El agro argentino, responsable de más del 50% de las exportaciones de bienes, es el principal sector de la economía capaz de generar divisas.

Aunque gran parte del Gobierno y una parte de la oposición menosprecia al agro y le recomiendan que debe tener "mayor valor agregado", al final del día, cuando se analiza de donde vienen los dólares genuinos, se descubre que se originan en el campo.

Aun con todos errores que el Gobierno cometió en las decisiones sobre política agropecuaria habría que reconocer que, en ocasiones, tuvo raptos de sensatez y desechó reclamos de sus más fervientes defensores.

A principios de este año la agrupación de intelectuales kirchneristas Carta Abierta le propuso al Gobierno estatizar el comercio de granos. Hoy, con el riesgo de que al país le embarguen activos y cuentas en el exterior tras el fallo desfavorable de la Corte Suprema de Estados Unidos, ¿los holdouts no estarían intentando ahora embargar los buques cargados con harina de soja de la Argentina que llegan a Rotterdam si el Estado se hubiera apropiado de la cosecha? Eso no está ocurriendo, pero los que proponen el regreso a las prácticas económicas propias de principios del siglo pasado deberían reflexionar sobre las hipotéticas consecuencias de esas medidas.

En definitiva, mucho dependerá de cómo se resuelva esa negociación para configurar las condiciones de inversión en las que se desarrollará el agro, que como consecuencia de la suba de tasas se han complicado.

Mientras tanto, el Gobierno no toma medidas para incentivar en serio el crecimiento de la producción. Esto se comprobó esto el lunes pasado en la convocatoria de la Mesa del Trigo. Aunque para la campaña 2014/15 haya habido un aumento del área sembrada del ciclo pasado, las restricciones sobre el mercado, con los ROE y los cupos, siguen intactas. Los funcionarios de Agricultura prometieron créditos a tasas subsidiadas para la adquisición de fertilizantes y la posibilidad de que los molinos calcen sus compras en el mercado de futuros.

Mientras tanto, Brasil confirmó esta semana su decisión de llevar a cero el arancel para importar trigo de países extra Mercosur. No sólo eso, recientemente la Compañía Nacional de Abastecimiento (Conab) estimó que, de no enfrentar problemas climáticos, Brasil tendrá en 2015 la cosecha de trigo más grande de su historia, con 6,7 millones de toneladas y será menos dependiente del trigo extranjero.

"La Argentina sigue perdiendo el liderazgo que debería tener", advierte el presidente de la Asociación Argentina de Trigo (Argentrigo), Matías Ferrecio.

Con cierta dosis de angustia, una decena de asociaciones rurales del sudoeste de la provincia de Buenos Aires emitieron una declaración esta semana reclamaron "un cambio de políticas de comercialización".

Los dirigentes de la zona, con limitantes para una productividad elevada, se quejaron por la presión impositiva y pidieron "liberar ya" el mercado de trigo para que la competencia permita a los agricultores "recibir un justo precio por sus productos".

En ese contexto, el Gobierno aplica paliativos. No sólo en trigo, sino en los lácteos. El ministro de Agricultura, Carlos Casamiquela, anunció líneas de crédito a tasas subsidiadas por las provincias a productores lecheros. Lo llamativo es que, mientras tanto, el Gobierno avala el tope -tres pesos por litro- al precio que paga la industria a los tamberos. ¿Créditos para un negocio que está en riesgo? Sí, es un invento argentino.

Muchos de esos productores a los que hoy se los quiere "beneficiar" con un crédito no pueden sacar la leche de los tambos por el desastroso estado de los caminos rurales. En pleno siglo XXI, con la revolución tecnológica de internet, los caminos son de tierra. Para peor, quienes administran los fondos públicos actúan como si nada sucediera. Por ejemplo, en el partido bonaerense de Navarro, la tasa vial aumentó un 39% este año y en Daireaux, un 35%. La lista podría continuar, pero el patrón común es aumentar los impuestos y no responder con mayor calidad de servicio. En definitiva, un Estado en retroceso.

3,7

Millones de toneladas

Fue la producción de harina de soja en mayo pasado, 558.000 toneladas más que en 2013.

Liliana de Ferrari

Diputada UCR (Córdoba)

"Productores y trabajadores de la agroindustria están afectados por el Gobierno"..