La semana comenzó con todo. Los valores saltaron y el mercado internacional mostró que la demanda pone la tónica en la formación de precios.

Las subas fueron más que claras en Chicago; y así la tendencia llegó al mercado local donde los precios de la soja alcanzaron valores destacados.

Las fábricas en la Argentina decidieron mejorar sus compras por la mercadería inmediata. Entonces los precios alcanzaron un nivel $ 2.600 por la soja inmediata.

La cuestión es prácticamente inédita por el hecho de que estamos en tiempo de cosecha; y con un volumen esperado de magnitud sobresaliente.

La demora en la trilla por la abundante humedad más la reticencia a comercializar la soja contribuyen, sin duda, al impulso de los valores.

El clima se ha ensañado con la trilla. Las lluvias, lloviznas y en muchos casos las neblinas siguen retrasando las operaciones de cosecha. Para peor los bajos no muestran signos de recuperación de piso.

Todavía falta cosechar alrededor del 25% de la superficie sembrada. Es decir que la producción de alrededor de 5 millones de hectáreas todavía no se ha podido levantar.

La comercialización también camina como tortuga. Se calcula que, a la fecha, se habría comercializado cerca de 18 millones de toneladas. El número es mucho más reducido que los correspondientes a campañas anteriores, sobre todo si consideramos que en ésta el volumen llegaría o superaría 50 millones de toneladas.

Pero ello no es lo principal. La razón central de los precios sostenidos proviene de la demanda.

Sea por las compras de los importadores de poroto, sea por la industrialización en el mundo, la realidad es que el requerimiento de esta mercadería sigue su camino ascendente.

Y para ser más precisos, hay que destacar que, por lejos, el país que encabeza el ránking de compradores de soja es China.

El 65% de las importaciones que efectúa la suma de todos los países del mundo es concretado por el gigante asiático.

El cuadro siguiente nos muestra el impresionante aumento de la demanda de China.


La demanda mundial y el mercado climático en puertas para EE.UU. no han permitido que, al menos hasta el momento, la fuerza de la oferta de Sudamérica desbarranquen los valores.

Por el contrario, se mantienen con visible firmeza.