Desde un punto de vista fundamental, es decir del análisis de la oferta y la demanda, las señales procedentes del exterior son más bien positivas. Las disponibilidades de los principales ocho exportadores mundiales han sido lo suficientemente adecuadas en la campaña 2013/14 a fin de alimentar el mercado mundial, pero a costa de no reconstituir stocks.

De esa manera, pasaríamos de un carry incial en 2013/13 de 48 Mot a 55 Mot previsto en 2014/15 (al 01/07/2014). Sólo Canadá goza actualmente de stocks abultados debido al cúmulo de dificultades logísticas registradas en estos últimos meses, como así también a una baja de la calidad registrada este año, que limitaron fuertemente el ritmo de exportación canadiense.

Por el resto, las disponibilidades son actualmente bajas, salvo por la UE, donde a pesar del buen nivel de exports, los stocks terminarán abultados al 30/06/14. Bruselas ya le otorgó a la Unión Europea del 01/07/14 al 01/04/2014, 23,3 Mot de certificados de exportación de trigo, contra 15,6 Mot acordados el año anterior para el mismo período analizado.

Por su parte, Estados-Unidos acumula ventas comerciales a la export del 01/06/13 al 15/05/2014 por un monto de 31,8 Mot, contra 27,1 Mot convenidos el año anterior para el mismo período analizado.

Cabe destacar que Brasil se convirtió en el primer cliente del trigo americano en 2013/14, superando holgadamente a Nigeria, primer cliente histórico, mientras que en la campaña anterior 2012/13 Brasil fue el decimotercer cliente del trigo americano. A su vez, Rusia lleva acumulado del 01/07/2013 al 06/05/14, 17,1 Mot de trigo exportado, representando el segundo record histórico desde que Rusia se convirtió en exportador de trigo a finales de los 90´.

Esta impresionante performance exportadora, que superará las 18 Mot (21,4 Mot exportadas en 2011/12) en 2013/14, se logró en gran parte por la sencilla razón que el Estado ruso decidió suprimir este año las compras públicas de intervención estratégica que había iniciado en 2009. Dichas compras, que en la campaña 2009/10 alcanzaron las 9,5 Mot, le permitieron a Rusia en 2010/11 de evitar importar masivamente trigo.

Recordemos que en 2010/11 la caída de más de un 30% de la producción rusa llevó al Estado eslavo a aplicar un embargo sobre las exportaciones de trigo ruso que se prolongó de agosto de 2010 a julio de 2011. Si en junio/julio de este año Rusia atravesara las mismas condiciones climáticas que en el verano de 2010, Rusia estaría obligada a importar trigo, quiera o no quiera, en 2014/15.

Así están las cosas. Vivimos con lo justo, y si las condiciones en los US se mejoran y no pasa nada en el Mar Negro el mes que viene (período crítico del trigo), todo lo que acabo de redactar quedará en el olvido, y los precios del trigo para el primer semestre hemisferio norte a penas se mantendrán, inclusive caerán, llevándose puesto un maíz que si se confirma lo que pinta, habrá para tirar al techo.

De lo contrario, el trigo explota. No hay nada en el medio. Junio es un mes fundamental donde se define el potencial de rendimiento en el hemisferio norte. Veamos lo que pasa.  

De esta manera, las disponibilidades mundiales aumentan según lo previsto, pero como hemos visto la oferta exportadora se mueve muy poco.

Hasta aquí no hablamos de la demanda, que se reavivó nuevamente con la caída de precios de manera tal que Jordania e Irak aprovecharon recientemente para marcar compras para el nuevo crop. Va a ver una cierta serenidad en las próximas semanas. El Middle East debutará próximamente la trilla, no obstante la seca ya es un hecho en Siria y Marruecos. La demanda permanecerá firme el año próximo.

Tampoco hablamos de la posición actual neta del complejo cerealista en Chicago y si la misma se desarmará o no al corto plazo, ni de cómo siguen las balas en Donetsk.

Estos elementos hay que tenerlos muy en cuenta.

Pero como hemos mencionado anteriormente, el análisis ha sido enfocado desde un punto de vista estrictamente fundamental.

 

¿Y por casa cómo andamos?

Nos hemos acostumbrado tanto a hablar en estos últimos tiempos del trigo desde un punto de vista meramente local, justificado con tanto manoseo público que ya todos conocemos. ¿De qué sirve hablar de exports y mercado externo con apenas 1,5 Mot autorizadas?

Pero nos perdemos una parte de la película: el mundo habla y mucho de nosotros en cómo estamos posicionados en el mercado externo, ya que el buraco que dejamos este año en Brasil y gran parte de África del Oeste, alguien (o más bien algunos)  tuvo (o tuvieron) que llenarlo, máxime si se tiene en cuenta que el gran gigante contra-estacionario, Australia, no llevó a cabo una prestación formidable este año.

Y el mundo sigue preocupado con nosotros, ya que piensa  que si el año que viene tenemos saldo, junto con Uruguay y Brasil, las 4,3 millones de toneladas que Estados-Unidos le colocó a Brasil en lo que va de la 2013/14 (de junio 13 a mayo 14) no lo podrá repetir en 2014/15, y Estados-Unidos, si esto fuera así, deberá colocar este trigo en otros destinos, con lo cual reforzaría la competencia para los orígenes europeos.

