La Argentina es un país raro. Falta un año y medio para las elecciones presidenciales pero los asesores de prensa de los candidatos parecen más preocupados por las decisiones artísticas de Marcelo Tinelli que por el futuro de la economía o la herencia que vaya a dejar Cristina Fernández. "Nadie te lo va a decir en público, pero una buena o una mala imitación en el Bailando te puede potenciar o te puede arruinar la carrera presidencial", me explicó el principal asesor de prensa de uno de ellos. Es la misma persona que llama día por medio a Ideas del Sur para confirmar si su jefe va a estar en la grilla y si su imitador "lo va a tratar bien o lo va a tratar mal".
El propio Mauricio Macri recordó ante Marcelo Longobardi, que la simpática
imitación de Francisco de Narváez había ayudado, y mucho, a Unión Pro, en la
campaña que sirvió para derrotar a Néstor Kirchner, durante las elecciones
legislativas de 2009. Quizá la interpretación de Macri haya sido una indirecta
para bajarle el precio político a su exiliado. Lo cierto es que De Narváez, en
aquella ocasión, no solo le ganó al ex presidente, sino también a Daniel Scioli
y Sergio Massa, quienes integraban la lista como candidatos testimoniales del
Frente para la Victoria.
Los asesores de prensa de los candidatos parecen más
preocupados por las decisiones artísticas de Marcelo Tinelli que por el futuro
de la economía o la herencia que vaya a dejar Cristina Fernández
Es verdad que la "actuación" de Kirchner tampoco lo ayudó mucho. Desconfiado como era, rechazó la invitación de Tinelli para hacer su cierre de campaña en el piso de Showmatch, y terminó saliendo por teléfono, en una perfomance que le pudo haber quitado unos cuantos miles de votos en la provincia de Buenos Aires. Siempre me pregunté cuánto habría influido, entonces, en Kirchner, el pánico a repetir un blooper parecido al que protagonizó Fernando de la Rúa. El santacruceño pretendió, en aquella oportunidad, aparecer como chistoso y juguetón, pero le salió el tiro por la culata. Al reclamar al conductor, mitad en broma mitad en serio, que blanqueara al personal que, supuestamente, mantenía en negro, algunos televidentes pudieron haber interpretado que el ex presidente se sentía incómodo y estaba enojado, y que al mismo tiempo estaba amenazando a Tinelli, de manera sutil.
Mucho mejor le fue a Massa, quien aprovechó esa y otras temporadas de Showmatch para hacerse más conocido y popular. Lo mismo puede decirse de Scioli, cuyas imitaciones potenciaron la idea de que tiene sentido del humor. El gobernador hace gala de su tolerancia al aceptar, sin enojarse, que la prótesis que reemplaza su brazo derecho pueda ser usada, también, para hacer reír a los demás.
El ex intendente de Lomas de Zamora y ahora diputado nacional, Martín Insaurralde, es otro de los que se sabe mover en el jabonoso mundo de la farándula y el poder. Su vínculo con Jessica Cirio funcionó como un pasaporte a la popularidad. "Cada vez que Marcelo lo muestra en el piso crece y mucho su nivel de conocimiento", me dijo un encuestador que no trabaja con él. De cualquier manera, Insaurralde, quien espera la bendición de Scioli para transformarse en candidato a gobernador, combina sus apariciones televisivas con visitas de un día entero en cada localidad del distrito, para mostrar a los vecinos que es de carne y hueso. "Si cada foto que la gente se saca con Martín valiese un voto, se podría decir que ya ganó las elecciones", me comentó alguien que trabaja junto a él en el área de prensa.
Entre los influyentes que rodean a Macri dudan sobre aprovechar los
beneficios de los tics de su imitador o mantenerse al margen de la movida.
"Marcelo, tarde o temprano, siempre termina exaltando sus rasgos más
antipáticos. Además, Mauricio no cree, en el fondo, que para llegar a ser
presidente haya que acordar un guión con los productores de Tinelli", opinó un
funcionario que habla todos los días con el ex presidente de Boca.
¿Cómo influirá en la temporada 2014 de Bailando el
resentimiento de Tinelli por la manera en que lo apartaron de la conducción de
Fútbol para Todos?
"Si de verdad aparecer en lo de Marcelo te ayuda a ganar una elección, nosotros estamos liquidados", interpretó alguien que asesora al Frente Amplio-UNEN en los asuntos de la comunicación. A Hermes Binner, en ese contexto, se lo considera casi un De la Rúa. A Julio Cobos, en su momento, la imitación que se le hizo en Gran Cuñado no lo favoreció. ¿Qué rasgos de Ernesto Sanz podrían ser destacados para hacerlo más conocido o más popular? Elisa Carrió se ganó el resentimiento de los guionistas, productores, actrices y actores de Bailando por sus críticas al programa en general y a Tinelli en particular. "Solo las cualidades físicas de Victoria Donda y algunas muletillas en el discurso de Pino [Solanas] podrían ofrecernos un poco más de visibilidad", reconoció la fuente, con cierto tono de resignación.
Para completar la idea de que a veces la Argentina parece una república bananera, se debe recordar que Tinelli es la figura más importante de Canal 13, pero también el socio minoritario del controvertido empresario Cristóbal López, quien a su vez mantiene con la Presidenta un vínculo demasiado cercano, como lo ponen en evidencia los acríticos contenidos de C5N y de Radio 10. ¿Cómo influirá en la temporada 2014 de Bailando el resentimiento de Tinelli por la manera en que lo apartaron de la conducción de Fútbol para Todos? ¿Su afán de venganza llegará solo hasta el Jefe de gabinete, Jorge Capitanich, o se extenderá, por ejemplo, hasta Máximo Kirchner, quien, con un solo golpe de teléfono a su madre le recordó al conductor dónde reside el verdadero poder?
Cristina es cristinista, Clarín es clarinista, Cristóbal es una incógnita y Tinelli es tinellista. Hace tiempo, furioso, comparó a Alberto Fernández con José López Rega, cuando lo quisieron complicar en un caso de facturas truchas y pretendieron tirarle a la AFIP encima.
Y, para colmo acaba de descubrir que 140 caracteres de su cuenta de más de 2 millones de seguidores en Twitter pueden hacer tanto daño como una mala imitación.
Marcelo puede gustar más o menos. Pero su influencia política está fuera de toda discusión. Y de paso, ayuda a comprender por qué estamos como estamos.