Si bien se trata de un tema que debería preocuparnos a diario, hoy, de modo especial, se celebra el Día Mundial del Medio Ambiente, con motivo de conmemorarse la apertura de la renombrada Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Medio Humano, que tuvo lugar en Estocolmo en junio de 1972. Fue la primera gran conferencia de la ONU en materia ambiental internacional y marcó un punto de inflexión en el desarrollo de la política internacional del medio ambiente. Hoy, esta fecha puede ser una jornada para estimular la reflexión acerca de los desafíos que plantea la conservación de nuestro entorno y de nuestra calidad de vida.
A propósito de este día, la Fundación Vida Silvestre y Poliarquía Consultores presentaron los resultados de la primera encuesta nacional ambiental, realizada con el objetivo de sondear el nivel de conocimiento e involucramiento de la sociedad argentina en los temas ambientales. Los resultados señalan que el 73% de las personas reconocen estar muy interesadas en el medio ambiente, siendo el cambio climático el tema de más interés (21%), seguido por la contaminación del agua (15%), los residuos (12%) y la deforestación (11%). Para el 81% de las personas encuestadas, el cambio climático es causado por los hombres, en tanto que el 15% cree que se debe a los ciclos naturales.
Para la mayoría, la situación ambiental ha empeorado en los últimos cinco años (63%) o sigue igual (25%) y sólo un 10% cree que mejoró. No sorprende el hecho, ya que los temas ambientales son claramente una incomodidad en esta década: glaciares, bosques, Riachuelo, megaminería, sojización y Río Turbio son sólo algunos ejemplos. En cuanto a las acciones que podrían ayudar a cuidar el ambiente, las respuestas más elegidas han sido: mayor educación para la población (53%), mayores controles (39%), más responsabilidad por parte de las empresas (31%) y leyes más estrictas (27%).
Además, el 84% cree que en nuestro país los recursos naturales se están utilizando sin considerar el futuro de las próximas generaciones, y el 69% señaló que no está de acuerdo con que las políticas ambientales sean un obstáculo para el desarrollo. Los encuestados consideran que al Gobierno casi no le preocupa preservar la naturaleza: el 47% sostiene que al Estado cuidar la naturaleza no le preocupa nada y otro 40% considera que al Estado le preocupa muy poco. Entre otros puntos, los resultados expresan que el 46% asegura que proteger el medio ambiente debe ser prioritario y el 73%, que estaría dispuesto a participar de alguna acción específica de preservación.
En cuanto a la importancia que la comunidad brinda a la protección ambiental, el 64% de los encuestados respondió que pagaría más impuestos para proteger el ambiente y el 85% estaría dispuesto a comprar productos sustentables aun cuando sean más costosos. Los datos reflejan algo curioso: la ciudadanía tiene una mayor conciencia ambiental que sus dirigentes y es la gente la que está marcando una agenda ambiental con mayor claridad que la clase dirigente. En el debate de los temas ambientales más candentes, la autoridad ambiental ha estado ausente o ha guardado un cauteloso silencio para no contradecir las políticas generales del gobierno de turno. Varias de las cuestiones ambientales más destacadas han sido instaladas desde la ciudadanía o las ONG; basta mencionar la ley que establece los presupuestos mínimos de protección ambiental para restauración, conservación, aprovechamiento y manejo sostenible de los bosques nativos, de muy modesta aplicación, y cuyos fondos en gran parte fueron reasignados a otras partidas presupuestarias. También, la intensa movilización de organizaciones y ciudadanos para que la estancia La Fidelidad, en la provincia del Chaco, se transforme en el primer parque nacional creado por suscripción popular y pública con el aporte voluntario de personas y empresas, cuyo proyecto de ley acaba de recibir media sanción del Senado de la Nación
El interés y la preocupación por los temas ambientales han ido despertando la inquietud de las personas, posiblemente como resultado de una mayor información, de la inclusión de la temática ambiental en los colegios desde hace tiempo, de las actividades que realizan organizaciones de la sociedad civil y, también, de la experiencia que han dejado algunos casos emblemáticos, como el del conflicto por las papeleras, la ley de glaciares o la postergada limpieza del Riachuelo.
Hoy, en el Día del Medio Ambiente, de nosotros depende encontrar un modo en que nuestras actividades, cualesquiera que éstas sean, dejen una menor huella ecológica y un menor impacto en los ecosistemas, para contribuir a un desarrollo más armónico de la vida en el planeta, que permita a las futuras generaciones continuar disfrutando de su riqueza y de su belleza.