 

Por eso Argentina sigue siendo temida. Con o sin trigo.

It´s up to you, Argentina, don´t cry for me please…

 

Pero antes de pasar al 2014/15, hablemos del presente, que no es del todo prometedor para Argentina.

No sólo las autoridades públicas argentinas  autorizaron un saldo exportable 2013/14  más que magro, que no llega a satisfacer las necesidades de la molinería brasileña, sino que además las autorizaciones se realizaron de manera retrasada y sin ningún tipo de vinculación con las necesidades externas.

El año pasado, la molienda brasileña estaba cubierta como mucho hasta mediados de noviembre, con lo cual la misma pedía a gritos ya en octubre pasado que las autoridades argentinas autorizasen lo antes posible las exportaciones.

Estas últimas se tomaron su tiempo, a tal punto que la primera autorización, insignificante para las necesidades cariocas, tuvo lugar recién a mediados de enero pasado. Mientras tanto, Brasil no dudó en comprar trigo americano y decidió de esta manera no esperar a la Argentina, a tal punto que siguió comprando trigo americano estando físicamente autorizado el trigo argentino.

El resultado está a la vista: Estados-Unidos lleva acumulado un 64% de partes de mercado brasileño, cuando Argentina históricamente no bajaba de 80%.

Lo peor de todo es que este error público se sigue cometiendo, ya que no existe la más mínima intención de otorgar una apertura de export a dos meses de que Brasil cierre su campaña comercial.

La industria brasileña está cubierta hasta mediados de julio, con lo cual deberá (y lo está haciendo) comprar trigo extranjero a fin de empalmar la cosecha local sin mayores inconvenientes. Trigo local hay, y mucho, sobre todo en Rio Grande do Sul, pero una vez más se necesita corregirlo con trigo importado.

Es por todo ello que una nueva apertura argentina de exportaciones permitiría limitar el posicionamiento de los brasileños frente a la nueva cosecha americana, lo cual esto último no sólo le quita mercado a Argentina, sino que también retrasa las compras sudamericanas. Si a esto le sumamos que terminaremos la campaña con stocks abultados en caso de que no existiese una nueva apertura, el impacto en el precio local sería muy negativo.

Hagámoslo al menos por los brasileños, que decidieron el jueves pasado mantener el arancel externo común pese a nuestro comportamiento.

 

Calidad, sobre oferta y mercado intervenido

El debate que consiste en enfrentar rendimiento vs calidad es planetario, de manera tal que ningún productor en el mundo está dispuesto a renunciar quilos para sumar proteína si no se lo prima en contrapartida. No se debe pretender que la Argentina sea una excepción a la regla, máxime si se trata de un país cuyo mercado de trigo está intervenido.

El debate es estéril desde el punto de vista de la exportación. Los únicos países en el mundo que priman los trigos destinados a la exportación son Estados-Unidos, Canadá y Australia.

Rusia está empezando a hacerlo ya que por una parte, su demanda externa está fuertemente segmentada y parte de ella es cualitativamente superior a las exigencias de la molinería local, lo cual justifica la segregación, y por otra parte, las fuertes inversiones en silos que se realizaron en estos últimos años permitió multiplicar fuertemente la tasa de rotación de los mismos.

Volviendo a estos tres primeros países, los mismos presentan una política comercial que va del campo a la exportación, basada en un grading que toda la cadena respeta, e independientemente de cualquier contexto de mercado.

Es de hecho la única manera de pretender que una prima sea extensible en el tiempo.

Por el resto de los países, incluido Argentina, el mercado de primas lo forma la molinería, y este dato no es menor cuando se tiene en cuenta que en la Argentina en estos últimos años  la export se abrió intermitentemente y de manera imprevista.

El reflejo de los productores frente a un mercado intervenido es puramente razonable y justificado. La rentabilidad del trigo es tan baja que no permite incorporar tecnología y exige pues que se abarate el costo de la mayor manera posible.

Sucede lamentablemente que un mercado intervenido actúa de manera estructuralmente sobre ofertada. Un mercado sobre ofertado es estructuralmente bajista, y la única manera de despegarse de ese achatamiento de precio, es a través de la prima, ya que normalmente el comprador encuentra en este tipo de casos la mercadería “disponible” muy fácilmente, mientras que la “requerida”  le cuesta más.

De esa búsqueda suplementaria para ciertas calidades surge la prima.

Dicho de otra manera, la apuesta a la calidad permite demarcarse del trigo estandarizado que carece de toda competencia entre la exportación y la industria. No obstante este razonamiento es válido únicamente para aquellas regiones que cuentan con suficiente molienda local, y a su vez para planteos de comercialización en los cuales la venta de trigo se hace obligatoriamente de manera diferida con respecto al período de cosecha.

He intentado en este último párrafo subrayar que cuando hablamos de hacer o no trigo, debemos plantearnos qué tipo de trigo hacer, a quien vendérselo, cuando venderlo, y cómo.