Las malezas son especies capaces de evolucionar y adaptarse a diversos ambientes naturales. Pero no solamente eso. También se adaptan muy bien a los ambientes generados por el hombre y destinados a su control. Bajo las actuales prácticas de producción, en general pensadas más simples, rentables y de corto plazo, se generó que ciertas especies de malezas se expandieran como problemas de difícil control.

Hasta aquí, lo conocido. Ahora, un caso que está presentando dificultades para el control y que se expande por distintas zonas es el de Digitaria insularis, también conocida como “pasto amargo”, del que alertan Juan Carlos Papa, especialista en malezas del INTA Oliveros (Santa Fe), y Daniel Tuesca, experto de la Universidad Nacional de Rosario.

En Argentina, esta especie ya era considerada como maleza sospechosa de presentar dificultades para controlarla con glifosato en las provincias de Chaco, Santiago del Estero y Tucumán. Pero, en los últimos meses, fue detectada en el sur de Santa Fe, puntualmente en las localidades de Iriondo y San Lorenzo, algo que está preocupando a los productores en la zona núcleo.

Los especialistas advierten que por ser una especie de reciente difusión como maleza problema, la experiencia sobre su manejo aun sea escasa y las alternativas químicas para tratarla también.

Por eso, sostienen que, de acuerdo a los resultados de una breve revisión de tratamientos hechos en Brasil, país en el que el pasto amargo está muy difundido, los lotes afectados podrían ser tratados con herbicidas selectivos post-emergentes, así como por algún herbicida de la familia de las imidazolinonas y de las sulfonilureas.

En el caso del pasto amargo, explican los especialistas santafesinos, el “doble golpe” dirigido a gramíneas podría ser una alternativa para plantas avanzadas en su ciclo. Papa y Tuesca señalaron que hay satisfactorios resultados de combinaciones de glifosato más cletodim, seguido de un segundo tratamiento a la semana con una combinación de paraquat y diurón o con glufosinato de amonio.

También se refirieron a que los biotipos con baja susceptibilidad al glifosato pueden ser controlados con eficacia por tratamientos selectivos post-emergentes. En este caso, recomendaron optar por principios activos como cletodim, luazifop-p-butil, fenoxaprop-p-metil y haloxifop metil, hasta el momento en el que la maleza tiene un desarrollo de diez centímetros de altura, presenta cuatro hojas y dos macollos.

¿Qué es el pasto amargo?

El “pasto amargo” es una especie sumamente agresiva en la competencia por los recursos con los cultivos. Es de ciclo primavero-estival y por eso puede estar presente y afectar los barbechos, además del crecimiento de diversos cultivos en esa época del año. Esta especie empieza su desarrollo en forma de césped y puede tener tallos que midan de 80 a 130 centímetros, erectos y ramificados desde los nudos inferiores y medios.

OTROS PROBLEMAS

Durita la brachiaria

Una nueva especie que se suma al elenco de malezas resistentes al glifosato es urochloa panicoides, conocida también con el nombre vulgar de brachiaria. Esta gramínea está difundida, mayormente, en la provincia de Tucumán, pero ahora afecta un área más amplia, que abarca el norte de Córdoba, Santiago del Estero, Chaco y Salta. Luego de una serie de ensayos hechos en simultáneo entre Tucumán y Córdoba, se confirmó su resistencia por Marcelo de la Vega, Jorge Raimondo y Julio Vallejo, de la cátedra Terapéutica Vegetal de la Facultad de Agronomía y Zootecnia de Univ. Nacional de Tucumán, y por Diego Ustarroz, de INTA Manfredi.

Ojo con el raigrás

Una de las malezas más problemáticas y difundidas en el sur bonaerense es el raigrás. Dentro de este género, tanto el perenne como el anual ocasionan importantes problemas para su control. Estas especies son las únicas documentadas en Argentina con resistencia a múltiples principios activos. Además de la resistencia al glifosato, también resisten los herbicidas de la familia de los ALS y los graminicidas conocidos como DIP y FOB.

Este año, a partir de la buena disponibilidad de agua que hay en el sur bonaerense, no hubo restricciones para la emergencia de raigrás y se puede especular que este tipo de condiciones favorecen la expansión de las especies problema. Por eso, y considerando que el raigrás es de crecimiento otoño-invernal y que afecta a cebada, trigo, alfalfa, centeno, avena y colza-canola, esta época del año es el último momento para controlarla. Por ese motivo, técnicos de la firma israelí Magan brindaron algunas recomendaciones para el manejo de la maleza.

Los expertos recordaron que la utilización repetida de herbicidas con similares principios de acción lleva a una desfavorable selección de malezas con resistencia. Por ello, sugieren la rotación de principios activos y hacer las aplicaciones de producto en estadios fenológico tempranos.

Luego de concretar la aplicación, aconsejaron hacer un monitoreo para conocer la efectividad del control.

También sugirieron el uso de herbicidas residuales para el control de los escapes.

Pensando en el maíz

El problema de las malezas difíciles, que se sigue expandiendo en la Argentina, afectará este año también al maíz. Una de esas malezas que pesa fuerte en el cultivo es eleusine, también conocida como grama carraspera o pata de ganso.

Por eso, el ingeniero Diego Ustarroz, investigador del INTA Manfredi, en conjunto con el equipo de la Protección Vegetal de la Universidad Católica de Córdoba y el INTA Río Primero, analizaron el desempeño de los tratamientos realizados con diversos herbicidas.

Tras el trabajo, indicaron que el herbicida Convey, de Basf, mostró un excelente control, medido a los 40 días de su aplicación.

Se trata de un herbicida para maíz para control de malezas gramíneas y de hoja ancha, que actúa como inhibidor de la biosíntesis de carotenoides y es absorbido por hojas, tallos y raíces y traslocado sistemáticamente en la planta a los tejidos meristemáticos.

Debe ser aplicado en post-emergencia temprana de las malezas (pre y post-emergencia del maíz), debido a que las malezas pequeñas y en activo crecimiento son más susceptibles que cuando se encuentran en un estado avanzado de desarrollo.

Cuando se aplica en post-emergencia es absorbido por las hojas y la maleza cesa el crecimiento rápidamente, de 2 a 5 días después de la aplicación, indicó el informe de Ustarroz y el equipo de especialistas.