No hay duda de que la clave de la ganadería de Salentein está en la programación. "El plan es hacer un ciclo completo, con premisas y objetivo claros en cada etapa", dijo el doctor Juan Elizalde, del estudio Elizalde & Riffel, asesor de los campos ganaderos de Salentein en Entre Ríos y Corrientes, Argentina, y en el litoral oeste de Uruguay.

Un aspecto clave de la estrategia empresarial que llevan a cabo es no producir la totalidad de los terneros que se venden terminados. "Esto nos permite, por un lado, reducir la incidencia de la cría en términos de stock y, por ende, los alimentos que requieren las categorías necesarias para producir terneros. Por otra parte, el ingreso de terneros comprados en distinta época a la del destete propio y con un peso diferente, posibilita optimizar técnica y económicamente la totalidad de la recría", aseguró Elizalde.

Otra premisa en la que se basan es producir más kilos de animales recriados expandiendo así la base forrajera. Lo concretan por medio de una gran flexibilidad de recursos.

"En la empresa coexisten varios modelos de recría aprovechando diferentes recursos como campos naturales, verdeos anuales, pasturas tropicales y silajes de sorgo, según el destino del animal terminado", señaló.

Con este esquema logran generar un ingreso constante de animales al feedlo durante todo el año.

En el primer ciclo, que arranca en primavera, entran a los corrales de engorde los animales recriados en raigrás y avena. Mientras que en el segundo y tercer ciclo, que va desde fines de verano hasta principios del invierno, se engordan todos los animales que salen de los campos naturales.

"Actualmente, dada la estacionalidad de los precios, interesa más producir novillos que se vendan desde diciembre hasta junio, en especial para consumo, y dependiendo de las oportunidades de exportación, sacar en invierno pero categorías pesadas", apuntó Elizalde.

En cuanto a la Cuota 481, en la que Salentein tiene gran interés en participar, si se habilitara en la Argentina, el asesor detalló que "los animales podrán ser de marca líquida o de compra, recriados a altos ritmos de ganancia de peso, con lo que no habría problemas en alcanzar la edad y los pesos de ingreso a corral necesarios. A su vez, ya se los encierra alrededor de 90 días, con una ración que tiene más del 75% de concentrados, parámetros casi similares a los requisitos de la cuota", planteó.

Para hacer un ajuste más fino de los procesos, la idea de la empresa es incorporar en la Argentina el mismo sistema de trazabilidad que utiliza en Uruguay lo que permitiría optimizar los seguimientos en la cría, la recría y el engorde.

"Ganar experiencia es importante puesto que cumplir con estas exigencias no es común en el país y para lograr los objetivos se necesita planificación en cada etapa", finalizó Elizalde.