El exceso de lluvias caídas en lo que va del año en las zonas productivas agrícolas del país está complicando el final de la cosecha de soja, la que resta del maíz y el comienzo de la siembra de trigo.
El anegamiento de los campos impide el ingreso de las cosechadoras y, en los casos en los que ya se recolectó la oleaginosa, no hay caminos transitables para sacar la mercadería con destino al puerto.
La situación es preocupante, a pesar de que ya se ha recolectado casi el 70% de la soja, pero sólo el 33% del maíz (aunque este cultivo puede esperar más tiempo en el campo), según datos de la Bolsa de Cereales de Buenos Aires, como se informa en la página 23.
Si bien el exceso de lluvias afectó mayormente distritos bonaerenses, también trajo complicaciones en campos de las provincias de La Pampa, Santa Fe, Córdoba, Entre Ríos, el NOA y el NEA.
"En nuestra zona, las lluvias han sido recurrentes desde febrero y complicaron las zonas planas, es decir, desde la zona este de Pergamino hacia Chacabuco, Carmen de Areco, Arrecifes, Ramallo y San Pedro, donde aún falta cosechar soja de segunda y maíz temprano y en algunas situaciones, el tardío", dijo a LA NACION Julio Lieutier, productor y asesor en la zona norte de Buenos Aires, que en su campo todavía tiene soja y maíz sin cosechar.
Agregó que en toda esta zona, desde el 1° de enero hasta la fecha, las precipitaciones alcanzaron 900 milímetros, "que es todo lo que llueve en el año, en una zona que tiene mala salida del agua".
Explicó que en las zonas anegadas no se puede cosechar "por falta de piso" y en los casos en los que se pudo cosechar "se embolsó el grano, pero no se lo puede sacar porque los caminos están tapados por el agua y, para colmo, hay contratos forward que cumplir; esto también provoca incertidumbre financiera porque no hay cosecha en stock". Y ejemplificó: "Lo que todos los años para abril es un aluvión de soja al puerto, este año no se dio".
De todas maneras, de lo se que cosechó en esas zonas, los rendimientos han sido inferiores a los de la campaña pasada, dijo Lieutier. "Fueron de entre 20 y 30 quintales por hectárea en la mayor parte de las zona anegada", añadió. En la campaña pasada, estos rindes superaban los 30 quintales.
También es complicada la situación en Coronel Suárez, "donde todavía no se cosechó nada", dijo el productor César Belloso. "Íbamos a cosechar, pero hubo una lluvia tras otra...", lamentó.
Belloso también trabaja campos en Santa Rosa y en Pergamino. En esta última localidad, coincidió en que el problema está en el Este. "En el resto de ese partido, la soja se cosechó en un 95 por ciento y otra parte está en los campos bajos", completó.
Sin embargo, mostró preocupación por la campaña de granos finos. "La situación es complicada para arrancar la siembra de trigo por los excesos de humedad y, viniendo días más cortos, va a pasar mucho tiempo para que esos campos se oreen y haya piso para entrar", concluyó Belloso.
Otros reportes indican inundaciones en zonas rurales de Alem, Lincoln y 9 de Julio, con perjuicios para la producción.
En Winifreda, en tanto, a 50 kilómetros al norte de Santa Rosa, en la provincia de La Pampa, el productor Juan Jorge Mac Mullen dijo que hace un mes que no puede cosechar. "Me falta trillar un 35 por ciento de soja y el 100 por ciento de maíz", señaló.
Al consultarle los efectos de la humedad sobre el cultivo, Mac Mullen dijo que, si bien puede haber manchado de grano por el exceso de humedad, el deterioro más importante, no es tanto de calidad sino de desgrane. "Las sojas están pasadas y, cuando podamos entrar en el campo, en cuanto se las toca, las vainas se abren y una parte importante de los porotos va a ir al piso." Respecto del maíz, dijo que el peligro radica en que con suelos tan encharcados los vientos fuertes los pueden tiran al suelo.