“Hace años que bregamos para que se asuma una política en serio para el sector. Hemos impulsado incluso nuestra propia reconversión pero los gobernantes de turno nos dieron siempre la espalda para no asumir el costo político de aplicar la ley; privilegian la foto que vende la apertura de un pseudo matadero (colgadero) o el anuncio de un proyecto con la facilitación de un crédito a fondo perdido, un anuncio que nunca se concretará, mientras la verdadera Industria Frigorífica que genera empleo y valor agregado cierra sus puertas”, denunció la Federación de Industrias Frigoríficas Regionales Argentinas (FIFRA).

Asimismo, la entidad presidida por Juan Javier Peralta (Asociación Frigoríficos e Industriales de la Carne Córdoba- AFIC), “desde el 2010 al presente cerraron más de 138 frigoríficos, todos medianos y grandes, y se perdieron más de 15.000 empleos formales; en contraste, subsisten los 246 mataderos relevados por FIFRA en 2011, que ocupaban a 3.600 empleados que representaban el 63% del total de establecimientos y sólo el 10,4% de la faena nacional”.

En su comunicado, FIFRA calificó de “mito” que ese tipo de mataderos genere empleo, “por el contrario, en la mayoría de estos casos los empleados están en negro y no cuentan con Aseguradora de Riesgo de Trabajo; a su vez, no respetan las normas sanitarias, el tratamiento de efluentes es deficiente y por ende contaminan el ambiente, no aprovechan el subproducto de faena y son focos latentes de trasmisión de enfermedades”, expuso la entidad.

Adjuntamos los siguientes pasajes del comunicado de FIFRA:

La Ley de Policía Sanitaria Animal data de 1900, un siglo después seguimos debatiendo si la competencia es de Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (SENASA) o de los gobiernos provinciales (algunos aventureros hasta hablan de competencia municipal), mientras tanto nivelamos para abajo y perdemos en salud pública, en ambiente, en empleo y en economía.

A la informalidad referida se agrega en estos últimos años la aparición de cooperativas de trabajo. En la actualidad hay unas 60 al frente de establecimientos faenadores pero sólo en el 10% de estos casos funcionan como tales, en el 90% restantes son pantallas de evasión, el trabajador no percibe ni siquiera el salario de convenio, no tiene cobertura de ART, se terminan transformando en pantallas de comercialización de carne de otros, objeto no previsto en la constitución de la misma.

Como si los males fueran pocos y además de las regulaciones al comercio exterior (retenciones, cupos, etcétera) recientemente se pretendía que la industria frigorífica percibiera un valor inferior por el cuero (principal subproducto de faena) para subsidiar la industria marroquinera. Es una actividad regulada desde lo sanitario y comercial por lo que, si ocurren todas estas situaciones, es indudablemente responsabilidad de quienes tienen el "deber" de aplicar las normas.

Se consiguió después de mucho tiempo lograr acceder a la Cuota denominada Feedlot y sería un evento para celebrar pero, sin previsibilidad y sin corregir los problemas de fondo, no deja de ser un anuncio sin mayores efectos en la economía real y que no implicará inversiones o apuestas reales por falta de expectativas