El buen tiempo se viene fortaleciendo en la franja este de la región pampeana y ha permitido definir un contexto hídrico más adecuado para la evolución de los cultivos y en general para poner al día las tareas agrícolas desfasadas por la continuidad de las malas condiciones meteorológicas de la primera parte del invierno. Con el buen tiempo finalmente ha llegado el frío, sin embargo no podemos decir que se han instalado condiciones rigurosas a pesar de que se han concretado algunas heladas.
La semana pasada aún se observaban algunas lluvias modestas, pero ya desplazadas hacia el centro norte de la Mesopotamia principalmente en departamentos del norte. Incluso el pasaje de nubosidad del sábado dejó algunas precipitaciones en el norte de ER y noreste de SF.
Actualmente el cambio de patrón pluvial impera a gran escala. Las lluvias no solamente se han retirado de la región pampean, sino de un vasto sector agrícola del sudeste de Sudamérica. Esto trabaja a favor del este debido a la previa sobreabundancia de agua que ha padecido todo este sector de Argentina. Los productores del oeste, ven con más preocupación esta circunstancia aunque claro está, no los puede sorprender demasiado dado que en esta época normalmente las lluvias son escasas en la zona.
La estabilidad atmosférica está fundada en una dinámica que se sostendrá sin mayores modificaciones hasta muy avanzada la semana próxima. A pesar de que los vientos vuelven a posicionarse del sector norte y que esto puede abastecer de humedad a la Mesopotamia, el factor dinámico responsable de la estabilidad está muy fuerte. En consecuencia tenemos por delante jornadas libres de precipitaciones y con aumento de la temperatura. Los registros térmicos pueden lograr valores que, durante el fin de semana, deberemos considerar cálidos para la época. Los mismos se mantendrían elevados en el comienzo de la próxima semana.
El balance hídrico se va acomodando al comportamiento pluvial y lentamente va reflejando la convergencia de las reservas hacia niveles que pueden considerarse adecuados, independientemente de algunos sectores bajos donde puedan prevalecer condiciones de humedad más sobradas, esto dicho para zonas del este. Los trigales del oeste de SF y la provincia de CB, pueden observar una condición más ajustada, aunque la disponibilidad de humedad no se ha constituido aún en una limitante.
En general el panorama es favorable. Podríamos conjeturar acerca de la implicancia negativa que pueden tener las temperaturas por encima de los valores normales que sobrevendrán a partir del fin de semana, en el sentido del adelantamiento de etapas fenológicas. Esta situación puede generar un aumento anticipado de la demanda hídrica en la primavera. De todas maneras, la actualidad establece condiciones remanentes óptimas para el desarrollo de la fina y el presente aumento de la tasa de radiación debe considerarse una situación de ganancia para los cultivos. En definitiva, la anomalía pluvial de la primeara parte del invierno, junto con un comportamiento térmico benigno, se ha visto compensado en alguna forma con el paso del mes de agosto. En las primeras semanas de septiembre sabremos con más certeza, cual ha sido el impacto de estas volátiles condiciones meteorológicas sobre el potencial de los cultivos de invierno. Seguramente para entonces la demanda de agua se pondrá más complicada y perentoria para las áreas mediterráneas.
Por lo pronto hay que desandar posiblemente otra semana antes de que reaparezcan las precipitaciones. No debe llamar la atención que bajo estas circunstancias y casi luego de un mes sin lluvias destacadas, las reservas superficiales se vean resentidas. Entendemos que el perfil cuenta con humedad suficiente para abastecer los cultivos durante lo que resta del mes de agosto, aun si se sostiene este patrón seco.
- Por CCA - exclusivo Agrositio
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