El cambio climático existe y ya se siente en la Argentina, pero no necesariamente deberá ser perjudicial para el país, pues podría traer aparejados beneficios para el agro.
Al menos eso es lo que piensa el respetado climatólogo de la UBA y director científico de la Bolsa de Comercio de Rosario, José Luis Aiello, que habló ayer en Expoagro de nuevos máximos y mínimos para las temperaturas y de una mayor intensidad en vientos, granizos, y lluvias: “La diferencia se nota especialmente en los últimos treinta años, comparado con los treinta anteriores”.
Para el campo, dice él, el cambio de clima tendrá un efecto positivo: “La Argentina va a resultar favorecida porque va a haber mucha precipitación, y la precipitación es una variable favorable para el desarrollo de la agricultura”.
Según Aiello, la mayor intensidad de las lluvias, que en las ciudades se sintió con la mayor frecuencia de inundaciones, no tendría por qué ser perjudicial para el campo: “Se pueden amortiguar con el concepto de riesgo climático. Los productores ya están haciendo diseños de siembra con el conocimiento de que no hay que tomar series muy largas. En el clima, las series largas no son necesariamente las mejores”.
Según Aiello, otros fenómenos meteorológicos que demuestran el cambio climático son los “pulsos de calor como los vividos en marzo”. Para el especialista, “son consecuencia de la inestabilidad que tiene la atmósfera debido al cambio global”.
“Cuando hay un fenómeno Niño, la probabilidad de lluvias es del 80%, desde el sur de Brasil hasta la Argentina. Si hay Niña, existe un 75% de posibilidades de sequía en la época de cosechas. Conocer esto es muy importante en el sector agrícola para planificar la campaña”.
Para la próxima campaña Aiello “prevé una situación de neutralidad.
Para los meses de junio-julio se espera un fenómeno de Niño débil y eso es algo fantástico para la agricultura”, resaltó.