Estamos poniendo proa a una campaña 2014-15 que presenta muchas amenazas, tanto desde la visión micro de la empresa (costos y rentabilidad) como desde el entorno general. No es una situación grata ni cómoda, pero es la que nos toca administrar. Que a priori el escenario no parezca el óptimo, no quita que en él no haya oportunidades. Pero sin dudas, debemos encontrar las variables claves sobre las cuáles trabajar. Aquellas donde mis decisiones tengan impacto en el resultado del negocio.
Históricamente, desde la gestión comercial, nos enfrentábamos al desafío de administrar el precio de nuestro producto y su relación con el precio de los insumos y otros costos. Bastaba con tener los precios y la estimación de producción, para calcular con facilidad el “Precio de dolor”: El precio a partir del cual cumplíamos los objetivos de rentabilidad propuestos.
Conceptualmente esto no ha cambiado. Lo que ha ocurrido es que a este análisis, para poder darle sustentabilidad a las empresas, se han incorporado algunas variables. La gran mayoría de las empresas agropecuarias está en la espera de cómo termine la campaña 2013-14, pero sobre todo qué es lo que vaya a quedarles para poder pensar en la nueva campaña 2014-15. Si a esto, le sumamos el contexto macroeconómico complejo, en el que aparecen devaluaciones o atrasos cambiarios, alto costo del financiamiento, cargas impositivas y costos productivos y comerciales crecientes, es que los productores deben tomar la decisión de invertir.
El escenario que se plantea para adelante tiene algunas variables que juegan en contra, y otras a favor. Arrancando por las últimas y sobre todo haciendo foco en la campaña de fina y más puntualmente en el trigo 14-15 podemos nombrar al precio de este producto y decimos que no es malo en términos nominales ya que estamos viendo que la posición enero 2015 en el MATBA (Mercado a Término de Buenos Aires) muestra valores cercanos a los 200 u$s/t. Este valor comparado con el promedio del precio a cosecha de las ultimas 5 campañas es muy bueno, ya que este último ha tenido un valor de 175 u$s/t.
Hasta aquí va bien. Entonces cual sería el problema? Entramos con las variables de coyuntura, que tienen que ver con el manoseo de este mercado por todos, conocido. El cierre de las exportaciones y el discontinuo otorgamiento de ROEs, propiciaron las garantías necesarias para que los molinos puedan abastecerse a lo largo del año sin pujar por la mercadería. Entonces, el escenario se presenta con buen precio nominal pero con un riesgo del negocio, producto de intervenciones estatales, muy alto.
Entonces la pregunta a hacernos es: qué ha pasado con los costos en las últimas campañas? La respuesta es que hemos tenido costos en ascenso al igual que en la mayoría de las actividades agrícolas, y si esto lo ponemos en modelos dolarizados, los valores generan un aumento muy significativo, aumentando fuertemente los rendimientos de indiferencia de las distintas zonas, y con esto el riesgo del negocio, haciéndolo en algunas regiones hasta inviable.
Desde Globaltecnos, hemos intentado colocar un número a esta situación y empezar a poner las luces largas en términos de objetivos. Por ello es que realizamos la proyección de Márgenes Brutos pensando en la campaña 2014-15. Pero, antes de mirar el cuadro, aclaramos que es una reducción del análisis a fin de simplificar la lectura.
El ejemplo está realizado para la zona oeste de Buenos Aires, donde se pueden analizar diferentes rotaciones entre cultivos de invierno y verano. Para el caso, se tomó un modelo de arrendamiento de acuerdo a los rindes promedios zonales.
La primer conclusión sin entrar en el detalle de cada cultivo, es que cuando se analizan los números de todos los cultivos de fina de la campaña 14-15, la situación es similar, los márgenes para trigo, cebada o algún otro cultivo de invierno en muchos casos hoy, resultan al límite o negativos.
La siguiente conclusión es que con la baja de precios de estos últimos días, los márgenes de la gruesa han caído, dando cuenta del mal número con que se inicia la nueva campaña. Esto refleja lo que en otras campañas ocurría, en cuanto al riesgo del negocio. El mismo ha sido creciente en los últimos años y para la nueva campaña que enfrentamos no es la excepción.
Lo acotado del número final puede llegar a verse como un problema para que el área a nivel país siga estando muy lejos del potencial y con ello se tienda paulatinamente a una menor oferta para los argentinos y para el mundo.
Los cultivos de invierno necesitan rápidamente políticas públicas que alienten la siembra y que den previsibilidad para que los productores puedan correr con los riesgos lógicos del negocio, de tipo productivo y comercial, y no también con riesgos derivados de equivocadas decisiones políticas, frente a los que hay muy pocas posibilidades de coberturas.
Por otro lado, quienes siembren en campos alquilados, deberán pujar por una baja en el costo de los arrendamientos, o buscar asociar al dueño del campo al negocio, para disminuir los riesgos. Por eso, es que habrá que estar muy atentos en el seguimiento del mercado porque sabiendo que los precios de los granos tienen variaciones, a veces muy importantes, variaciones que pueden ir en uno u otro sentido, es fundamental “cerrar” cuando el precio “sirva”.
Por lo tanto, en estos momentos de mayor complejidad, administremos nuestros riesgos, aprovechemos oportunidades, tratando siempre de ser flexibles. Mantengámonos activo y lúcidos. Lo peor que nos puede pasar es que las emociones nublen nuestra visión y nos paralicen.