Lo peor ya pasó y no hay posibilidades de que de acá a fin de año se produzca una nueva crisis cambiaria. El pronóstico optimista estuvo a cargo del ministro de Economía, Axel Kicillof, que en una entrevista emitida anoche por el programa de TV La Cornisa, que conduce el periodista Luis Majul, sostuvo: "No vemos ningún escenario para que ocurra una maxidevaluación". Admitió tangencialmente la existencia de la inflación, al señalar como la causa a "elementos concentrados en la estructura económica argentina" y no a la política del Estado. "Cuando la ortodoxia habla de inflación es para decir que los precios suben por culpa del Estado, y han convencido de eso a los argentinos", afirmó, en su primera entrevista con un canal de TV no oficialista.
Al referirse a la responsabilidad de los medios, el ministro admitió: "Probablemente no estemos tan bien como parece que decimos nosotros, pero no estamos tan mal como dicen los medios opositores".
Por otra parte, en una entrevista con el diario Página/12 dijo que ve "muchas señales positivas", auguró un segundo semestre "muy favorable" para la economía argentina y a la vez advirtió que "no hay terreno fértil" para los intentos de una desestabilización cambiaria y monetaria como la que se vivió en enero pasado.
Kicillof admitió que "hay problemas reales, como es el caso del sector automotor, con el que el Gobierno está trabajando para reencauzar los planes productivos", tanto "para apuntalar a las empresas con dificultades como para reavivar la demanda" del público. Además, planteó que la Argentina está "en una encrucijada" entre profundizar la política de estos últimos diez años de reindustrialización con inclusión social o volver a un esquema de dólar alto, reprimarización de la economía y apertura comercial indiscriminada con pérdida de empleos. "La Argentina está en esa encrucijada, aunque los sectores que expresan esa política de vuelta atrás lo hagan de forma fragmentaria o de manera vergonzante", sostuvo el funcionario.
Kicillof no dudó en destacar las buenas perspectivas que ofrece la economía argentina. "Yo veo muchas señales optimistas con respecto al segundo semestre e incluso al año que viene", aunque también reconoció que "si el comercio mundial no repunta, vamos a tenerla un poco más difícil".
El ministro resaltó que "este primer trimestre fue muy intenso en operaciones mediáticas y movimientos financieros, pero al final todos los pronósticos catastróficos, que decían que en marzo detonaba una bomba, ya están superados. Y ahora estamos cerrando las últimas paritarias en un marco de razonabilidad".
"El Estado está poniendo su cuota para que se mantenga la actividad alta y que la rueda de la economía siga girando. Creo que las condiciones están dadas", reafirmó.
A la hora de hacer un repaso por sus primeros meses al frente del Ministerio de Economía, el funcionario no dudó en atribuir la devaluación de enero a factores externos al Gobierno. "Hay sectores en la Argentina que apuestan a la devaluación, al desarreglo financiero, porque a río revuelto, ganancia de pescadores", dijo, pero opinó que "ese discurso se va desgastando".
El ministro de Economía también defendió el reciente acuerdo con el Club de París y afirmó que "la última vez que se renegoció una deuda de la Argentina, por ejemplo con el FMI, los que fueron, volvieron con un recorte del 13% para los empleados públicos y las jubilaciones. Es la primera vez que se negocia en el Club de París sin el Fondo Monetario", lo que permitió alcanzar un acuerdo que "no incluye ningún condicionamiento sobre la política económica argentina".
En la nota televisiva con Majul, Kicillof señaló que el aumento de la deuda a US$ 9700 millones se debió a la acumulación de intereses ("por la aplicación de la fórmula de interés compuesto", explicó) de esos contratos, que son anteriores al inicio de la democracia, en 1983.
Y justificó que no se haya difundido el acuerdo porque para ello habría que esperar a que se firmen los nuevos contratos con cada país acreedor.