El ministerio que conduce Carlos Casamiquela donó alrededor de 500 kilos de harina a distintas cárceles y conventos para la fabricación de hostias. Así lo comunicó el secretario Gabriel Delgado tras el encuentro que mantuvo con el Papa tras la audiencia de los miércoles.
El funcionario aclaró que por pedido de Francisco, los destinos efectivos de la harina serán definidos junto al arzobispo de Buenos Aires, Mario Poli.
Delgado obsequió simbólicamente al Sumo Pontífice unas espigas de trigo y un puñado de harina. "El sector agropecuario puede ser el eje clave del desarrollo nacional si es que lo pensamos como un gran generador de empleo. De allí nuestro empeño en las políticas de agregado de valor. Más trigo, pero también más harina y más trabajo", destacó.
El encuentro en la Santa Sede se dio en el marco de una visita del secretario a Roma, que incluyó reuniones con el titular de la FAO, José Graziano Da Silva, y con autoridades del Fondo Internacional de Desarrollo Agrícola (FIDA), entre otras. En todas ellas, Delgado destacó la necesidad de profundizar la integración regional para transformar Sudamérica en un polo mundial de producción de alimentos, capaz de contribuir a aumentar la seguridad alimentaria a nivel global.