Pensando en la campaña que se avecina, el coordinador de la Comisión de Agricultura de la zona Mar y Sierras de la Asociación Argentina de Consorcios Regionales de Experimentación Agrícola (Aacrea), Jorge González Montaner, aconsejó utilizar la información disponible para definir los paquetes defensivos de mínima para establecer un piso de rendimiento para el cultivo. "El techo lo va a decidir el ambiente, es decir, la ausencia de heladas, las temperaturas de noviembre y las lluvias. Eso no lo pueden decidir ustedes el día de la siembra", dijo el especialista, durante una reciente jornada sobre cosecha fina organizada por el movimiento.
Y agregó que en esa región hay que asegurar el piso de rinde, por ejemplo, con una dotación objetiva de nitrógeno según el tipo de suelo. "Ese modelo se va a modificar a medida que se vaya sumando información de lluvias y temperaturas", dijo.
Asimismo señaló que cualquier error se paga carísimo en la agricultura actual, "todo tiene que estar bien calibrado". Precisó que "ése es un principio básico; después, hay que tomar decisiones en función de los ambientes, del clima y de las expectativas, porque hoy el precio del trigo puede ser de 209 dólares por tonelada, pero también puede ser de 180 o 300 dólares", diferenció.
"Hay muchas tecnologías que nos permiten ser más eficientes: una es el uso de curasemillas, a la que es necesario prestarle atención, porque ahí hay margen para ganar; también se recomienda la reducción de la densidad de siembra en trigo, donde esta alternativa la tenemos muy probada mientras que en cebada los resultados no son concluyentes", señaló.
Agregó: "El paquete de herbicidas empieza con la siembra de granos finos, como también el control de rama negra". En este aspecto, sostuvo que "hubo muchas situaciones donde se vio claramente que los errores en fina se pagan después en la rotación".
Excesos hídricos
Destacó que "frente a los excesos hídricos, los resultados de la mezcla de fungicidas e insecticidas resultaron muy satisfactorios. Además, su costo es relativamente bajo, mientras que la respuesta en rendimiento puede ser muy elevada".
Agregó que este año los tratamientos realizados en trigo "dieron lugar a respuestas interesantes, aunque no tan relevantes como las obtenidas en cebada, que alcanzaron los 500 kg/ha o más respecto del testigo".
Más allá de estas diferencias, lo llamativo de estos tratamientos es que "dejaron el cultivo en pie, frente al testigo volcado".
"En síntesis, en una campaña cargada de incertidumbre, los modelos en el sudoeste bonaerense tienen que ser defensivos; hay que invertir lo justo y necesario para arrancar y después decidir en función de la coyuntura", concluyó González Montaner.
En caída libre desde 2000
El país pasó del 5° al 10° lugar como exportador de trigo
Al revisar las estadísticas de la actividad triguera argentina, los Consorcios Regionales de Experimentación Agrícola (CREA) muestran que la Argentina cayó del quinto puesto en el ranking de países exportadores de trigo, en 2000, al décimo lugar en la actualidad, superado por los Estados Unidos, los países de la Unión Europea, Canadá, Australia, Rusia, Ucrania, Kazakhstán, India y Turquía.