Popular) se abstuvo y reclamó convocar a una asamblea de bonistas para que éstos decidan el agente fiduciario..
Del editor: qué significa. El kirchnerismo vuelve a mostrar que mantiene su poder de fuego legislativo, pese a todos sus problemas; tardará un mes en sacar dos leyes clave.