Los acuerdos entre el Frente Amplio-UNEN (FAU) y Pro que toman forma en por lo menos 10 provincias alimentan las especulaciones y presiones cruzadas en torno de un posible acuerdo para que los candidatos a presidente de ambos espacios compartan una "gran interna" en 2015.
En el FAU muchos ven ese desenlace como conveniente e ineludible. Otros, como un error. Todos coinciden en que es "el" problema a resolver. Tarde o temprano.
Es que si pretende consolidar una estructura nacional, el FAU necesita ganar gobernaciones. Y para hacerlo, los votos del Pro son, en muchos casos, la diferencia entre torcerle el brazo al PJ o quedarse con las manos vacías.
La encrucijada se proyecta con fuerza en Córdoba. El intendente de la capital, Ramón Mestre, candidato a gobernador de la UCR, es uno de los principales promotores de acordar con Macri.
En las legislativas del año pasado, el radicalismo quedó segundo, a cuatro puntos del PJ, y Pro sacó 14. "UNEN tiene que animarse a sumar nuevos actores. Pro tiene un piso de 10 puntos que decide el resultado de la elección a gobernador", sintetizó a LA NACION el diputado Oscar Aguad, otro de los convencidos de que el FAU y Pro "deben desembocar en un frente común". Es decir, en una interna entre Macri y los candidatos del FAU, que hoy son cinco: Hermes Binner, Julio Cobos, Ernesto Sanz, Elisa Carrió y Pino Solanas, aunque no todos llegarían a las PASO, calculan en ambos espacios.
En las provincias que desdoblen sus elecciones, los acuerdos locales no tendrán mayor impacto en el armado nacional. Se volverán más complejos en los distritos que elijan gobernador el mismo día de las presidenciales, como Mendoza.
El radical Alfredo Cornejo, intendente de Godoy Cruz, favorito en las encuestas y candidato de Cobos, dijo a LA NACION que "unificar la oferta opositora es elemental para facilitarle las cosas al electorado y garantizar el pase al ballotage". La pregunta se impone. Si Cornejo, o cualquier otro candidato a gobernador radical, acordara con Pro, ¿a qué candidato apoyaría en la elección nacional? ¿A Macri o al que gane la interna del FAU?
"A nivel provincial, hay que hacer acuerdos. Pero a nivel nacional voy a respetar lo que decida el partido", respondió a LA NACION desde La Pampa el senador Juan Carlos Marino. "Por primera vez, el PJ está complicado para definir candidato. No podemos dejar pasar la oportunidad y, para ganar, tenemos que cerrar con Pro", sopesó. No es el único radical tironeado entre la disciplina partidaria y la vocación de poder.
La Pampa elige gobernador y presidente el mismo día. El intendente de Santa Rosa y candidato radical, Francisco Torroba, no oculta su voluntad de aliarse con Pro que, con Carlos Mac Allister, cosechó casi 20 puntos el año pasado.
"El que quiera ganar, tiene que construir con todos. La única forma de sacar a [el gobernador, Gildo] Insfrán es uniéndonos", sentenció ante LA NACION el diputado radical y candidato a gobernador de Formosa, Ricardo Buryaille. Cree que el acuerdo con Pro debería llegar lo antes posible. Formosa también vota cargos provinciales el mismo día de la presidencial.
El panorama es similar en Jujuy, donde Gerardo Morales se ilusiona con desbancar al kirchnerismo, y Entre Ríos, donde un acuerdo entre radicales y macristas, en torno de Alfredo De Angeli, haría peligrar la continuidad del oficialismo.
En línea con sus correligionarios de La Pampa y Formosa, José Cano, el candidato radical de Tucumán, que elegirá gobernador en julio, aseguró a LA NACION: "Podemos vencer al alperovichismo, pero tenemos que estar todos adentro".
En Catamarca ya está anudado el acuerdo para que el radical Eduardo Brizuela del Moral intente repetir el triunfo de octubre para volver a la gobernación con apoyo de Pro.
También Eduardo Costa (Santa Cruz) y Julio Martínez (La Rioja), que votan con la Nación, aparecen con chances de ganarle al PJ. Son provincias donde Pro no tiene estructura propia y prevé apoyarlos.
La presión de los candidatos a gobernador por asegurar los votos macristas se replica entre los candidatos a intendente.
En el comité nacional de la UCR, que conduce Ernesto Sanz, insisten en que no es momento de discutir una alianza y rechazan la intención de Macri de condicionar los acuerdos provinciales a que la UCR acepte la PASO ampliada. "Los candidatos y la estructura son nuestras. Es Macri el que nos necesita a nosotros y no al revés", razonan.
Por lo bajo, tanto los que presionan por un acuerdo cuanto antes, como los que lo rechazan (o piden no precipitarlo para no espantar a los socialistas), admiten que mantener la carrera hacia 2015 por carriles separados será difícil..