Las industrias de biodiésel, mediante la cámara empresarial que las agrupa, advirtieron que la actividad se encamina hacia un "grave estancamiento".
En un comunicado, la Cámara Argentina de Biocombustibles (Carbio), que agrupa a las industrias con mayor capacidad de producción del país, expresó que esa situación crítica se debe a la "elevada alícuota del derecho de exportación" y a la "imprevisibilidad en su fijación". Por estas y otras razones, según Carbio, la Argentina perdió su condición de líder como exportador mundial de biodiésel.
"Con las alícuotas móviles vigentes (27,6% para marzo), la competitividad del biodiésel argentino es prácticamente nula", sostuvo Carbio. En los dos últimos años, las exportaciones cayeron de 1,7 millones a 1,1 millones de toneladas, y se prevé un derrumbe todavía mayor para 2014.
La industria de biodiésel, que el Gobierno promovió con una ley especial en 2006, comenzó a declinar en 2012, cuando el principal mercado de exportación, España, aplicó represalias por la confiscación a Repsol de su participación accionaria en YPF. Luego, el Ministerio de Economía dispuso que el biodiésel tendría retenciones móviles y un precio interno, ambos fijados por el Gobierno. Los industriales de biodiésel dijeron que uno de los principales problemas de los derechos de exportación es que se fijan en el momento del embarque y no cuando se pacta el negocio. Dijeron que, por ejemplo, hubo contratos cerrados con una alícuota nominal de 22,7% en marzo que semanas después aumentaron a 27,6 por ciento.