Sabemos que existe, desde unos cuantos años, un paulatino y sostenido crecimiento de la producción mundial de oleaginosas y según algunos analistas ello impactaría de manera bajista en los precios internacionales. Sin embargo, ello no ha quedado probado hasta la fecha.

Evidentemente hay ciclos. Unos de subas y otros, de bajas. Pero, para los precios no se aprecia una tendencia de mediano plazo negativa.

Vamos a las pruebas.

Los valores del Cuadro –que hemos confeccionado- son de la soja en Chicago por TM.

Soja, Chicago, en dólares. Período 1994-2014


Pese a los extraordinarios incrementos en la producción, el precio de la soja sigue una clara tendencia a la suba.

Obviamente, como bien se dijo una vez “los árboles no crecen hasta el cielo”. Ello significa que la tendencia ascendente no puede sostenerse demasiado a lo largo de los años.

Pero tampoco significa que, necesariamente, vaya a darse una abrupta baja.

Hoy estamos asustados porque se auguran fuertes caídas.

Los fondos toman acción en desmedro de los precios. Se nota un paulatino abandono de las posiciones largas de los fondos especulativos mantenidos en tiempos donde los precios llegaron a una suerte de techo, en la segunda quincena de mayo.

Apenas avanzado junio, las cosas cambian. Y el ambiente adquiere un visible pesimismo.

Como si todos se hubiesen puesto de acuerdo, las estimaciones desde poco antes de mediados de junio no hacen otra cosa que hablar de un aumento en la producción global de oleaginosas, particularmente, de soja.

En primer lugar, hay que destacar el informe de Oil World respecto a la próxima campaña, la correspondiente a 2014/2015. Esta publicación estima un volumen a nivel mundial de poroto de soja por encima del límite máximo de 300 millones de toneladas. Sería de aproximadamente 301 millones de toneladas.

Para lo inmediato, tampoco las noticias son buenas para los precios.

Desde el exterior, las novedades alarman. Muy buenas son las perspectivas climáticas en las regiones agrícolas de EE.UU. El estado de los cultivos en desarrollo es óptimo.

Hace una semana el USDA calculó el 73% de la superficie en condiciones buenas o excelentes.

Tales estimaciones llevan a los operadores a trabajar sobre la posibilidad de una fuerte recuperación de las existencias de soja en EE.UU.

Sin embargo, hay temor por las lluvias excesivas en Iowa y Minnesota que impedirían continuar con las siembras.

Para acentuar las bajas, China viene a poner la suyo. Aunque se trata de algo totalmente coyuntural, la realidad es que golpea.

La demanda de harina de soja para alimentación animal ha bajado por el bloqueo de las chinos a las importaciones de residuos secos de destilería (DDGs) de maíz, un subproducto del etanol. Por lo que gran parte de los subproductos obtenidos se destinarían al mercado interno y así los valores se ven empujados hacia abajo.

Respecto a nuestro país, las noticias no ayudan. La Fundación Mediterránea acaba de publicar que las ventas de soja se reactivarán durante el segundo semestre de este año, porque el productor no podrá seguir reteniendo granos como sucedió en el último mes.

Según esta fundación entre enero y mayo, sólo el 29% de la producción ha sido vendida. Se trata de una proporción mucho más baja que la del promedio de los últimos años. Así las cosas, lo más probable sería que cerca de 27 millones de toneladas sean vendidas en lo que resta del año.

La oferta, en tal caso, crecería.

Como vemos, estamos en un período depresivo. Sin embargo, falta mucho para la finalización de la campaña en EE.UU. y la demanda no parece mostrar un desaliento en el mediano plazo.