Desde abril de 2012, cuando YPF expropió las acciones de Repsol y anunció un plan de inversiones para explotar los recursos no convencionales de Vaca Muerta, el yacimiento que promete a la Argentina recuperar el autoabastecimiento energético, los precios de las naftas y gasoil se ajustaron a un ritmo del 40 por ciento con el objetivo de incrementar los recursos y destinarlos a las tareas en los pozos, según informó el portal Surtidores.
Ante nuevo contexto, Carlos Pinto, Gerente General de la Cámara de Expendedores de Río Negro y Neuquén (CECNERN) explica que las estaciones de servicio se interesan por ocupar la capacidad de almacenamiento de los tanques. Se trata de una estrategia de negocio para “conservar el valor del dinero”.
También reconoce que es una alternativa para contrarrestar el perjuicio que ocasionan las ventas financiadas. “Ya bastante se pierde con las tarjetas de crédito, débito y cuenta corriente. Son operaciones que se cobran a los 20 o 30 días, cuando ya aumentó todo”.
En promedio, Pinto estima que los puestos de expendio “tipo” tienen posibilidades de conservar en sus depósitos entre 80 y 100 mil litros, sumando todos los productos. “El que tiene más stock puede hacerle frente al aumento”, destaca. En la actualidad contar con mercadería en el subsuelo es la mejor opción para combatir la inflación.
Ya en los últimos años las naftas ocuparon una participación mayor que el diesel en el mix de variedades. Todo indica que esta tendencia irá en aumento, teniendo en cuenta que el parque automotor casi en su totalidad sale de fábrica con motor naftero y que los operadores minoristas son relegados de la distribución al agro o las empresas de transporte, por sus competidores mayoristas. El gasoil ya no es la carta fuerte de las Pymes.