En estos días recorrimos gran parte del norte de la Provincia de Buenos Aires y del sur de Entre Ríos. La realidad es que no se ve mayormente silos bolsas en los campos. En los últimos dos meses, el productor se ha desprendido de mercadería y lo que guarda es resultado de la incertidumbre y la falta de alternativas para reservar valor en un país donde la gente huye de su moneda.
El propio Ministerio de Agricultura ha reconocido que, hasta el 12 de febrero, alrededor del 90 por ciento de la producción ha sido comercializada. Se trata de cerca de 43 millones de toneladas negociadas. Es cierto, el porcentaje es menor al promedio de los últmos años. Pero así todo, es elevado. Mucho màs si consideramos que la inflación actual es extraordinariamente superior a la de cualquier año posterior a 2002.
Sobre un total producido de 48,30 millones de toneladas, sólo queda un volumen de 4,30 millones de toneladas, una vez deducida la cantidad para uso de semilla. Son datos de la BCR.
Respecto a la nueva campaña, la verdad es que sobran motivos de preocupación ya que la copiosas lluvias han dejado lotes o grandes manchones de sojas bajo agua, con sus terribles efectos. El sur de Santa Fe y el norte de Buenos Aires, por lo que apreciamos, sufren de este problema. Mejor es la situación de Entre Ríos. Por la menos, esto es lo que vimos.
Los problemas de hongos y demás plagas, sobre todo de malezas, convierten a todo cálculo sobre rindes en una quimera. Hablar de 55 millones de toneladas es claramente un pecado de optimismo. Nos inclinamos por estimar 50 millones aproximadamente.
Con el interés creciente de la industria y frente a una oferta de la mercadería disponible y de una incertidumbre sobre la próxima cosecha que preocupa cada vez más, los valores tienden a mantenerse firmes. En el ROFEX), el contrato fábrica mayo se eleva a 305.80 dólares.
Por mercadería con entrega hasta el 07 de marzo, para la industria local, los valores giran en torno a 350 dólares y 305 dólares para abril.
Con respecto a Brasil, también existen temores sobre los resultados finales. La euforia de hace un mes ha desparecido, pues la realidad es que distinta regiones del país quedaron sometidas a condiciones de sequía.
En lugar de 90 millones de toneladas, hoy se habla más bien de 87 millones.
Así están las cosas. La cosecha será, en principio, buena. Pero nada extraordinaria.
Como los valores de hace unos días se formaron sobre la expectativa de una suerte de mega-cosecha para Sudamérica -algo que no se va a dar- deberíamos aguardar un cuadro de precios sostenidos para los próximos meses.