Después de varias semanas de negociaciones y de tres días de paro , el Sindicato de Trabajadores de la Alimentación consiguió ayer un aumento salarial de 35% para este año y sumó otro casillero al largo camino de las paritarias, que ingresaron ya en su tramo final.
El aumento , acordado con la Cámara de Industriales de Productos Alimenticios (CIPA), se pagará en dos tramos no acumulativos de 20% en mayo y 15% en septiembre.
El salario mínimo pasará así de los $ 6200 actuales a $ 8432. El reclamo original del gremio, que comanda Rodolfo Daer e integra la CGT oficialista de Antonio Caló, era llevar el mínimo a $ 9000. Es decir, sumarle un 40 por ciento. Finalmente, logró el 35%, un porcentaje superior al promedio de 30% en el que cerró la mayoría de los gremios, en línea con la pretensión de la Casa Rosada.
Además del aumento sobre el mínimo, se acordó el pago de un plus no remunerativo de $ 1500 por única vez en enero del año que viene.
El acuerdo llegó pasada la medianoche, después de un día de negociaciones arduas, varios cuartos intermedios y más de una ronda de café y medialunas en la sede del Ministerio de Trabajo de la avenida Callao al 100. Hubo incluso una interrupción, que pidieron tanto los empresarios como el gremio, para escuchar el mensaje de Cristina Kirchner por cadena nacional tras el fallo en favor de los holdouts.
Sellado el acuerdo, que alcanza a unos 60.000 trabajadores, el gremio levantó el paro que había iniciado el viernes último no bien venció la conciliación obligatoria dispuesta por Trabajo y ante la falta de avances en la paritaria. Los empresarios habían advertido que la extensión de la medida de fuerza podía afectar el abastecimiento de algunos productos. Ayer, las fábricas de todo el país trabajaron normalmente.
"Es un gran logro y fue posible por el apoyo de los compañeros de todo el país", celebró Daer. Sin embargo, advirtió: "Nos quedó un tema preocupante pendiente, que es el mínimo [del impuesto a las] ganancias. Es injusto que exista un impuesto sobre el salario".
Alimentación es uno de los gremios en los que el avance de la izquierda se nota con claridad. Los delegados de esa extracción presionaron sobre la dirigencia durante toda la negociación, y en particular para decidir el paro de la semana pasada.
El reclamo por Ganancias atraviesa a otros sindicatos, como el de camioneros, que está en plena paritaria. Bajo la amenaza de organizar huelgas sorpresivas que podrían complicar la provisión de combustible durante el próximo fin de semana largo, el gremio de Hugo Moyano retomará las negociaciones con la cámara del transporte automotor mañana.
Además, está pendiente la paritaria de los gastronómicos, el gremio que comanda Luis Barrionuevo. El jefe de la CGT Azul y Blanca ya acordó una suba de 35% con los comedores públicos y privados, pero todavía debe cerrar con las cámaras de hoteles, bares y restaurantes, que emplean al grueso de sus afiliados. También los bancarios están en conflicto por la falta de actualización del mínimo de Ganancias (ver aparte).
Sigue trabada además la paritaria de los ferroviarios. Nucleados en cuatro sindicatos (Unión Ferroviaria, maquinistas de La Fraternidad, señaleros y personal jerárquico), también negocian con un ojo en Ganancias y su impacto en el medio aguinaldo.
Ayer, los jefes gremiales volvieron a reunirse con la viceministra de Trabajo, Noemí Rial, y con representantes de los ministerios de Transporte y Economía, que son parte de la negociación por el peso de los subsidios en la actividad. Los ferroviarios mantienen el reclamo de 35% de aumento y la última oferta fue de poco más de 30%, según pudo saber LA NACION. La negociación seguirá mañana.
Tras el acuerdo de la semana pasada para el transporte de corta y media distancia, la UTA ya inició gestiones en la paritaria de los choferes de larga distancia.
DESALOJO
Por otra parte, los trabajadores que mantenían tomada la fábrica de hamburguesas de la empresa Quick Food en la localidad bonaerense de Martínez fueron desalojados ayer por un juez y citados a una audiencia prevista para hoy en la delegación local del Ministerio de Trabajo bonaerense.
La fábrica estaba ocupada desde el domingo por unos 100 de los 200 empleados que ese día fueron notificados de su despido por el traslado de la planta a la localidad santafecina de San Jorge.
VUELVEN A PARAR LOS BANCOS EN TODO EL PAÍS
Tal como ocurrió la semana pasada, los trabajadores agrupados en la Asociación Bancaria volverán a parar hoy y mañana. Esta vez, la medida de fuerza se llevará adelante en las dos últimas horas de atención al público, entre las 13 y las 15, en los bancos de todo el país.
El gremio reclama por 36 despidos en la Caja Popular de Ahorros de Tucumán y por la represión de una marcha organizada hace un mes para pedir por esas desvinculaciones que terminó con 22 personas heridas de bala, por la que responsabilizan al gobernador José Alperovich.
Además, el sindicato que conduce Sergio Palazzo exige que el Gobierno suba el mínimo no imponible del impuesto a las ganancias, hoy fijado en 15.000 pesos brutos. El gremio calcula que, de no haber actualización en los próximos días, el gravamen absorberá buena parte del medio aguinaldo.