Las preocupaciones de la gente sobre una eventual caída del empleo y de los ingresos familiares alcanzaron niveles muy altos antes de que comenzaran a conocerse las suspensiones en las fábricas de autos, lo que hace prever que el panorama, ante las malas noticias, tenderá a empeorar.

No sólo creció el pesimismo del público sobre la situación actual, sino que tampoco se vislumbra una recuperación en el mediano plazo. El 75% de los argentinos cree que en los próximos doce meses su situación económica personal será igual o peor que la actual. Más de la mitad (53%) cree que hay pocos o muy pocos puestos de trabajo disponibles y casi una de cada tres personas (32%) calcula que en los próximos seis meses habrá aun menos. El 55% de las familias espera que los ingresos estarán estancados en los próximos seis meses, y sólo el 13% confía en una mejora, mientras que casi tres de cada diez (27%) esperan una caída.

Las cifras surgen de la última medición del índice general de expectativas económicas (IGEE) de la Universidad Católica Argentina y TNS-Gallup , que viene registrando un sostenido deterioro.

Para el 53% de la población, la situación actual es "mala o bastante mala", y para el 41% las cosas empeorarán, en términos generales, en los próximos seis meses. Las expectativas cayeron en todas las mediciones de este año y terminaron marzo 18,4% por debajo de un año atrás. La mayor caída se dio en el subíndice que valora la oportunidad para comprar electrodomésticos, que retrocedió 25,3%, afectado por el alza de los precios de los productos, la inflación y la devaluación y la disminución de cuotas, promociones y financiaciones.

Respecto del empleo, entre marzo de 2013 y el mismo mes de este año el porcentaje de personas que decían que había muchos puestos disponibles cayó prácticamente a la mitad, del 21 al 12%. Esas tensiones del mercado de trabajo tal vez ofrezcan una explicación para el éxito del paro general convocado en marzo por Luis Barrionuevo y Hugo Moyano.

En octubre de 2011, en medio de un récord de optimismo, Cristina Kirchner ganó la reelección y más de uno de cada tres argentinos (36%) creía entonces que había muchos empleos disponibles. La proporción cayó hoy a un tercio de lo que era entonces.

Las expectativas sobre la economía en general se desplomaron casi 31%. La proporción de los más pesimistas sobre el mercado laboral, que decían que había muy pocos puestos disponibles, pasó de casi uno de cada cuatro (26%) a más de uno de cada dos. O sea, aumentó a más del doble.

Cuando Cristina Kirchner fue reelegida, sólo seis de cada cien familias creían que el ingreso total que recibían podía caer en los siguientes seis meses. Ahora esa cifra es 4,5 veces más alta, a pesar de que desde el Gobierno se anunciaron subsidios adicionales, como el plan Progresar para los jóvenes que ni estudian ni trabajan, y se ha hecho mucha publicidad sobre el nuevo régimen de trabajadoras en domicilios particulares.

Los datos de la UCA y TNS-Gallup, relevados entre 1015 personas de 18 y más años con alcance nacional, pintan un panorama muy preocupante, ya que luego de su medición se agregaron las noticias de las suspensiones en las automotrices y la caída de la actividad de la construcción, admitida hasta por el Indec.

No parece que haya una recuperación a la vista ni que pueda volverse a un clima de optimismo que aliente el consumo y la actividad. Ello explicaría la preocupación mostrada en los últimos días por la Presidenta por tratar de mantener los niveles de gasto público provincial con refinanciaciones de deudas con la Nación y planes de ayuda con recursos de la Anses para emprendimientos productivos, en un intento de evitar una profundización del clima recesivo y del mal humor social.