La Estación Experimental Agropecuaria Santa Cruz realizó un ensayo en la Estancia San Pablo, Tierra del Fuego, con el objetivo de frenar la pérdida de peso de los bovinos entre agosto y octubre. El resultado fue positivo porque los animales suplementados no perdieron peso, lo que les permitió llegar tempranamente al peso de faena. El responsable del trabajo, Ing. Sebastián Ormaechea (Área de Investigación Forestal Silvopastoril) explicó que “esto significa para el productor una importante ventaja, ya que puede optar por ganar más kilos de carne hasta mayo o aprovechar las ventajas logísticas de vender tempranamente”.
Los sistemas ganaderos fueguinos son manejados en forma extensiva y la alimentación del ganado bovino se realiza a través de pastizales naturales, los que tienen calidad y cantidad aceptables en la época primavero-estival, pero que pierden sus propiedades a partir del otoño. A la salida del invierno el pastizal comienza a despejarse de hielo y nieve, pero comúnmente se presentan dos condiciones problemáticas: prolongación de los inviernos por temperaturas muy bajas hasta mediados de primavera, lo que retrasa el rebrote verde del pastizal y prolonga los requerimientos de regulación térmica para el bovino; e inviernos y/o primaveras secas, que retrasan el rebrote del pastizal en el momento crítico del año donde los animales necesitan recuperar peso luego del invierno, según informó la EEA Santa Cruz.
El Ing. Ormaechea agregó que “la suplementación con concentrados proteicos a la salida del invierno tiene un doble beneficio dado por adelantar la recuperación de peso de los animales luego de la época invernal y favorecer el rebrote del pastizal natural al remover el material vegetal muerto”. Explicó que “se espera que la adición de proteína en la dieta favorezca particularmente el desarrollo de la flora ruminal encargada de degradar los carbohidratos estructurales del forraje y también realice un aporte extra de proteína para las demás funciones de mantenimiento y producción”.
El profesional comentó que “es una práctica que no genera grandes complicaciones en su implementación porque se manejan niveles muy bajos de suplemento a un muy bajo costo por animal”.
Ormaechea comentó que “los resultados fueron positivos porque los animales no perdieron peso durante el período de suplementación, pero que además fue muy interesante la mansedumbre lograda en los animales, lo cual es un factor fundamental para el manejo de la hacienda”.